Los pueblos de Nonogasta y Chilecito, en La Rioja, llevan 15 años resistiendo los proyectos megamineros que intentan explotar la mina de oro del cerro Famatina. “El Famatina No se Toca”, “El agua vale más que el oro”, son las frases insignia de esa lucha, que se extiende por la cordillera.
Sin embargo, durante su visita a Chilecito en el marco del denominado Gabinete Federal, el presidente Alberto Fernández dejó la puerta abierta para que el gobierno provincial y empresas multinacionales vuelvan a la carga con los proyectos de megaminería.
La asamblea El Retamo le respondió al mandatario en una carta pública con un contundente rechazo y una propuesta de otro modelo productivo: plantaciones de cáñamo al pie del Famatina, que generaría más puestos de trabajo que los proyectos mineros, evitaría la amenaza latente de la contaminación y cuidaría el bien común escaso en la región: el agua.
Las plantaciones de cáñamo al pie del Famatina generarían más puestos de trabajo que los proyectos mineros, evitarían la amenaza latente de la contaminación y cuidarían el bien común escaso en la región: el agua.
“Este emprendimiento, tranquilamente, podría reemplazar la nefasta explotación megaminera, de largamente comprobada contaminación, además de grandes consumos de agua, y poca generación de puestos de trabajo”, sentenció la asamblea en su carta pública. El proyecto fue entregado en mano al ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.
La propuesta de generar una industria a partir de la plantación de cáñamo está enfocada no en los derivados de uso medicinal del THC sino en otra gran cantidad de subproductos que pueden obtenerse de la planta: papel, textiles, material para la construcción, aceites, biodiesel, productos alimenticios.
“Se podrían generar 800 puestos de trabajo en un inicio y otros 1500 más luego del primer año de trabajo”, cuenta Carlos Camps, en diálogo con Tierra Viva, sobre el proyecto de la Asamblea El Retamo.
En paralelo, el Estado provincial ya avaló un proyecto de cannabis medicinal en Chilecito, al igual que lo está haciendo Jujuy, lo que marcó otro rumbo para un cambio de la matriz productiva del NOA.
“Acá en Chilecito se fundó la primera sucursal del Banco Nación porque el Famatina traía la plata que hacía rica a la Argentina. Esa riqueza está acá, en Chilecito. Lo único tenemos que hacer es movilizar al Famatina, que tiene infinita riqueza”.
Esa fue la frase elegida por Fernández para insistir en la posibilidad de explotar el Famatina, un discurso en línea con la impronta prominera que baja desde el Minsiterio de Producción y la Secretaría de Minería. Impronta reflejada en el respaldo al intento del gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, de avanzar con proyectos mineros en La Meseta, más atento al lobby minero que a la falta de licencia social dentro de la comunidad chubutense.
El presidente eligió recordar la explotación de la mina de oro que funcionó en el Famatina a principios del siglo pasado y dejó en el acervo cultural otra de las nominaciones con la que se conoce el cerro: “La Mejicana”, por el nombre que tenía aquella mina de oro explotada por ingleses.
Lejos de “hacer rica a la Argentina”, el mineral extraído era exportado directo a Londres vía ferrocarril y el puerto de Buenos Aires. Los asambleístas en su carta pública hicieron memoria de hechos más recientes: “Quizá sea necesario recordarle que, desde hace más de 15 años, ésta y otras asambleas y organizaciones de la ciudadanía de la provincia de La Rioja, expulsaron cuatro empresas megamineras extranjeras dispuestas a explotar y contaminar nuestros bienes comunes”.
Cannabis en el Famatina, un cambio de modelo que levanta la bandera de Belgrano
“Protestar y proponer”, dice Camps. El asambleísta oriundo de Chilecito confía en que el movimiento social creado en los últimos 15 años hace “imposible que ingrese un proyecto minero” porque no hay licencia social y, por eso, buscan “hacerle ver al Presidente que ya es hora de cambiar la matriz productiva y de acumulación, no se puede continuar con el mismo modelo”.
“La pandemia misma nos está diciendo qué pasa cuando se avanza sobre la naturaleza. Si no cambia la matriz productiva estamos condenamos a la extinción. En menos de 20 años estaremos luchando por el agua y ya sabemos por Jáchal, lo que pasa con el agua y la megaminería”, sentencia.
La propuesta para crear puestos de trabajo, preservando el agua y agregando valor a la materia prima del cáñamo quedó en manos del Gobierno junto a otras iniciativas
“El nevado de Famatina” o “La Mejicana” son dos formas de nombrar a esa cumbre que oficialmente se llama Cerro General Belgrano. El presidente podría haber elegido contar una historia del prócer argentino para proponer el mismo proyecto productivo que dejó en manos de Basterra la Asamblea El Retamo.
“No se descubrió ayer la posibilidad de industrialización del cáñamo, Manuel Belgrano fue uno de los impulsores en el país”, destaca el asambleísta.
“El cáñamo tiene cientos de años de utilización. Se trajo a América en un principio para la producción de papel y telas. Los primeros emprendimientos se registraron en Mendoza, se pueden encontrar artículos periodísticos que datan de 1860, donde se relata su uso para el sector textil. Hasta la Constitución de Estados Unidos estaba hecha con papel de cáñamo y los primeros autos de Ford tenía sus partes construidos con un material a base de ese material vegetal”, revista Camps.
El agua vale más que el oro
Además de la diversificación productiva que tiene el cultivo cuenta con una característica especial para la región cuyana: “Necesita muy poca agua y acá el agua no sobra. La mayor parte del año no cae ni una gota”.
Camps también destaca otra de las cualidades que impulsaron a la asamblea El Retamo a proponer este proyecto productivo: “Las plantaciones de cáñamo se están usando en países como Italia para remediar la situación de industrias contaminantes”.
La amenaza que significó las palabras del presidente la semana pasada llevaron a la asamblea a presentar la contrapropuesta, pero el proyecto busca responder en primer término a un conflicto que lleva más de 30 años en Nonongasta.
Las plantaciones de cáñamo se están usando en países como Italia para remediar la situación de industrias contaminantes, esa cualidad fue clave en el planteo hecho al presidente de la Nación
La curtiembre instalada en el pueblo desde 1987 por impulso del entonces gobernador Carlos Menem, que le entregó el negocio a su familia política, los Yoma, y que hasta octubre pasado funcionó al mando de capitales brasileños con el nombre Curtume CBR S.A.
El cierre de las actividades no esenciales, la caída de las importaciones y el proceso judicial impulsado por la asamblea El Retamo, que terminó por probar la grave contaminación con cromo y otros subproductos del proceso del cuero, marcó lo que parece un cierre definitivo a fines del año pasado.
Ese cierre dejaría a 800 trabajadores sin empleo y sería el primer objetivo del proyecto de industrialización de Cáñamo, cuya plantación extendida en los terrenos que hoy ocupa la curtiembre ayudaría a revertir la contaminación del suelo.
“No podemos hacer megaminería ni curtiembre porque acá el agua no sobra: lo primero que tenemos que cuidar es el agua sino vamos a terminar siendo una zona de sacrificio. Eso se demuestra con lo que pasa en San Juan o Catamarca. Ninguna de esas provincias ha sido Suiza después de la explotación de la megaminería sino que son zonas muy pobres, no hay más hospitales o más escuelas, se mantiene una pobreza ancestral y desocupación”, resume Camps el fallido modelo extractivo en las provincias vecinas.
La propuesta para crear puestos de trabajo, preservando el agua y agregando valor a la materia prima del cáñamo quedó en manos del Gobierno junto a otras iniciativas que coinciden con algunos proyectos de reciclado e impulso de la agroecología, que el propio Ejecutivo nacional impulsa en menor medida con el denominado programa Casa Común.
El llamado de la Asamblea El Retamo al presidente espera ser escuchado: “Muchas veces lo escuchamos a usted, repetir en los medios que el coronavirus llegó para cambiar el paradigma de explotación de los ‘recursos naturales’, tratar de producir, industrializar y acumular de un modo que no afecte nuestro medio ambiente, es un desafío. Saludamos esas palabras y lo instamos a recapacitar sobre lo dicho en nuestra ciudad”.
Este informe fue desarrolado y publicado originalmente por la Agencia Tierra Viva, un medio de comunicación nacido para contar lo que pasa en el campo desde la mirada de quienes producen alimentos: familias campesinas, pequeños productores, comunidades indígenas, cooperativas.