Seis meses después de su sanción, el Poder Ejecutivo reglamentó la ley que regula el uso del cannabis medicinal. Pese a la demanda de los usuarios medicinales y sus familias, la decisión oficial no habilita el cultivo de cannabis en forma personal o solidaria ni siquiera para quienes esténinscriptos en el registro de usuarios que crea el artículo 8 de la ley 27.350.
“Hubo un compromiso del oficialismo de que el registro iba contemplar a aquellos que ya están cultivando y que quedarían resguardados legalmente por el artículo 8 de la ley”, dice la diputada Carolina Gaillard (FpV) a THC. Y agrega: “El estado va corriendo desde atrás regulando algo que ya es un hecho, un proceso que no va a poder parar una reglamentación restrictiva”.
“Es una reglamentación que es incompleta y deja indefensa a una gran parte de madres y de pacientes que usan cannabis medicinal, porque los deja expuestos a la criminalización constante que existe con respecto al autocultivo y al cultivo solidario”, sostiene la diputada Soledad Sosa (FIT).
Guillermina Abramoff, una de las fundadoras de Mamá Cultiva Argentina (MCA), cuenta que las madres se sienten excluidas de la reglamentación. “Lo que buscábamos era el autocultivo, pero todo eso se esfumó”, explica.
Guillermina asegura que ayer, en una reunión con la secretaria de la Jefatura de Gabinete, Paula Bertol, la funcionaria aseguró que “la ley tiene más peso que la reglamentación y queda una ventana abierta para quienes ya empezaron con el tratamiento”. “Nos pidió que le diéramos tiempo a que funcione el programa”, detalla. “Bertol nos aseguró que el registro va a proteger a quienes ya vienen cultivando pero sólo a usuarios y madres o padres, no abuelos u otros familiares, y menos el cultivo solidario”, agrega. THC intentó comunicarse con la funcionaria y con representantes parlamentarios de la alianza Cambiemos, pero hasta el momento no hubo declaraciones desde el oficialismo.
“Todavía la opinión pública cree que el estado los va a ayudar pero a medida que cada usuario o paciente se de cuenta que es mucho más difícil acceder por vía del estado que por cultivo propio, nosotros y los cultivadores solidarios vamos a estar ahí”, afirma Valeria Salech, miembro de MCA.
La Ley de Cannabis Medicinal crea el “Programa Nacional para el estudio y la investigación del uso medicinal de la planta de cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales”, el cual funcionará en la “Secretaría de políticas, regulación e institutos” del Ministerio de Salud, y será dirigido por un profesional médico.
Respecto a este punto, tanto las organizaciones de usuarios medicinales y familiares como algunos legisladores tienen sus reparos. “El Programa de investigación es confuso y restrictivo: convirtieron el registro de usuarios en un registro para el programa, que no era la idea inicial cuando se aprobó la ley. Veremos cómo podemos seguir trabajando con las poquísimas herramientas que nos dieron”, señala Valeria Salech.
La ley prevé la provisión de aceite de cannabis y sus derivados gratuita sólo para las personas se encuentren inscriptos en ese Programa. Quienes no se inscriban en él y tuvieran prescrito cannabis medicinal, o sus derivados, lo deberán comprar por sus propios medios, debiendo ajustarse a los procedimientos que determine el Ministerio de Salud.
Además la reglamentación sostiene que el Programa Nacional deberá determinar qué patologías son consideradas. Respecto a este punto, la diputada Gaillard resalta que “la reglamentación establece que el tratamiento va a ser para las patologías que establece la OMS, y la OMS solo reconoce tratamiento con cannabis para epilepsia refractaria”. Según Gaillard se trata de una importante contradicción dado que en la ley no hay restricciones de patologías. “Nos preocupa que en la reglamentación haya muchas patologías que no están contempladas, es una falta de respeto a quienes quieren que se les reconozca su derecho a la salud”, asegura a su vez la diputada Sosa.
“Recibimos la reglamentación como una buena noticia”, cuenta a THC María Laura Alassi, miembro de Cannabis Medicinal Argentina (CaMedA). Para Alassi es un buen primer paso, pero también dejó en claro que lo propuesto por el oficialismo en insuficiente. “Las familias que cultivan, como nosotros que estamos por cultivar para Josefina, no vamos a dejar de hacerlo. Creo que eso es algo que la sociedad ya sabe”.
María Laura es madre de Josefina, la primera niña que logró la autorización estatal para importar aceite de cannabis, sin embargo está convencida de la salida propuesta por el oficialismo es insuficiente. Ella tiene en claro que la regulación del cannabis medicinal es un proceso. “No hay que olvidar el caso de Canadá que no permitía el cultivo personal, pero el estado se vio desbordado en la producción y tuvieron que permitir el autocultivo”.