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En el último año, la tecnología aplicada al universo del cannabis aceleró su velocidad. Especialmente en los países donde la marihuana está regulada. Ahora la Realidad Aumentada (RA) parecer ser el futuro de la experiencia cannábica.
A diferencia de la Realidad Virtual, donde se proyecta una simulación en un dispositivo que puede ser desde la pantalla de un cine a un teléfono, la Realidad Aumentada es una especie de combinación entre lo que vemos e información digital.
Puede tratarse desde imágenes que “aparecen” en la cámara del celular o una etiqueta que se despliega escaneando un código.
La RA permite experiencias interactivas combinando la dimensión virtual y la física. ¿Cómo se aplica a algo tan real como la marihuana?
Te contamos cómo la tecnología puede proveer una experiencia totalmente novedosa a la hora de adquirir cannabis en un mercado legal.
Dispensarios virtuales
El desarrollo de alternativas legales para adquirir cannabis enfrentó un gran desafío durante los meses de Pandemia. Lo primero que comenzó a crecer fueron las compras on line. La aplicación de tecnologías de RA permite a las personas “ir” al dispensario, “ver” y finalmente elegir su cannabis.
Se trata de un fenómeno que empezó hace unos años y tomó impulso durante la pandemia de covid19: las nuevas restricciones y medidas de seguridad sanitaria impusieron cambios en la forma en que se puede ofrecer cannabis a los usuarios, por ejemplo impidiendo el contacto directo con los productos. Al mismo tiempo obligó a reducir los tiempos de permanencia en los locales y el distanciamiento con los y las budtenders.
Uno de los pioneros en la materia fue la empresa NexTech, con una plataforma llamada ARitizing que básicamente propone, y cumple, la idea de un dispensario totalmente virtual.
Parafernalia interactiva y personalizable
Otras opciones apuntan a una experiencia única a la hora de disfrutar un producto o incluso utilizar un bong o un rig. Es la propuesta de la compañía Philter Labs con Daily High Club: un bong que al ser escaneado por una app genera un video animado. Esto abre el camino a un nuevo mundo de parafernalia.
Las posibilidades son infinitas. Desde productos personalizados con vídeos, música o imágenes a la posibilidad de obtener información sobre la fabricación del producto o consejos útiles para el usuario como un manual de uso o tips de limpieza.
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Etiquetas virtuales
Otras propuestas son menos extravagantes pero extremadamente útiles. En algunos mercados como Canadá o California las regulaciones de venta al público establecen el uso de contenedores a prueba de niños, con sellos a prueba de agua y aroma.
Can of Bliss, basada en California, ofrece un contenedor metálico que cumple todos estos requisitos de seguridad sin perder la oportunidad de observar lo que guardan dentro: un código QR en la tapa permite acceder a toda la información del producto, con perfiles de principios activos, información del cultivo y fotos en 360° del contenido.