El gobierno suizo aprobó un plan para evaluar el impacto de la legalización del cannabis. Y sumó algo interesante: si la marihuana para todo fin deja de estar prohibida en ese país os cultivos tendrán que ser 100% orgánicos y locales.
Planeado para llevarse a cabo en ciudades grandes como Basilea, Berna, Biel o Ginebra, la meta del estudio es evaluar los efectos de una regulación del cannabis y entender como funciona el mercado negro para encontrar una manera eficiente de combatirlo.
Estilo suizo
De acuerdo al comité que aprobó el proyecto, antes de discutir cualquier modelo de regulación, los planes deben ser testeados para certeza de su eficiencia.
El detalle del proyecto recientemente aprobado es que sólo habilitará a personas que ya sean usuarias de cannabis. Para eso no van a conformarse con una declaración jurada: van a utilizar una muestra de cabello para comprobarlo.
Antes de legalizar, Suiza inició un plan piloto con usuarios de cannabis. Y el gobierno ya adelantó de la producción debería ser 100% nacional y orgánica.
Esta técnica de análisis permite detectar trazas de metabolitos de cannabis con una antigüedad de entre tres y seis meses, certificando de alguna manera el uso previo de cannabis.
Las leyes
Actualmente pequeñas cantidades de cannabis, menores a diez gramos, son toleradas en Suiza. Eso sí, se cobran multas de hasta cien francos.
Lo que sí se permite es la producción, venta y uso de productos con hasta 1% de THC.
Previendo una posible legalización, el ministro de Salud Alain Berset afirmó que el cannabis debería ser producido en Suiza por productores locales para estimular la economía agraria.
Además aclaró que debería ser cultivado con técnicas orgánicas y sustentables.
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