A principios de mes, el Gobernador de Santa Fe, Omar Perotti sorprendió con un anuncio: la provincia va a producir aceite de cannabis para abastecer al sistema público de salud.
El anuncio fue hecho durante la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura. El asombro se genera principalmente porque los diputados habían alcanzado la media sanción de un proyecto de ley que garantizaba el abastecimiento de cannabis para fines medicinales.
El proyecto habilitaba tanto el autocultivo, como el cultivo solidario y en red gestionado por las asociaciones civiles. Pero la iniciativa durmió durante todo el 2020 en los cajones del Senado y perdió el estado parlamentario.
Sin embargo, el ejecutivo provincial estableció sus propios ritmos de avance.
Laboratorio provincial
Sin embargo, no todos se sorprendieron con el anuncio de Perotti. Una de las personas que estaba al tanto era Esteban Robaina, Director del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), la empresa estatal de la provincia que comanda la producción de cannabis en Santa Fe.
“Dentro de los medicamentos que producimos, consideramos que es importante incorporar al aceite de cannabis. Es un reclamo social y tenemos que tender a un sistema de provisión de aceite que asegure calidad y seguridad a los pacientes”, asegura Robaina, en diálogo con THC.
Actualmente, si bien Santa Fe no adhirió a la Ley Nacional de Cannabis Medicinal, la provincia tiene una normativa propia sancionada en 2016 en la que se incorporó los derivados de la planta al formulario terapéutico local.
En cuanto a los planes que tiene el LIF para su propia producción de cannabis, Robaina cuenta que “se ha decidido trabajar en dos frentes, que se tratan de líneas de acción paralelas”.
En el plan del gobierno santafesino el sistema de laboratorios públicos se encargaría de la producción del aceite, en una primera etapa se haría a partir de los concentrados importados de Europa. Luego realizarían cultivos propios.
Entonces, el ingeniero químico detalla que “para tener un producto este año, iniciamos las gestiones para la compra de principios activos. Paralelamente, hay un programa provincial que implica el cultivo en una planta propia, en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de Producción de la provincia”, detalla Robaina.
Sobre la importación del principio activo, el director del LIF dice que se trata de una extracción de CBD puro, que provendría de laboratorios de España o Rumania.
“Estamos esperando la autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)”, cuenta Robaina sobre lo que reconoce como una tendencia mundial. “Dentro de la industria farmacéutica, los laboratorios compran los principios activos. Mientras que el ciclo de cultivo, extracción y purificación lo hacen otras empresas”, dice.
En este sentido, el producto final del aceite medicinal de cannabis se terminaría por formular en los laboratorios del LIF a partir de los concentrados importados de Europa.
“Estamos haciendo un convenio con el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez para participar en ensayos clínicos. Nosotros participaríamos con la provisión del aceite y lo vamos a probar para distintas patologías”, adelantaron autoridades santafesinas
Una novedad entre los planes del LIF es que se realicen ensayos clínicos en hospitales con los aceites que van a preparar en el laboratorio santafesino.
“Estamos haciendo un convenio con el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez para participar en ensayos clínicos. Nosotros participaríamos con la provisión del aceite con distintas formulaciones y lo vamos a probar para distintas patologías”, adelanta Robaina.
Cultivo y ensayos clínicos
Por otro lado, el LIF piensa encarar un cultivo de cannabis con alto contenido de CBD, aunque no descarta plantas ricas en THC. Sin embargo, este proyecto aún se encuentra verde.
“Ya tenemos un terreno, pero hay cuestiones que no están definidas y que los expertos del Inta y el Ministerio de Producción irán definiendo: me refiero a cuestiones técnicas, si sería en interior, está la alternativa de la hidroponía. La idea es que sea nuestra fuente de materia prima”, adelanta Robaina.
En principio, los alcances del cultivo santafesino se destinarían para abastecer la demanda local y la obra social de la provincia, LAPOS.
“El año pasado se gestionaron 900 frascos de aceite medicinal”, detalla Robaina sobre el producto que fue importado. “Ese es el piso del cual partimos. Lo que vamos a hacer es una reducción del costo”, dice el director del laboratorio sobre las posibilidades de la producción propia.
Los cultivos públicos abastecerían la demanda local y la obra social provincial, LAPOS. “El año pasado se gestionaron 900 frascos de aceite medicinal”, detallan las autoridades sobre el producto que fue importado. “Ese es el piso del cual partimos”.
Santa Fe cuenta con ventajas normativas frente a otras jurisdicciones para abastecer de medicamentos a la población local. “Tenemos un sistema de leyes que permite el registro de medicamentos para producción y distribución dentro de la provincia. No necesitamos la aprobación de agencias nacionales”, explica Robaina.
“Hay muchos medicamentos que primero tienen un registro provincial, para ser distribuidos dentro de nuestras fronteras, y cuando tenemos las habilitaciones nacionales pueden abastecer a todo el país”, detalla Robaina.
Es lo que sucedió con el misoprostol que se produce en Santa Fe. “El año pasado conseguimos habilitación de tránsito federal y ahora nos permite proveer a la nación. Con el cannabis pensamos recorrer el mismo camino”, adelanta.
La ley que no fue
Los avances del ejecutivo provincial contrastan con lo que ocurrió con el proyecto de ley provincial que apuntaba garantizar el autocultivo. Se trata de la iniciativa que habían elaborado en conjunto el Bloque Igualdad y diferentes asociaciones civiles que, con media sanción, perdió estado parlamentario.
“Nuestro proyecto autorizaba a sembrar, cultivar y conservar cannabis y sus derivados no solo a personas físicas, sino también al Estado y las organizaciones civiles”, cuenta la legisladora Agustina Donnet.
“También creaba un registro de cultivadores provincial y una Comisión Reguladora en la cual las asociaciones tenían una participación muy importante en el proceso de implementación de la ley”, detalla Donnet, que en los últimos días volvió a presentar la iniciativa en la Cámara de Diputados.
En paralelo, volvió a presentarse el proyecto de ley para autorizar el autocultivo y los cultivos de las organizaciones civiles. Ya había logrado media sanción, pero el Senado provincial no lo trató
Además, “la iniciativa disponía el asesoramiento gratuito a las personas autorizadas a cultivar y capacitaciones al personal de salud”, agrega Donnet.
Con la nueva presentación del proyecto Donnet renueva la esperanza de que Santa Fe tenga su propia ley. “Nuestra idea, al ingresar el mismo texto que fue aprobado, es iniciar el camino desde cero, donde ya obtuvimos un consenso de todos los bloques y lograr un tratamiento rápido para insistir con el Senado”, dice Donnet.
“Todas las organizaciones cannábicas nos sorprendimos con el anuncio de Perotti. No teníamos expectativas que se hablara del tema”, dice Ignacio Canabal, Director de la Casa Terapéutica del Sedronar y quien participó en la redacción del proyecto que había obtenido media sanción.
Sin embargo, Canabal adelanta que las organizaciones locales pretenden insistir con que sean parte del proyecto productivo y de abastecimiento de cannabis medicinal en Santa Fe.
“Las organizaciones vamos a hacer un reclamo conjunto para que la provincia adhiera a le ley nacional y nos convoquen”, asegura.