Desde el artesanal sabor del hachís amasado a mano hasta el más delicado rosin exprimido de cogollos frescos, el mundo de las extracciones es un complejo universo de sabores, aromas y cannabinoides cada vez más popular.
Sin clorofila, celulosa y demás elementos presentes en la materia vegetal, la alquimia del cannabis destaca aún más que en una flor.
Donde el cannabis se reguló, los concentrados y extracciones hoy esán en la cima de la popularidad. Y las cifras no mienten: entre 2019 y 2020, las ventas de concentrados legales aumentaron un 40%.
Los concentrados actuales se distinguen principalmente por su forma de obtención, que puede ser química mediante solventes que luego se evaporan o mecánica, con tamices o prensas
Los concentrados actuales se distinguen principalmente por su forma de obtención, que puede ser química mediante solventes que luego se evaporan o mecánica, con tamices o prensas como es el caso del rosin.
Por qué extractos
Si bien estos productos están asociados generalmente a una gran potencia (pueden alcanzar porcentajes de cannabinoides como el THC superiores al 70% cuando un cogollo ronda un 25-30%) son buscados también por la pureza de sus componentes y sus sabores.
Las extracciones contienen mínimas a nulas partículas de materia vegetal y su contenido de cannabinoides, terpenos y otras sustancias presentes en la resina es alto.
Además, los adelantos en nuevas tecnologías de vaporización, con adaptadores que permiten el uso de distintos tipos de extractos, mejoró la portabilidad y ayudó a popularizar una forma de uso moderna pero con raíces que se extienden miles de años atrás.
Por supuesto, existe también un boom económico. Con un precio promedio que ronda los 20 dólares por gramo, sólo en 2020 el mercado legal de las extracciones pasó de generear 567 millones a 797 millones de dólares anuales.