Así es como la delantera en atención al cliente la lleva la empresa GreenSTOP con su dispensario electrónico autoservicio. Apuntado a los clientes que van al tranco del ritmo moderno, a los conocedores que saben lo que quieren y a los que prefieren evitar las interacciones en dispensarios “comunes”, GreenSTOP es un dispensario “smart” según sus creadores y puede instalarse en cualquier dispensario que desee ofrecer otra variante a sus clientes.
Como un cajero automático pero de cannabis, a través de una pantalla táctil GreenSTOP le permite al comprador seleccionar la variedad y cantidad deseada desde el aparato o desde una app, utiliza medios electrónicos de pago y admite hasta cuatro clientes simultáneos. Los frascos son despachados por una bandeja como las usadas en máquinas de gaseosas y los clientes pueden escribir referencias sobre los productos, que luego son cargadas a la app del autoservicio. Todo legal.