“Una alerta roja para la humanidad”. Con estas palabras el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, calificó las conclusiones de un informe histórico que la ONU publicó este lunes sobre el cambio climático.
En el informe realizado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se afirma que “es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, los océanos y la tierra”.
De no tomar medidas urgentes, afirman los expertos, la temperatura del planeta podría cambiar drásticamente en poco más de una década. Las consecuencias podrían ser catastróficas: los incendios y las inundaciones se transformarían en fenómenos cotidianos.
Sin embargo, aún tenemos una última oportunidad de tomar medidas al respecto. El principal movimiento, afirman los especialistas, es que se apliquen políticas firmes para reducir la emisión de gases.
En este contexto, cambiar las lógicas de producción y comenzar a remediar los daños producidos es absolutamente clave. Y el cáñamo podría ayudarnos en ese trabajo.
Una planta contra la contaminación
En muchos rincones del mundo, los niveles de contaminación son tan altos que impiden primero la vida natural, luego la productividad y por último la habitabilidad. Por suerte el cáñamo, una vez más, entra en escena para sugerir un panorama menos sombrío.
De veloz crecimiento, escasos requerimientos y múltiples usos, el cáñamo es una planta ideal para ser empleada en una técnica conocida como fitorremediación: la combinación de metabolismos vegetales y microorganismos asociados para extraer, degradar, volatilizar o estabilizar contaminantes del suelo como en el agua y el aire.
La fitorremediación es la combinación de metabolismos vegetales y microorganismos asociados para extraer, degradar, volatilizar o estabilizar contaminantes del suelo como en el agua y el aire.
Dependiendo del tipo de contaminante y la planta utilizada, se pueden incluso aplicar técnicas como la fitoextracción, la recuperación de sustancias capturadas en los tejidos vegetales al crecer en áreas con exceso de dichas sustancias, como pueden ser metales pesados.
Así se completa un círculo: se usa una alternativa natural para recuperar un contaminante del suelo que al ser extraído puede ayudar a financiar la operación de limpieza.
La planta multiuso
Las propiedades del cáñamo como fitorremediador están comprobadas desde hace al menos 30 años. Existen reportes del uso de cáñamo en suelos contaminados con material radioactivo, incluido un experimento en la zona de exclusión creada luego del accidente en Chernobyl, Ucrania, que concluyó sin estudios publicados.
En 2005 se analizó el potencial del cáñamo y el lino como cultivos para fibra en zonas contaminadas con cesio radiactivo, concluyendo que acumula este material en sus tejidos pero tolera bien su presencia.
En 2016 la región italiana de Taranto protagonizó una noticia que llegó a los medios de todo el mundo: los granjeros locales estaban usando cáñamo para remediar la contaminación por dioxinas resultante de la planta siderúrgica más grande de Europa.
La calidad de las fibras de cáñamo no sufre alteraciones aún cuando su contenido en sustancias contaminantes sea alto.
La región, famosa por su producción de quesos y lácteos, tuvo que sacrificar la población entera de ganado y establecer una prohibición para producir alimentos en la zona en el año 2008. En 2014, un grupo de productores locales comenzó los cultivos de cáñamo.
De la experiencia surgió un proyecto llamado C.A.N.A.P.A. que impulsa el uso de cáñamo como fitorremediador y cuenta con el apoyo de la organización cannabica CanaPuglia y la asociación científico-cultural Abap.
El cáñamo resultante de procesos de fitorremediación no puede utilizarse para consumo humano, pero la calidad de sus fibras no sufre alteraciones aún cuando su contenido en sustancias contaminantes sea alto. Esto permite que las cosechas puedan ser utilizadas con fines industriales, por ejemplo el desarrollo de materiales de construcción, aislantes y embalajes.
La vuelta completa
Diversos estudios evaluaron las propiedades absorbentes de productos elaborados con cáñamo, principalmente la fibra cruda o refinada y aserrín de corteza, pero también derivados más complejos como carbón activado de cáñamo, además de diversos paños y tejidos utilizando esta fibra.
Estos productos fueron probados en soluciones acuosas con una variedad de contaminantes que incluyó desde hidrocarburos como el benceno y el tolueno a distintos tipo de metales (Aluminio, Cadmio, Cobre, Cromo, Hierro, Manganeso, Níquel, Plomo y Zinc) a pesticidas y herbicidas como la atrazina.
Los estudios concluyeron que además de resultar un producto absorbente con potencial para ser utilizado industrialmente, el cáñamo tiene otra ventaja: su cultivo es económico y, en algunos casos, estos productos de filtración pueden ser elaborados con cáñamo utilizado en fitorremediación, generando un círculo completo en la producción para remediar el suelo y el agua.