El punto de corte es un tema que desata debate entre todos los cultivadores. En última instancia se trata de una decisión bastante personal. Vamos a repasar algunas recomendaciones para estimar cuándo es el mejor momento para cosechar.
Las diferencias de criterio se deben a que existe un período ventana en todas nuestras genéticas que nos permite tener distintas expresiones del mismo cultivo según cosechamos antes o después.
Sin embargo, hay un gran consenso sobre cuando una planta está madura, ya que como cultivamos flores, debemos cosecharlas una vez que hayan terminado de desarrollarse.
Guiarnos por solo un tipo de indicador no es lo más seguro dada la cantidad de variables que señalan la maduración de la planta.
Nuestro desafío es poder conjugar una serie de aspectos para poder cosechar flores maduras con lo que consideremos la mejor expresión del “punto justo” de nuestro cultivo.
Cálices y pistilos
Las flores deben estar con los cálices hinchados, es este el principal indicador de madurez. A su vez, si no sufrieron mucho estrés climático los pistilos estarán amarronados en al menos más de la mitad.
Es interesante remarcar que esto es un indicador si lo evaluamos de forma conjunta con el desarrollo de las flores, ya que pueden amarronarse por otras cuestiones y darnos una falsa sensación de que está lista para cortar.
Tricomas
Es un indicador clave, siempre que lo evaluemos conjuntamente con las dos variantes anteriores. Guiarnos solo por este aspecto no implica una mirada completa.
Evaluar la coloración de los tricomas como reflejo de su madurez es más preciso con variedades de floración rápida, debido a que todos los tricomas se desarrollan de forma conjunta, y maduran más o menos igual.
En cambio, las de floración más larga pueden presentar varias generaciones de glándulas, dandonos un desafío mayor.
Debemos recordar a la hora de usar la lupa no tomar solo una medición de un solo lugar dado que los tricomas se pueden dañar por estrés mecánico poniéndose marrones.
Información sobre la genética
El dato más útil para la cosecha es la indicación del breeder que desarrolló la genética, de la persona que nos brindó el esqueje o nuestra propia experiencia previa.
Este dato es sensible, porque nos permite planificar correctamente nuestra cosecha e incluso salvarla de una semana de lluvia si vamos por la semana 7 y sabemos que ese fenotipo se cosecha en 8.
También es útil para planificar nuestras fertilizaciones, los excesos de nutrientes no solo perjudican las cualidades organolépticas, sino que también pueden generar la aparición de nuevos pistilos, que pueden prestar a confusiones.