En los últimos años tomamos consciencia de lo importante que son las abejas para la supervivencia de la humanidad. Ellas, y otros polinizadores, son un mecanismo fundamental de la agricultura y, por eso, de nuestra producción de alimentos.
Sin abejas no existirían miles de frutos, como por ejemplo las calabazas, las manzanas o los brócolis. Otras especies, como la cereza o los arándanos, dependen en un 90% del trabajo de estas especies.
Los monocultivos, la deforestación y el uso de agrotóxicos no solo son una amenaza: está demostrado que las poblaciones de abejas y otros polinizadores alados están sufriendo bajas catastróficas: en pocos años podríamos quedarnos sin estos aliados y ahí tendríamos un problema más que grave. Por suerte, existe un héroe que puede ayudarnos.
Dos estudios científicos demostraron que la planta de cannabis atrae masivamente a las abejas y otros polinizadores debido a su abundante producción de polen.
La evidencia científica
Dos estudios científicos recientes demostraron que la planta de cannabis atrae masivamente a las abejas y otros polinizadores debido a la abundante producción de polen de estos vegetales.
El último estudio, titulado “La comunidad de abejas de la Cannabis sativa y los efectos en la composición del paisaje”, descubrió que cuanto mayor es la superficie cultivada con cáñamo, mayor es el número de abejas que visitan el área. Además, cuanto mayor sea la altura de las plantas, mayor es la proporción de visitas: plantas altas atraen 17 veces más abejas que las plantas de menor tamaño.
A pesar de que el cannabis no produce néctar, el líquido azucarado que generan muchas plantas en sus flores para atraer polinizadores, las abejas son atraídas por el enorme producción de polen de las plantas macho.
Hay algo mas que convierte al cannabis en una excelente alternativa para ayudarlas a sobrevivir: el cannabis es una cosecha tardía, que genera sus flores en una época donde otras plantas no, llenando los huecos entre temporada y temporada. De esta manera, las abejas consiguen una fuente de alimento cuando otros vegetales ya se encuentran en la decadencia otoñal.
Los dos estudios completos pueden leerse aquí y aquí.