Con la regulación del cannabis y la consolidación de su mercado legal internacional se generó una explosión en el crecimiento de la fuerza laboral dedicada a esta industria. Y cada vez son más los trabajadores y trabajadoras que eligen agruparse en gremios y sindicatos cannábicos.
Las primeras organizaciones de este tipo surgieron en 2019 y tomaron fuerza durante la pandemia de COVID de 2020, gracias a la designación de dispensarios y locales cannábicos como comercios esenciales en varios estados.
De acuerdo a distintos informes, el total de personas empleadas en la industria aumentó un 32% entre 2020 y 2021, con un estimado de 321 mil trabajadores registrados, sin incluir quienes trabajan sin estar registrados o part-time.
Estas medidas también motivaron a varios estados a llevar a la práctica la articulación de licencias estatales para permitir que los trabajadores registrados en la industria del juego o la venta de alcohol pueden moverse a la industria cannabica.
Los nuevos sindicatos se parecen mas a las clásicas uniones de trabajadores que buscan garantizar buenas condiciones laborales. Ahora también los sindicatos clásicos comenzaron a acercarse a la industria cannábica
Además de los sindicatos cannábicos, los gremios ya establecidos como UFCW y UFW, que nuclean a los trabajadores de gastronomía y comercio y agrícolas, respectivamente, comenzaron a sumar trabajadores y trabajadoras de la industria cannábica.
Todo indica que las organizaciones de trabajadores cannábicos cobrarán mayor relevancia en el marco de las nuevas regulaciones.
Sus focos ya están puestos no sólo en mejorar las condiciones laborales, sino también en impulsar una industria más inclusiva, que genere espacios de participación para las personas que fueron víctimas de las políticas penalizadoras,
Además, apuntan a ser actores claves para garantizar la participación en el mercado legal de las pequeñas empresas y personas de bajos recursos.