Ir al baño en China puede ser el inicio de una causa penal. Una vez más a la vanguardia mundial del prohibicionismo, el gobierno chino inició un programa de detección de drogas y sus metabolitos en las plantas de tratamiento de aguas cloacales para identificar y perseguir usuarios y supuestos traficantes de sustancias ilegales.
Inicialmente empleado en la ciudad de Zhongshan para rastrear y detener a un productor de drogas, además de elaborar un mapa de los sectores “calientes” en cuanto a consumo, las autoridades planean extender el programa a otras 12 ciudades con una inversión estimada de 1.500 millones de dólares.
La medida es una más en una larga lista de programas como los tests de drogas al azar en las fronteras y lugares públicos, donde se realizan arrestos en los casos de resultados positivos, sin necesidad de que la persona tenga con ella alguna sustancia prohibida.
Solo durante los primeros cuatro meses de 2018, 12.000 usuarios de drogas fueron detenidos y derivados a tratamientos de rehabilitación compulsivos.