Las plantas nos proveen signos para poder “leer” en qué momento se encuentran y qué necesitan. Si aprendemos a interpretar los pistilos vamos a ver cómo nos muestran la maduración de la planta.
Los pistilos son esos “pelitos” que sobresalen del cáliz en las flores y plantas hembras. No son un adorno: un pistilo es un órgano reproductivo femenino de la planta.
Cuando uno de estos “pelitos” entra en contacto con el polen de una planta masculina se produce la polinización.
Durante el vegetativo son claves para diferenciar entre machos y hembras, aunque también están en los ejemplares intersexuales (hermafroditas). Pero a recordar: lo mejor es sólo quedarnos con las hembras, salvo que estemos trabajando en crianza de nuevas cepas.
Durante la floración, los pistilos pueden llegar a servirnos como guía para evaluar la madurez de la planta por los cambios en su coloración que van del blanco al marrón.
Durante la floración, los pistilos pueden llegar a servirnos como guía para evaluar la madurez de la planta por los cambios en su coloración que van del blanco al marrón
Como regla general se suele esperar a que el 75% de estos esté maduro para considerar que la planta está lista para ser cortada. Aunque eso nunca debe ser tomado como una regla estricta, si no como una técnica más.
De hecho, las lluvias o el calor intenso generan variaciones en los colores de los pistilos, lo que puede confundirnos a la hora de cortar nuestra planta.
Por eso, ningún factor de produce de forma aislada. Cuando estemos cerca de los días de cosecha, para determinar la madurez de la planta vamos a tener que observar otros múltiples aspectos como cálices y tricomas.