A fines de marzo, Eslovaquia se convirtió en el último país de Europa en regular el CBD. De esta manera, el continente se convirtió en el primer bloque de naciones que tiene habilitado en su totalidad un cannabinoide cada vez más conocido por sus bondades medicinales, terapéuticas o paliativas del dolor.
Meses atrás, Naciones Unidas había eliminado al CBD de la lista de estupefacientes y psicotrópicos prohibidos. Este fue el argumento clave para que los eslovacos dieran el paso fnal. Entonces, el ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social propuso formalmente la regulación para uso médico.
Detrás del parcial avance de derechos en cuanto al cannabis, la medida de Eslovaquia –y Europa en su conjunto– deja ver el potencial económico que tiene el CBD para la industria farmacéutica de ese continente.
Flores, extracciones, aceites y cremas ganan cada vez más terreno en las góndolas de farmacias y supermercados. Pero también, esto implica un negocio para las compañías radicadas en Latinoamérica que están ansiosas por entrar a un mercado que paga en euros.
Países como Uruguay y Colombia se perflan como los principales exportadores de cannabis a Europa, donde allí será usado en su formato de fores o procesado para elaborar productos, y luego volver a ser comercializados.
Sin embargo, Perú, Ecuador, México y hasta incluso Argentina, con el proyecto que se debate en el Congreso para habilitar la industria medicinal, miran hacia la otra orilla del Océano Atlántico con altas expectativas económicas.
Uruguay: los primeros en exportar
“Uruguay tiene la oportunidad de posicionarse como líder en trazabilidad en cannabis, teniendo en cuenta su experiencia”, afrma a THC Marco Algorta, presidente de la Cámara de Empresas Cannabis Medicinal (CECAM) de Uruguay.
En el país vecino, hoy existen más de 100 empresas en el sector, de las cuales 82 son de cáñamo y, las demás, íntegramente vinculadas al cannabis medicinal. En 2019, eran 21 empresas, al año siguiente eran 42. Esto significa un crecimiento del 120% por año.
El crecimiento también se refeja en los movimientos económicos por exportaciones que, según explicó el presidente de la CECAM, empezaron en 2019 con tres millones de dólares, pasó a 7,5 millones de dólares en 2020, y se espera que este año llegue a 17 o 18 millones de dólares al mes.
Algorta dice que las oportunidades exportadoras de Uruguay pasan por las fores secas con mayor concentración de CBD. En este sentido, la comercialización pasa por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca porque, para evitar las barreras de la burocracia internacional, se cuenta como cáñamo, al tener menos del 1 % de THC.
Según el organismo, el año pasado se enviaron a Europa alrededor de 10.350 kg de flores secas por un total de seis millones de dólares. Los principales compradores fueron Suiza, Portugal y Alemania.
“Aunque falta para hacer todo el proceso en un mismo país, a mediano plazo Latinoamérica será un líder en la industria”, le cuenta a THC Marco Algorta, Presidente de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal de Uruguay.
La compañía CPlant no solo fue la primera que vendió cannabis uruguaya al extranjero; además, esta empresa fundada por argentinos, concentra el 95% de las exportaciones del rubro en el país vecino. “Pocas compañías logran la nobleza y calidad que exige la demanda”, aseguró Guido Husni, co-fundador y CSO en CPlant.
“Las variedades que manejamos son inforescencias que contienen 0,56% de THC y 12% de CBD y estamos incorporando variedades por debajo del 0,2% de THC”, explica Ricardo Perna, co-fundador de Cplant.
También indicó que sus productos son industrializados en Suiza para tratar patologías, como epilepsia refractaria para niños, en la reducción del dolor crónico en pacientes y como regenerativo celular como se está usando en algunos tratamientos contra el cáncer.
El “granero cannábico” del mundo
“Vendemos flores a Suiza, allá lo industrializan y generan un extracto con certificaciones europeas, compramos ese extracto -ya que en Uruguay hay equivalencias lo diluimos y lo vendemos en farmacias de acá a precios estratosféricos”, dice Marco Algorta, Presidente de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal de Uruguay.
Según el informe Uruguay XXI, solamente existe una línea de productos aprobada en base a CBD y la materia prima es importada de Suiza. Se trata del Epicfractán
Desde la empresa CPlant, cuentan que las exportaciones de flores que realizan a mitad de año volverán antes de fin de año como productos industrializados provenientes de Suiza.
Además, Husni dice que “nuestras inflorescencias se encuentran en puntos de venta al público dentro de kioscos, almacenes y dispensarios en Europa. Mientras, el producto procesado y terminado como el CBD oil se vende en farmacias y tiendas wellness”.
“Aunque falta para hacer todo el proceso en un mismo país, a mediano plazo Latinoamérica será un líder en la industria”, reflexiona Algorta.
Colombia cotiza en bolsa
La regulación del cannabis medicinal en Colombia solo lleva tres años y ya es sede de una empresa de lo más competitiva: Flora Growth Corp.
Hace semanas, ingresó a cotizar acciones en la bolsa de Nasdaq para demostrar que las compañías en este país tienen la capacidad de volverse protagonistas del mercado de CBD.
Luis Merchan, CEO de Flora Growth, explica a thc respecto a este hecho que “trajo mucho bienestar económico”. Aunque consideró que “lo más importante” fue la reputación lograda.
“Vendemos flores a Suiza, allá lo industrializan y generan un extracto con certificaciones europeas, compramos ese extracto -ya que en Uruguay hay equivalencias lo diluimos y lo vendemos en farmacias de acá a precios estratosféricos”, le dice a THC Marco Algorta, Presidente de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal de Uruguay.
Camilo Villalba, directivo en la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (ASOCOLCANNA) comparte un informe que ilustra los movimientos signifcativos dentro de la industria que actualmente se están haciendo en el país: de las más de 3.500.000 de exportaciones del año pasado, el 50% fueron a EE.UU., 17% a Reino Unido, 14% a Australia, 4% a Suiza y Brasil, 3% a República Checa, 2% Alemania y 1% a Israel, Uruguay y Perú.
“Si bien aún el porcentaje de lo que se está mandando a Europa no es muy elevado, en un período de aquí a cinco años, Colombia va a
ser un país muy competitivo por sus procesos de optimización”, asegura Villalba.
A pesar del potencial económico que evidencia la industria del cannabis, existe el riesgo que se extienda la dependencia que tiene Latinoamérica respecto de las potencias económicas, centrándose en importar materia prima.
Varios empresarios confirmaron a THC que los aceites medicinales que se venden en nuestro continente, fueron realizados con flores cosechadas en Uruguay o Colombia, y que luego se procesaron en Europa.