Qué quiere saber?, pregunta Wernard Bruining, con autoridad, luego de ofrecer té, dulces y colocar sobre una mesa ratona un gotero con el aceite de cannabis con que convida su medicina a quien lo requiere.
Wernard está en contacto diario con el cannabis desde hace más de 40 años y fue protagonista de los inicios de la cultura cannábica. En 1972 fundó Mellow Yellow, una casa de té que se convertiría en el primer coffee shop en Holanda.
Hoy el lugar sigue funcionando, pero no le pertenece. Cuando abrió aquel local, que funcionaba antes como panadería, Bruning arregló con un vecino para que hiciera el servicio de dealer de hash libanés, principalmente, luego se sumarían el marroquí y el afgano.
Se sabía que Mellow Yellow era un lugar confiable para comprar cannabis y también para colgarse jugando al metegol. Y claro, servían té, café y cosas ricas. Un asistente asiduo nos contó que el ambiente, entrados los 70, era de continuo debate político, filosófico y cultural. “Era un refugio en todo sentido”, describió.
Wernard también estuvo detrás del surgimiento de Positronics, que fundado en 1985 ostenta el privilegio de haber sido el primer growshop de Europa. Luego comenzó a dedicarse a la Fundación Mediweed, abocada a la difusión de los usos medicinales del cannabis y la lucha por su legalización.
WERNARD ESTÁ EN CONTACTO DIARIO CON EL CANNABIS DESDE HACE MAS DE 40 AÑOS. EN 1972 FUNDÓ MELLOW YELLOW, UNA CASA DE TÉ QUE SE CONVERTIRÍA EN EL PRIMER COFFEE SHOP DE HOLANDA
También escribió un libro llamado Mediewietolie (“aceite de marihuana medicinal” en holandés), con 500 casos de personas que se acercaron a él padeciendo distintas dolencias físicas y mentales: artritis, parkinson, esclerosis múltiple, depresión crónica, “bordeline”, esquizofrenia, síndrome de déficit de atención, entre otras. Allí abundan los testimonios de los beneficios del aceite casero de Wernard, cuya receta hoy se encuentra disponible en su página web (mediwiet.nl).
Qué preguntarle con semejante pasado detrás. Lo importante ante un visionario como Wernard, no es saber dónde está parado ni cómo llegó aquí, sino el horizonte que imagina.
¿Estás a favor de regular el acceso al cannabis como cualquier otro producto comercial o sos de los que prefieren abolir todo tipo de regulación?
Cuando empecé a fumar, la gente a mi alrededor decía: “Pronto va a ser legal”, “legalicen” y toda esa mierda. A mí no me gustaba, decía: “El día que la legalicen voy a dejar de fumarla, porque no quiero comprar marihuana en el supermercado, yo quiero cultivarla o comprársela a un amigo o a un desconocido o lo que sea, pero no quiero regulaciones”. Ahora pienso que que los gobernantes deben hacer algo muy simple. Primero deben mirar el precio del kilo, siempre. El kilo debe tener un precio muy bajo, que no haya violencia alrededor ni crimen organizado. Cualquier política eficaz debe basarse en un kilo a bajo precio en su producción y que el costo final para el cliente, aunque sea el doble, siga siendo bajo y accesible y que no tengan que mezclarlo con tabaco porque pagaste unos cuantos euros el gramo [nota del redactor: en los coffee shops los precios actuales están entre 8 y 15 euros el gramo]. Es sólo comprar un poco de marihuana y no tiene por qué ser
la más fuerte.
¿Cuál es para vos la mejor forma de regular?
La política del cannabis tiene que estar atada al precio, es decir, tiene que haber una relación entre lo que regulás y el precio. Lo que todos todos quieren hacer es regular la cantidad de THC, cuántos gramos van en el paquete y el precio lo ponen alto para que la gente no compre tanto y guarde, pero si el precio es alto sólo ganan los cultivadores comerciales.
EL PROBLEMA DEL CANNABIS ES QUE SE INMISCUYAN LOS QUE NO CULTIVAN NI FUMAN, CUANDO LOS DEJÁS AL COSTADO DEL JUEGO, LAS BARRERAS CAEN RÁPIDO Y CADA UNO TIENE LO QUE NECESITA
Asegurar el derecho al autocultivo sería clave?
Claro, nadie debería tener el derecho, ni un gobierno, ni un partido político, ni nadie más, de determinar o decir algo de las plantas que vos cultivás y yo fumo, no es asunto de nadie, sólo tuyo y mío. El problema del cannabis es que se inmiscuyan los que no cultivan ni fuman, cuando los dejás al costado del juego, las barreras caen rápido y cada uno tiene lo que necesita: hay mucha marihuana, es barata, reemplaza el alcohol, la gente es feliz y se puede usar con fines medicinales.
¿Y en qué puede ayudar el cultivo de marihuana a los países en crisis?
En el tema medicinal, todo el concepto de medicina está por explotar, necesita un cambio y yo creo que puede mejorar si a la gente se le permite cultivar su propio medicamento, así no necesitan una ayuda regular de tantos doctores y medicamentos de laboratorio.