En los últimos años aumentó exponencialmente el uso terapéutico del cannabis, con el aceite como una de las preparaciones estrella.
Con el fin de acercar una opción para estandarizar el proceso de producción de aceite hogareña, una startup de la ciudad de Santa Fe se encuentra desarrollando un kit de extracción automatizado.
Scitiva está formada por Santiago Ramayo, Juan Manuel Battagliotti, Valeria Rodriguez y Federico Karp. La idea de esta startup es lanzar al mercado un producto similar a un electrodoméstico, realizado 100% en Argentina, que simplifique el acceso a un extracto de calidad.
“La idea es unir todo el conocimiento para realizar una extracción doméstica, que sea accesible para la gente que realmente está preocupada por el bienestar de una persona”, cuenta Santiago Ramayo.
“Lo vemos como un electrodoméstico más adentro de tu casa, así como vos tenés una pava eléctrica, una cafetera, tener el kit Scitiva disponible, algo accesible, sencillo y fácil”, explica.
La idea de esta startup es lanzar un producto similar a un electrodoméstico, realizado 100% en Argentina, que simplifique el acceso a un extracto de calidad
Al mismo tiempo, estos jóvenes desarrolladores son conscientes de que su apuesta se basa en algo que ya existe: el enorme conocimiento desarrollado por usuarios y usuarias medicinales.
“Nosotros pensamos no solamente vender este producto sino pensar en la experiencia del usuario, hay todo un saber que viene desde hace mucho tiempo y que lo sabe muchísima gente, cómo son sus organismos, como son sus plantas”, asegura Ramayo.
“A partir de todo ese conocimiento, con el kit planteamos que la parte del proceso de extracción sea lo más estandarizado posible o maleable para que un usuario común y corriente o que recién está comenzando o que ya venga con su experiencia lo pueda aplicar de la forma más segura, eficiente y rápida”, detalla.
¿Cómo entra en juego la idea de estandarizar el proceso de extracción?
“Que se haga de forma casera no quiere decir que se haga mal, son dos cosas distintas, tanto lo casero como lo industrial puede estar mal o bien”, aclara Juan Manuel Battagliotti, biotecnólogo. Y explica que la dificultad que a veces surge para reproducir con exactitud el mismo proveso de extracción.
“Lo vemos como un electrodoméstico más adentro de tu casa, así como vos tenés una pava eléctrica, una cafetera, tener el kit Scitiva disponible, algo accesible, sencillo y fácil”, explica.
“Lo clave para poder mantener un tratamiento y que la persona tenga un acceso continuo de algo de calidad es que el proceso sea reproducible y que las personas sepan que cada vez que hacen aceite o extracto lo van a tener de la misma forma”, explica Battagliotti .
En ese sentido, mantener un estándar es clave para diseñar tratamientos a largo plazo. Se trata de algo que puede hacerse de forma artesanal, pero el objetivo de los desarrolladores de Scitiva es proveer tecnología que facilite el proceso para quienes lo necesiten.
“Apuntamos básicamente a que las personas en su casa tengan un kit en donde puedan hacer todas las veces de la misma forma y obtener siempre lo mismo”, subraya Battagliotti.
“Para nosotros es una idea de independencia, vos con tus plantas podés encontrar tu autogestión“, agrega Santiago Ramayo. Por eso, para ellos es clave que el kit sea accesible, además de apuntar a reducir errores en los procesos de extracción.
La importancia del aceite hecho en casa
La planta de cannabis y sus efectos son de una gran complejidad. De ahí que muestre resultados para tratar los síntomas de tantas patologías. “Uno sabe que hay muchísimas variedades de cannabis y lo que te funciona a vos no quiere decir que le va a funcionar al otro”, afirma Battagliotti.
En ese sentido, aunque un mercado regulado pudiera desarrollar diferentes tipos de productos estandarizados eso no garantizaría la efectividad para todos los usuarios y usuarias: de ahí la importancia central del autocultivo, algo que está previsto en legislaciones medicinales modelo como la de Canadá.
“Cada caso es único, entonces al tener un kit en tu casa y tener variedades de plantas, vos podés ir probando cual es la que mejor te funciona. Vos tenés dentro de tu propia casa una farmacia”, asegura Battagliotti.
Por eso los desarrolladores de Scitiva dejan en claro que, lejos de cuestionar los avances sobre medicina cannábica hechos en cada hogar, la idea del kit. “La idea es facilitar el proceso de alguna forma para que vos puedas hacer tus pruebas y puedas tener tu seguimiento lo más fácil y lo más sencillo posible”, explica Ramayo.
Además de acercar a los usuarios y usuarias de cannabis medicinal una herramienta simple para realizar extractos con calidades consistentes y repetibles, el fin de la startup es también contribuir al cambio de paradigma que sucede alrededor del cannabis.
“Uno de nuestros objetivos es respaldar al cannabis con tecnología. Si bien se han hecho muchas cosas, todavía queda muchísimo por hacer”, explica Battagliotti.
“Nosotros podemos defender al cannabis con tecnología, con ciencia, con rigurosidad, con datos fehacientes y el cannabis va a tener otra posición dentro de la sociedad. La ciencia puede ser la herramienta para cortar con esa estigmatización que tiene el cannabis hoy y en ese camino vamos.”
El Kit Scitiva y un rol social
“La idea principal es que sea amigable, simple y fácil de usar. Es un proceso semiautomatizado donde uno entra con los cogollos, realiza una extracción, pasa por una especie de filtrados”, detalla Battagliotti.
“Finalmente el mismo kit te va a permitir hacer la formulación final del extracto y salir del kit con extracto listo para formular, diluir o procesar de la manera que el usuario quiera”, explica.
La apuesta de Scitiva además apunta al desarrollo local y regional, desarrollando un producto accesible para la mayoría de las personas y que también sirva tanto para emprendimientos cooperativos, centros de salud, asociaciones y en definitiva cualquier situación que requiera una opción rápida, versátil y amigable con el usuario para obtener extractos de cannabis.
“La idea del kit es que sea un kit accesible, ya hemos tenido la experiencia de ver que hay kits de extracciones en otros lados del mundo y son impagables. Queremos que sea funcional para el usuario y que les permita obtener extractos reproducibles, sin perder calidad sino todo lo contrario”, cuenta Ramayo.
Se trata de un desarrollo tecnológico que, más allá de ser un emprendimiento comercial, tiene muy claro su aporte a un escenario donde acceder al cannabis medicinal no se vuelva una odisea.
“Creemos que el kit puede empoderar un poco a los usuarios”, asegura Federico Karp. “Les permitiría tener independencia en una futura industria del cannabis medicinal, donde no siempre se contemplan las necesidades de las personas sino cuestiones de números, de ganancias y pérdidas”, apunta.
“La idea”, concluye Karp, “es que quien encuentra en el cannabis algo importante, no quede atado a decisiones que se toman en la mesa directiva de algunas empresas”.