La acromegalia le produjo diabetes y problemas para movilizarse, además del miedo a no poder usar más sus manos para hacer lo que ama: dibujar. Pero el cannabis disminuyó estos temores y, tras una operación exitosa, usa cannabis para consumir menos pastillas y mitigar los dolores.
“Tuve acromegalia causada por un tumor benigno en la hipófisis. Ello afecta el desarrollo hormonal, por lo que me causó diabetes y después casi no podía caminar por el dolor. Mi hormona de crecimiento estaba elevada un 400%. El tumor me lo extirparon pero para ello estuve en lista de espera y en ese tiempo tuve que tomar muchos fármacos para el dolor, algunos muy fuertes que me causaban somnolencia y me afectaban la vista: prácticamente no veía a tres metros de distancia. Investigué alternativas para tratar el dolor y lo que hice fue empezar a cultivar y a fumar flores, algo que en Córdoba, donde vivo, es extremadamente peligroso por ser una ciudad tan conservadora. Empecé fumando dos veces al día y eso hizo que se redujera mi necesidad física y psíquica de tener que tomar las pastillas y las gotas para el dolor. Logré empezar a dormir de una forma más natural y no tan química y, al no estar tan medicado y dopado, a disfrutar más las cosas. La acromegalia hizo que en cuatro meses mis huesos crecieran ocho centímetros, y como soy dibujante y pintor, fue un gran problema psicológico. Pero las flores me relajaron y me redujeron la ansiedad, y me redujeron el miedo a pensar que no iba a poder usar más mis manos. La recuperación de la operación fue exitosa y hoy llevo una vida normal.”