Los tricomas son un tipo de glándula vegetal muy común en cantidad de especies. En el cannabis son la fábrica en miniatura de los compuestos aromáticos, medicinales y psicoactivos que caracterizan a la planta. En ellos se esconden los efectos del cannabis.
Funcionan como defensa ante el ambiente y sus diversos factores como el clima y los predadores. Presentes en mayor cantidad en las hembras dan ese aspecto tan peculiar azucarado o nevado en los cogollos.
Existen varios tipos de tricoma, divididos según su tipo y función.
La planta de Cannabis posee tricomas desde que nace. Son los unicelulares, que aparecen sobre los cotiledones. Estos están ubicados en el envés de las hojas y tienen forma de un pelo. Con los primeros pares de hojas reales aparecen los tricomas citolíticos, más largos y con un cistolito de carbonato de calcio en su base.
Los más buscados por su producción de cannabinoides, terpenos y sustancias aromáticas son los glandulares sésiles, bulbosos y entallados. Todos producen resina que contiene los principios activos en distintas formas.
Los sésiles no poseen tallo y los entallados son los famosos “chupetines” que se utilizan para calcular el grado de maduración de una planta.