Elefantes que se sostienen con la punta de su trompa, cocodrilos que se transforman en acordeones, vacas que hacen equilibrio sobre una de sus patas. Ese es el universo de Bruno Pontiroli.
Pontiroli creció en el sur de Francia, trabajó en diseño 3D y se desarrolló su aventura de arte callejero haciendo grafittis en el subterráneo de París.
Francisco de Goya, Pablo Picasso y Salvador Dalí son claras influencias en su trabajo, donde el principal objetivo es mostrar que nuestra mirada tiene la capacidad de transformar el mundo que nos rodea y volverlo fantástico.
“Mi objetivo es cambiar la visión estrecha que tenemos del mundo al revés y perturbar nuestra imaginación”, cuenta el artista bruno Pontiroli
“Mi objetivo es cambiar la visión estrecha que tenemos del mundo al revés y perturbar nuestra imaginación mientras sacudimos una realidad aceptada con imágenes que son tan comprensibles como familiares”, cuenta Pontiroli.
En su serie A Rebrousse-Poil (A contra corriente), Pontiroli nos regala animales hiper realistas, pero al mismo tiempo en una contorsión imposible.
Algo bastante parecido a lo que los seres humanos, en nuestro sistemático descuido por la naturaleza, hacemos con el planeta y los otros seres que lo habitan.
