Luego de años sin cambios legales de ningún orden respecto al cannabis, Argentina avanza hacia un marco regulatorio de la planta en el marco que por ahora permite la Ley de Cannabis Medicinal.
Con una resolución publicada esta semana, se busca agiliza el trámite para el registro de semillas de cannabis nacional.
La resolución 140/2021 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Ganadería de la Nación fue publicada en el Boletín Oficial vuelve a poner en un rol central al Instituto Nacional de Semillas (INASE).
En el texto se encomienda al INASE, un organismo descentralizado dentro de la cartera que dirige Luis Basterra, el desarrollo de las acciones necesarias para realizar el relevamiento de las genéticas nacionales.
Además, desde ahora el INASE podrá establecer acuerdos con organismos privados para la investigación y las semillas nacionales identificadas.
“La nueva resolución habilita al INASE a hacer algo que antes no podíamos: vincularnos con las organizaciones para la investigación del germoplasma nacional” , le explica a THC Gabriel Giménez, Director Nacional de Articulación Federal del INASE.
“Esta resolución habilita al INASE a hacer algo que antes no podíamos: vincularnos con las organizaciones para la investigación del germoplasma nacional” , le explica a THC Gabriel Giménez, Director Nacional de Articulación Federal del INASE.
La nueva medida del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca dispone también que el registro de las semillas nacionales de cannabis sea más rápido, mediante un trámite simplificado.
Registro a paso firme
A mediados de abril de este año, los ministerios nacionales de Salud y Agricultura, Ganadería y Pesca firmaron una en resolución la que, por primera vez en nuestro país, se habilitó la inscripción y el registro de las semillas de cannabis.
Entre otros detalles, un requisito fundamental para realizar el trámite es que la semilla de cannabis que se desee registrar debe estar adecuada a un proyecto integral de investigación y desarrollo, en conjunto con algún organismo del Estado, como determina la actual Ley de Cannabis Medicinal.
Entonces, en lo concreto, se debe presentar un formulario en el que se detalla cuál sería el proyecto integral y el Ministerio de Salud lo aprobaría o no.
Ahora, la novedad es que la cartera que dirige Carla Vizzotti comprobará rápidamente que la semilla de cannabis a registrador sea con fines medicinales, terapéuticos o paliativos del dolor.
A partir de la resolución oficial también se busca simplificar los trámites de inscripción que podrán hacerse directamente ante el INASE y se calculo que en agosto empezarán a hacerse los primeros registros
“Hay que seguir pasando por el Ministerio de Salud”, aclara Giménez. Pero también asegura que se trata de “un trámite simplificado y para verificar solamente que se adecúe a la Ley de Cannabis Medicinal”.
Cabe aclarar que el actual marco normativo de la Argentina solamente reconoce el uso de cannabis para fines medicinales, terapéuticos o paliativos del dolor.
El uso adulto de la planta continúa siendo penada por la ley de drogas y el cultivo de cannabis puede implicar penas de hasta 15 años de prisión.
En el marco de lo permitido por la legislación argentina, Giménez adelanta que ya se acercaron diferentes proyectos provinciales del país y otros actores individuales que hace tiempo trabajan en el mejoramiento genético para registrar sus variedades.
“En agosto vamos a estar registrando las primeras genéticas”, dice el Director Nacional de Articulación Federal del INASE sobre un trámite que, de todos modos, lleva alrededor de seis meses en finalizarse.
En búsqueda del cannabis argentino
Por otro lado, la nueva resolución oficial brinda el marco necesario para un trabajo que en el INASE esperan hace tiempo: el relevamiento de las genéticas nacionales.
En cuanto al tipo de genéticas que se esperan relevar y registrar como nacionales, Giménez dice que “uno piensa en Epuyén o Punto Rojo, porque son las más conocidas. Pero hay mucho cannabis nativo”.
“Vamos a hacer convenios con organizaciones que trabajen en determinados territorios”, cuenta Giménez sobre el relevamiento de las variedades nacionales que crecieron y se desarrollaron en el país, al igual que una infinidad de especies nativas.
“Significa que también vamos a poder hacer un relevamiento sobre las variedades del cáñamo”, agrega Giménez.
En cuanto al tipo de genéticas que se esperan relevar y registrar como nacionales, Giménez dice que “uno piensa en Epuyén o Punto Rojo, porque son las más conocidas. Pero hay mucho cannabis nativo”.
“Hay historias que cuentan que existen variedades en Punilla, en el Valle de Traslasierra, en San Luis. Si nos encontramos con un campesino que nos dice que atrás de la montaña crece un yuyo hace 15 años, podemos hacer su relevamiento ”, asegura.
Por último, Giménez explica la importancia de realizar un relevamiento del cannabis nativo del país. “El concepto de la semilla nacional garantiza la soberanía tecnológica. La verdadera pelea al capitalismo actual pasa por el patentamiento de la semilla”, explica.
“En un cultivo que estuvo siempre prohibido, poner en valor las distintas variedades nacionales te garantiza acceder a la medicina un precio justo ”, asegura Giménez pensando en lo que seguramente será parte de una activa industria local.