La regulación del cannabis para fines recreativos en Canadá le abrió una puerta a las comunidades originarias para producir marihuana.
Según consideran los líderes de las comunidades, los pueblos y comunidades indígenas podrían cultivar cannabis en sus propias tierras, administrar su propia comercialización, empaque y distribución a los minoristas y a las empresas que planean vender cannabis al exterior.
“La legalización y regulación del mercado del cannabis en Canadá representa un potencial monumental para generar ingresos para los primeros pueblos del país y empleo para nuestros jóvenes”, sostienen representantes de la First Nation, como se denomina a las unión de los pueblos originarios de Canadá.
De hecho, muchos pueblos originarios están ubicados o poseen tierras cerca de las ciudades, brindando la oportunidad de establecer locales minoristas para la venta de productos de cannabis.