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Jeff Lowenfelds, genio de la jardinería: “El cannabis es el tomate del futuro”

En cualquier feria cannábica, Jeff Lowenfels se ve como un bicho raro en una fiesta de fumones: un hombre alto de 68 años, canoso, bajo una gorra con visera rosa. Pero Lowenfels es un bicho raro.

Casi sin darse cuenta, este columnista de jardinería se convirtió en un divulgador serio y respetado alrededor del mundo escribiendo desde un pequeño diario de Alaska, donde el cannabis se legalizó para uso recreativo en 2015 pero sus leyes protegen su uso y posesión desde 1975.

Lowenfels es abogado y ha escrito sobre jardinería de forma ininterrumpida desde hace más de 40 años, lo que lo convierte en el “garden writer” más antiguo de Estados Unidos.

También conocido como “el abogado más sucio de América”, por su manía de estar revolviendo tierra, Lowenfels es la tercera generación de “gardeners” de su familia. Sus padres y abuelos eran jardineros habilidosos. 

El equipo de los sueños

Lowenfels fue Presidente de la Garden Writers Association of America (GWA), donde se reúne la mejor información y bibliografía sobre jardinería en Estados Unidos. Y con los años, se transformó en un defensor a ultranza del cultivo orgánico. Sus libros se centran en las bondades del suelo vivo y explican de manera sencilla y pedagógica la importancia de mantener una buena red alimentaria virtuosa. 

Junto a Wayne Lewis, Lowenfelds escribió la serie de libros Teaming with (En equipo con): en cada uno de ellos le prestan atención a un tema en particular: En equipo con los hongos, En equipo con los microbios y En equipo con los nutrientes.

Lowenfels y Lewis aplicaron técnicas de cultivo biológico a sus propios suelos y quedaron asombrados con los resultados tras descubrir que, de esta forma, sus plantaciones se volvían más productivas y saludables. Hoy, su obra es tomada como material de consulta y guía por miles de cultivadores de cannabis.

“Si realmente querés ser un buen cultivador de cannabis, necesitás entender qué es lo
que pasa en el suelo”.

¿Siempre te interesó el cultivo orgánico?

Hasta hace algún tiempo, como la mayoría de los jardineros, yo usaba fertilizantes sintéticos en mi jardín argumentando que el nitrógeno que venía de una fuente orgánica era igual al de una inorgánica. Pensaba: ‘A las plantas no les importa si el nitrógeno viene de un polvo azul mezclado con agua o si viene de la bosta’. 

¿Y qué te hizo cambiar de opinión? 

Un día, un jardinero amigo me envió dos fotos sacadas con un microscopio. En una se veía cómo un nematodo, una especie de gusano que vive en el suelo, era atrapado por una hebra de un hongo de las raíces. La segunda mostraba a otro nematodo, solo que esta vez, sin la barrera natural del hongo, estaba con medio cuerpo dentro de las raíces del tomate. A partir de ahí empecé un nuevo camino. 

Desde los 60 es usuario de cannabis, pero luego de una larga carrera como autor de libros de jardinería es la primera vez que se dedica a escribir sobre la planta.

¿Te pusiste a estudiar?

Sí, quería repensar y reaprender todo lo que sabía sobre plantas y fertilización. Así llegué a conocer el trabajo de la Dra. Elaine Ingham, una microbiologa famosa por su trabajo en relación al descubrimiento de la vida del suelo. Se convirtió en una guía e inspiración para mi obra. Gracias a ella entendí la importancia del ‘quién come a quién’ en estas comunidades subterráneas. Así comprendí lo que mi amigo me había mostrado en esas imágenes, comprendí qué fue lo que mató al hongo que protegía a las raíces del nematodo. 

¿Cuál es el concepto central que aprendiste?

Que cuando usamos fertilizantes químicos, dañamos la vida microbiana que mantiene a las plantas sanas y nos hacemos cada vez más dependientes de un arsenal de sustancias artificiales, que son a menudo tóxicas para los humanos así como para otras formas de vida. 

¿Y cómo se aplica esto al cultivo de cannabis?

Si realmente querés ser un buen cultivador de cannabis, necesitas entender qué es lo que pasa en el suelo. Si querés buena tierra, entonces tenés que usar productos orgánicos. ¿Te gustaría tener el equilibrio correcto de microbios? Entonces deberías cultivar orgánico. Si buscás autoabastecerte en vez de estar sujeto a compañías que solo quieren venderte cosas, entonces cultivá orgánico. Y lo más importante: si vas a poner algo en tu cuerpo, mejor que sea orgánico.

Huerta cannábica

Con los años y la creciente preocupación por el cuidado del medioambiente, la trilogía En equipo con terminó siendo una fuente de consulta más allá de las frutas, verduras, tubérculos y hortalizas. El trabajo de Lowenfels y sus técnicas comenzaron a ser aplicadas por cultivadores en Estados Unidos y Canadá. 

Jeff estudia la microvida del suelo y todas sus recomendaciones tienen en cuenta promover su equilibrio.

Con cuatro décadas de experiencia como comunicador, Jeff entendió que a medida que la legalización del cannabis avanzaba, el cultivo de la planta era cada vez más popular y su público, más amplio. Era tiempo de escribir para ellos. Así nació Cannabis autofloreciente: una forma fácil de cultivarlo, un libro pensado para cultivadores caseros, donde se mete de lleno en el trabajo con la planta de marihuana, empezando por las variedades que crecen más allá de los límites fotoperiódicos.

“Pienso que cualquiera que sepa cultivar tomates puede cultivar marihuana y le va a
encantar hacerlo”.

¿Qué te llevó a escribir sobre cannabis?

Porque se generó un mercado enorme y muchas personas están ingiriendo productos que fueron cultivados usando químicos y eso está mal. Desde mi punto de vista, usar fertilizantes químicos en productos que vamos a ingerir, directamente es inmoral. Esa es la primera razón. La segunda razón es porque pienso que cualquier persona que sepa cultivar tomates puede cultivar marihuana. Una vez que la gente vea lo fácil que es cultivarla, no van a querer parar de hacerlo. El cannabis es el tomate del futuro.

¿Por qué te interesan las autoflorecientes?

Como mi columna de jardín es una columna de plantas en general y no específicamente sobre cannabis, me gusta la idea de poder contarles a mis lectores sobre un nuevo tipo de planta que pueden cultivar sin ser un cultivador o consumidor profesional. Las automáticas también tienen la ventaja de florecer en cualquier momento, sin importar que tan largas o cortas sean las noches. En Alaska las horas de luz fluctúan mucho según la estación del año y la zona donde vivas, complicando la floración de las fotoperiódicas. Por otra parte, para quienes dudan de la producción y calidad que las autoflorecientes cabe decir que las genéticas han mejorado mucho desde que aparecieron por primera vez en la década de 1970.

¿Solo las recomendás para lugares con problemas de fotoperíodo?

No solamente, no es nada más por un tema de relación entre horas de luz y oscuridad. Yo creo que las autoflorecientes serán un factor importante en la legalización, porque todos pueden cultivarlas sin exponerse demasiado, gracias a que su tamaño es discreto. Y son plantas que te facilitan el trabajo. Creo que si te gusta gusta cultivar tomate, vas a amar las plantas de cannabis autofloreciente. 

¿Y, más allá de las autoflorecientes, qué otras cosas te parecen centrales?

Si es posible, elegir buenas genéticas y preocuparse por tener un suelo vivo. Con esto quiero decir que contenga las bacterias, microbios y hongos correctos. Otra cosa a tener en cuenta es la luz; si estás cultivando en interior, es algo a lo que realmente debes prestar atención. 

¿Te referís a la temperatura?

No precisamente. Cuando cultivamos indoors estamos intentando imitar a la luz del sol, y no deberíamos estar haciéndolo, es algo a lo que nos llevó la ilegalidad y ahora el mercado. De hecho, a nivel casero la mayoría de las personas buscan obtener la luz más barata y tienen cosechas muy pobres. Por eso, los políticos tienen que liberar de una vez por todas a esta pequeña y simple planta para que podamos tenerla en nuestros jardines.

¿Y, más allá del cultivo, cómo es tu relación personal con el cannabis?

A veces escribo mientras vaporizo. En general, solo uso ​​flores y no las quemo: creo que es mucho más saludable y me permite catar mejor lo que fumo. Comencé a fumar cuando cursaba en la universidad, en la década del 60. Esos años me ayudaron a entender que nada de lo que me habían dicho mis padres sobre la educación, el gobierno o contra el cannabis era cierto. Me volví un gran admirador de la planta desde que me di cuenta de que las Grandes Mentiras realmente existen.


Texto @los_cocos_dtw

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