El mes pasado, Paraguay se convirtió en el primer país latinoamericano en realizar una exportación de un producto realizado a base de un derivado del cannabis.
Se trató de un envío de 20 toneladas de nuez descortezada de cáñamo industrial con destino a Países Bajos y otro de una tonelada para la Unión Europea, según confirmaron desde el ministro de Agricultura y Ganadería paraguayo, Moisés Bertoni.
Aunque Bertoni no dio precisiones sobre el monto del efectivo que se produjo por la venta, sí se confirmó que la transacción la produjo la compañía Healthy Grains: una firma líder en el sector que se asentó en el país vecino.
Si bien esta operación es el primer envío legal de un producto con cannabinoides que se realiza desde Paraguay, no se trata de la primera exportación que se realizan desde tierras guaraníes.
Paraguay es uno de los principales exportadores de cannabis en el mercado negro. Por año, se estima que vende por año más de 20 toneladas de cannabis -en su mayoría prensado-, principalmente al resto de los países sudamericanos.
Además, en esta operación económica se habría preferenciado a ejecutivos que tienen estrechos vínculos con el Presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez.
Mientras, la sociedad civil continúa siendo criminalizada por la simple tenencia de una semilla de marihuana y no puede acceder aún al autocultivo.
Paraguay: el gran productor a gran escala
Según fuentes industriales y del activismo paraguayo, el país vecino se ubica entre los principales exportadores de cannabis dentro del mercado ilegal.
Se estima que hay alrededor de 20 mil hectáreas cultivadas con marihuana que se reparte, principalmente, en Argentina, Brasil, Uruguay y Chile.
Pero el cannabis paraguayo también llega a los Estados Unidos, que puede llegarse a vender hasta US$ 1.000 cada kilogramo. Sin embargo, al campesino productor le quedan en su bolsillo US$ 4 por kilogramo.
Este enorme mercado ilegal sucede a pesar que en Paraguay se criminaliza y persigue a la producción y tenencia de cannabis. La ley 1.340 castiga con una pena de hasta 15 años de prisión.
“Marcelo Demp solo es un testaferro de Healthy Grains. El verdadero dueño y accionista mayoritario es Jorge López Moreira”, le dicen fuentes empresariales a THC sobre quien es el cuñado del Presidente paraguayo, que está casado con Silvana López Moreira.
“Evidentemente el productor de cannabis no es el que se lleva los mayores beneficios, sino que son los narcos y las autoridades corruptas quienes se llevan una buena parte de la torta. El Gobierno supuestamente combate eso pero cada vez hay más y más producción de cannabis ilegal”, explicó el Dr. Andrés Demp, integrante de la Cámara Paraguaya de Cannabis Industrial (CANNAPY) y presidente de la empresa Alquimia S.A. que se enfoca en la producción y exportación orgánica.
En línea con la contradicción, existe una sola empresa que fue habilitada a exportar el derivado de cáñamo, a pesar que hay más de diez compañías del rubro en Paraguay: Healthy Grains.
La empresa se ampara en el Decreto 3.999 que declaró de interés nacional al cáñamo y creó el Programa Nacional para la promoción, fomento, cultivo, desarrollo de la producción, comercialización e investigación del cáñamo industrial.
Además, en el ámbito internacional, la variedad del cáñamo no se considera una sustancia psicoactiva, siempre y cuando no supere el umbral del 0,3% de THC, según la estipulación de Naciones Unidas en la Convención Única de Estupefacientes del año 1961.
Intereses cruzados
De todos modos, la millonaria operación genera dudas en algunos actores. Según ellos, Healthy Grains habría sido beneficiada por los vínculos familiares que tiene su directorio con el Presidente Mario Abdo Benítez.
Por lo pronto, THC pudo constatar que Healthy Grains cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay, desde antes que se estableciera la actual regulación del país vecino.
“La regulación es tan compleja que todas las demás empresas que se presentaron con intenciones de traer semillas y producir cáñamo para uso industrial ninguna fue aprobada”, aseguró Demp sobre el beneficio que solo obtuvo Healthy Grains.
La gran oportunidad comercial de la industria entonces está vinculada a una única empresa que puede importar -en este caso desde China- y exportar cáñamo industrial, porque aunque el ministerio de Agricultura y Ganadería asegure que existen “40 productores en 5 Departamentos del país”, todos se vinculan con la misma: Healthy Grains.
La cara visible de Healthy Grains es Marcelo Demp, quien no solo es hermano del mencionado Andrés. También es el Presidente de la Cámara de Cáñamo Industrial del Paraguay (CCIP).
“Los niños, adolescentes y familias siguen sin poder acceder a su medicina, a menos que se produzca en la clandestinidad”, lamenta Cynthia Farina de Mamá Cultiva Paraguay.
De todos modos, diferentes fuentes vinculadas al sector empresarial le confirman a THC que “Marcelo Demp solo es un testaferro de Healthy Grains. El verdadero dueño y accionista mayoritario es Jorge López Moreira”, dicen sobre quien es el cuñado del Presidente paraguayo.
También estarían involucrados como socios comerciales los hermanos Juan Andrés y Eduardo Campos Cervera, dueños de la empresa Engineering S.A.E.C.A., proveedora del Estado, que durante el actual mandato han ganado varias licitaciones públicas.
“No queda claro cómo están cultivando porque el objetivo del decreto presidencial era ayudar a los pequeños productores agrícolas que viven en las zonas rurales para que cultiven en 2 a 5 hectáreas para poder subsistir. Healthy Grains S.A. lo hace en miles, desde antes del decreto y son los únicos que exportan”, asegura Andrés Demp.
THC se comunicó con el Ministerio de Agricultura y Ganadería para consultarle sobre las versiones que sostienen que se otorgó un beneficio a familiares del Presidente, pero hasta el momento no han contestado los llamados.
Lo que sí hizo el Gobierno paraguayo fue anunciar públicamente que la empresa estadounidense TANGHO Technology cerró “una sociedad en conjunto inversión de creación y desenvolvimiento” de la industria de procesamiento en fibras de cáñamo en Paraguay.
Cannabis para unos pocos
Por último, tanto el anuncio oficial sobre la recién mencionada compañía estadounidense y la exportación de derivados del cáñamo, generaron malestar en el activismo cannábico paraguayo.
Resulta que mientras una sola compañía, que cuenta con las influencias del capital, logra hacer una transacción millonaria, el pueblo paraguayo aún sigue siendo castigado por su ley de drogas y no puede acceder a la planta ni siquiera para tratar patologías severas.
El año pasado, el parlamento paraguayo había aprobado la regulación del autocultivo para fines medicinales, terapéuticos o paliativos del dolor.
La iniciativa, que había sido elaborada por Mamá Cultiva Paraguay (MCP), permitía cultivar sin un límite de plantas. Además, se habilitaba a producir aceites y transportar la materia prima.
Según fuentes industriales y del activismo paraguayo, el país vecino se ubica entre los principales exportadores de cannabis dentro del mercado negro. Se estima que hay alrededor de 20 mil hectáreas cultivadas con marihuana que se reparte, principalmente, en Argentina, Brasil, Uruguay y Chile.
Pero la alegría le duró poco a las organizaciones: a las pocas horas que los Diputados votaran a favor del proyecto de ley, distintas voces se alzaron en contra.
Uno de ellos fue la Cámara de la Industria Farmacéutica del Paraguay que manifestó su preocupación porque el cultivo y el procesamiento casero no garantizarían un producto seguro.
Poco tiempo después, el Presidente Benítez emitió un comunicado en el que vetaba la sancionada ley y le negó el derecho del acceso a la medicina a miles de familias paraguayas.
“Los niños, adolescentes y familias siguen sin poder acceder a su medicina, a menos que se produzca en la clandestinidad”, lamenta Cynthia Farina de Mamá Cultiva Paraguay, ya que existen los casos como ellos y tantos otros paraguayos que cultivan y producen con fines medicinales que son constantemente detenidos y llevados a la Justicia.
Uno de los últimos activistas perseguidos es Juan Carlos Cabezudo, quien está en arresto domiciliario desde mayo. Cabezudo, referente del acceso al cannabis en Paraguay, se dedica a cultivar para producir y entregar aceite medicinal para las personas que necesitan paliar su dolor.
Farina agrega que si bien existe una regulación que debería ampararlos, la Ley 6.007 que crea el Programa Nacional para el estudio y la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados, “solo habilita a 12 laboratorios” a realizar, por ejemplo, aceites, pero que no se está implementando. “Está en el freezer”, concluye.