Uno de los argumentos más repetitivos contra la regulación del cannabis es que funciona como una puerta de entrada hacia otras sustancias.
Por suerte, la legalización en varios lugares del mundo generó la posibilidad de estudiar realmente la veracidad y posible prevalencia (que porcentaje de usuarios recaen en esta conducta de escalar a otras drogas del total de usuarios y usuarias) de este fenómeno.
Como en otros argumentos usados por el prohibicionismo, nada más lejos de la verdad. De hecho, muchos estudios muestran al cannabis como una opción que reduce el uso de otras sustancias y ayuda a los procesos de recuperación en casos de consumos problemáticos.
Investigadores de la Universidad estadounidense de Colorado llevaron a cabo un estudio para evaluar la influencia del uso de cannabis en la ingestión de alcohol.
Para ello convocaron a 182 voluntarios que se encontraban participando de un programa para reducir el uso de bebidas alcohólicas, de los cuales 96 eran usuarios y usuarias de cannabis.
Las personas que también eran usuarias de cannabis mostraron hasta 2 veces menos probabilidades de ingerir grandes cantidades de alcohol en poco tiempo y usaron un 29% menos cantidad de alcohol en los días que también usaron cannabis.
De acuerdo a los investigadores, las personas que también eran usuarias de cannabis mostraron hasta 2 veces menos probabilidades de ingerir grandes cantidades de alcohol en poco tiempo, un fenómeno denominado en inglés “binge drinking” y que refiere a los episodios frecuentes donde los usuarios alcanzan altas concentraciones de alcohol en sangre en pocas horas, generalmente en contextos sociales o grupales.
Además, los usuarios de cannabis en general usaban un 29% menos alcohol los días que también usaban cannabis, mostrando una tendencia que se repite en estudios similares, tanto en Colorado como en otros estados de EEUU.
La tendencia fue similar tanto en hombres y mujeres como en personas que usaban cannabis frecuentemente o usuarios esporádicos.
No es el primer estudio que confirma este fenómeno: según los resultados de un estudio que examinó las respuestas a la National College Health Assessment, una encuesta diseñada para evaluar anualmente la salud general de los estudiantes universitarios entre 2008 y 2018, la regulación del uso adulto de marihuana redujo hasta un 6% los episodios de consumo excesivo de alcohol en mayores de 21 años.
En un análisis similar, las regulaciones disminuyeron los consumos problemáticos en jóvenes y adultos, según datos del Centro de Control de Enfermedades en Estados Unidos. En Canadá, la legalización de la marihuana también generó una reducción en la cantidad de alcohol vendido.