Una granja de cáñamo industrial del estado norteamericano de Maine ofrece un servicio ideal para todos aquellos que sueñan con trabajar en una granja de cannabis: póngase las botas, corte las flores que más le gusten, peselas a la salida y lléveselas a su casa.
La granja, llamada Sheepscot General Farm, tendrá unas 7.000 plantas en una superficie de poco más de una hectárea, nació luego de la legalización a nivel federal en Estados Unidos del cáñamo industrial y el boom del CBD, que continúa apareciendo en cientos de productos diferentes, desde los destinados a uso medicinal y cosmética hasta comestibles como pan y leche.
¿El precio de la aventura? Unos 50 dólares por medio kilo de flores frescas sin manicurar ni secar. Según sus dueños, las variedades cultivadas en Sheepscot pueden alcanzar entre 15% y 20% de CBD
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