Mientras transcurre la ceremonia, Gloria Simms recuerda el viaje a Surinam donde comenzó a gestarse todo. Fue hace pocos meses y jamás pensó que finalizaría con ella convirtiéndose en la primera líder social y espiritual no solo de su país natal, Jamaica, sino que también de todo el Caribe.
Pero allí está ella, cubierta de oro de pies a cabeza y frente a decenas de referentes, embajadores y políticos que viajaron para ser parte del suceso histórico que la tiene a ella como protagonista.
Hace calor. Es 22 de julio y, por lo tanto, pleno verano en la isla. El aire está impregnado de un olor tan dulce que embriaga a los presentes que lo respiran.
El aroma proviene de los chalices, una especie de narguile que se confecciona a partir de cocos y madera, que los rastafaris llevaron para fumar el cannabis sagrado con el cual bendicen su asunción.
Ella pertenece a los Maroons, descendientes y custodios de las tradiciones que surgieron cuando, a mediados del Siglo XIX, los británicos llevaron esclavos africanos y asiáticos para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar de la isla.
Sin embargo, también se rige por las normas del Rastafarismo y por ese motivo ambas comunidades se hicieron presentes para festejar con ella.
“Yo diría que soy una luchadora”, asegura Gloria ‘Mama G’ Simms, en un diálogo exclusivo con THC.
“Mama G, es hora”, le dice una mujer que se encuentra a su lado y la saca del trance. Hace años que todos la llaman de esa manera y ya casi nadie utiliza el nombre Gloria Simms. Ella asiente y otra mujer toma su mano izquierda. No querría que fuese de otra forma. Llegó hasta ese lugar peleando por los derechos de las mujeres y quería ascender junto a ellas.
Se inclina y se levanta tres veces como marca el ritual y con ese gesto culmina su coronación. “Felicitaciones Gaa´mang Simms, que tu labor traiga bendiciones para toda la comunidad”, dice el hombre que oficializó la ceremonia y ahora, por primera vez en la historia, deberá sentarse con una mujer en las reuniones sagradas.
Mama G, la primera Gaa´mang de la historia
No hay un término exacto que sirva para traducir al castellano la palabra “Gaa´mang”. Sacerdotisa, reina, líder, jefa o referente: todas las referencias podrían servir, pero a su vez ninguna es exacta. La contradicción es lógica porque el lenguaje corre detrás de los hechos.
Es necesario que un suceso ocurra para poder nombrarlo y cuando el hecho en sí alcanza la categoría de “histórico”, encerrarlo en el vocabulario es aún más complicado.
“Yo diría que soy una luchadora”, asegura Gloria ‘Mama G’ Simms, en un diálogo exclusivo con THC para conocer en detalles un culto sagrado que tiene al cannabis como principal sacramento religioso.
Tampoco es una buena traducción para “Gaa´mang”, aunque sí sirve para describir su vida. Para ella también es difícil explicarle a un argentino qué significa el término. No solo porque no encuentra la palabra justa sino porque ella es la única persona en el mundo a quién llaman así.
Entonces, ¿qué significa ser Gaa´mang?
Los Maroons no estamos solamente en Jamaica. También hay comunidades en Surinam y Trinidad y Tobago por ejemplo. Cada país tiene varios “Chiefs” (jefes) que representan a un sector. Y a su vez, todos ellos están bajo la autoridad del “Gaaman” de su zona.
Pero ese nombre es diferente…
Porque hasta mi coronación en 2014, una mujer nunca ejerció este rol. Siempre fue para hombres, entonces yo soy la primera “Gaa´mang”.
¿Lo describirías como algo histórico?
Sí y pongo un ejemplo. En Surinam, ha habido más de 60 mujeres que llegaron a ser “Chiefs” pero nunca accedieron al liderazgo total. Cuando yo lo hice, gané un lugar en los encuentros de líderes y ahora las mujeres tienen una voz que las representa.
¿Y cómo llegaste a ese lugar?
Bueno, para eso les tengo que contar mi historia. Como mujer indígena, soy consciente del rol que cumplimos y las responsabilidades o tareas que tenemos tanto en nuestra familia como en la comunidad. La energía femenina tiene un gran entendimiento de los ciclos y estamos dispuestas a atravesar una vida de adversidades para ayudar a los demás y lograr beneficios para todos.
¿Y qué ocurre con el lugar de la mujer en la cultura Maroon?
La mujer no tiene ningún derecho sobre la tierra y si quiere realizar alguna actividad sobre ella, debe pedir permiso a los líderes, quienes son todos hombres. Por ese motivo, en 2009 inicié en Jamaica el Círculo de Mujeres Indígenas Maroons, que también integra a mujeres rastafaris y a cualquier mujer que busque un espacio para construir roles dentro de la comunidad.
¿Hubo repercusiones?
Sí, luego de varios años de trabajo, en 2013 fui invitada a Surinam por la Red de Mujeres Maroons y la experiencia fue increíble. Pasé cuatro semanas recorriendo el país y finalmente creamos un tratado de cooperación en el cual sumamos a las mujeres de Trinidad y Tobago. Como es costumbre, visitamos al “Gaaman” para que lo aprobara. Viajamos en bote por el Río Surinam durante un día hasta una comunidad Maroon bajo la custodia del “Gaaman” Samacka. La reunión fue tan próspera que él mismo sugirió la posibilidad de otorgarme el título de “Gaa´mang”.
La designación
“Mama G” tuvo que esperar hasta el 22 de julio del 2014 para que la designación fuese oficial. Pero la espera valió la pena porque ese día en Charles Town, una de las cuatro ciudades Maroons de Jamaica, se realizó una ceremonia que, por lo menos hasta hoy, sigue siendo única.
Para consagrar a la primera “Gaa’mang” de la historia, se organizó una Conferencia Internacional Maroon a la cual asistieron líderes del Caribe, políticos, embajadores y otras personalidades destacadas de Jamaica, Surinam y Trinidad y Tobago. Incluso hubo cadenas de noticias internacionales que narraron el hecho como algo “sin precedentes”.
El proceso duró todo un domingo y comenzó con “Mama G” bañándose en el río Buff Bay para limpiar su espíritu. Más tarde, se llevó a cabo un ritual sagrado con tambores donde Graand-Galon, el principal referente de la delegación Okanisi de Surinam presente porque Samacka no pudo asistir, interpretó la música proveniente de ellos y rezó para que la etapa iniciada traiga prosperidad a las comunidades.
Al encuentro también fueron invitados líderes del Rastafarismo y la propia “Mama G” aseguró que se reconoce como integrante de esa religión. Por eso, también hubo ceremonias con cannabis sagrado, cuya preparación tiene un proceso diferente al resto.
Los cogollos para el ritual crecen a partir de conocimientos ancestrales heredados por cultivadores expertos cuyo rol dentro de la comunidad es perpetuar esa tradición. Por ejemplo, no está permitido que durante su crecimiento se acerque a la planta ninguna persona o animal. Además, todo el alimento que se le otorga debe ser estrictamente orgánico.
Si bien la santa planta ingresó a la isla con los primeros esclavos, no fue hasta 1930 que empezó a utilizarse en ceremonias religiosas. “En ese momento surge el Rastafarismo y yo también me identifico con él”, cuenta “Mama G”, aunque aclara que su puesto de “Gaa´mang” es distinto al de “Rasta Man”. “Ellos son líderes espirituales, culturales y, en algunos casos, también políticos. Pero no todos son Maroons, que es la comunidad a la que represento”, indica.
¿Por qué decis que te sorprendió llegar a este rol?
Porque no es algo que esperaba. Pero me siento muy honrada y agradecida por la oportunidad. Aunque todo honor viene con una responsabilidad y esta es muy grande.
¿Cómo viviste estos últimos años?
Han sido muy intensos. Mucho trabajo, conferencias y viajes. Hemos conseguido espacios importantes para las mujeres pero todavía nos falta. Y aparte tengo bajo mi guardia a mis tres nietas, que tienen 15, 11 y 6 años y cuidarlas requiere tiempo.
¿Por qué están bajo tu guardia?
En el 2017, mientras yo ejercía mi rol en la comunidad, su madre y mi única hija biológica falleció. Desde entonces viven conmigo y con mi marido.
No todo ha sido regocijo y felicidad en la vida de “Mama G” desde que fue nombrada “Gaa´mang”. La tragedia y el dolor también estuvieron presentes en su vida durante este tiempo. Y no solo por su hija. Apenas dos días después de su coronación, Samacka, ese “Gaaman” que vistió en Surinam y que la impulsó a llegar hasta su actual rol, sufrió un accidente por el cual perdió la vida.
“En la cultura Maroon la mujer no tiene ningún derecho sobre la tierra y si quiere realizar alguna actividad sobre ella, debe pedir permiso a los líderes, quienes son todos hombres”, cuenta Gaa´mang sobre el principal cambio que busca dar en Jamaica y el resto del Caribe.
Pero como toda sacerdotisa, reina, líder, jefa o referente, encontró en su pueblo el lugar para resguardarse y continuar su labor. Mientras recorre sus años ‘60 -“Mama G” le dice a THC que no presta atención a su edad y no sabe exactamente cuántos años tiene. Cuenta que su objetivo es continuar ayudando a su gente y, sobre todo, a las mujeres que la necesiten.
¿Qué mensaje le gustaría dejar?
Creo que es el momento que las mujeres estábamos esperando, aún siendo una época terrible en el que muchas personas se sienten mal y desesperanzadas. Estamos en una pandemia y es hora de ponernos de pie y hacer. Transitamos un momento histórico en el que nadie nos va a decir que no hagamos porque precisamente lo que se necesita es gente que haga cosas. Y las mujeres tenemos mucho para hacer.