Por definición, hablamos de tercera edad al referirnos a las personas mayores de 65 años.
Los principales problemas de salud que padecen estas personas son enfermedades no transmisibles, generalmente crónicas, que se acompañan de prescripciones farmacológicas múltiples, que difícilmente se suspenden, lo que las deja expuestas a un modelo de atención polifarmacéutico que desatiende muchas de sus necesidades reales.
Abordaje
En edad avanzada la salud no se define solo como ausencia de enfermedad, en cambio, el foco de atención está en la calidad de vida. Por ello, espacios de actividades que recreen el interés y la apertura en la forma de ver el mundo promueven un envejecimiento saludable.
En un escenario ideal, actividades como yoga y meditación (que conectan a las personas con su dimensión espiritual), actividades artísticas (que estimulan la creatividad y neuroplasticidad), y de conexión con la naturaleza, más una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras, son estrategias a tener en cuenta para esta etapa de la vida.
Los datos a nivel mundial dan cuenta de que la tercera edad es el grupo etario que más creció en el uso de cannabis
Acción terapéutica
Los datos epidemiológicos a nivel mundial dan cuenta de que la tercera edad es el grupo etario que más creció en el uso de cannabis, que se volvió una estrategia para tratar dolores crónicos resistentes, combatir efectos no deseados de la quimioterapia y mejorar síntomas de enfermedades como Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia, Alzheimer, ansiedad, depresión, alcoholismo, trastornos en el sueño y artrosis, entre otras.
Esto se debe a que el Sistema Endocannabinoide está presente en todo el organismo y su acción consiste en llevar
nuestro cuerpo hacia el equilibrio. Cuando la producción de endocannabinoides es insuficiente, el uso de fitocannabinoides es muy útil, pues permite mejorar la calidad de vida y reducir medicación y, consecuentemente, sus efectos secundarios.
Uso de Cannabis en la tercera edad
El efecto secundario más frecuente del cannabis son los mareos y, en general, en esta etapa de la vida la
masa ósea disminuye, exponiendo a fracturas en caso de caídas. Por eso se recomienda iniciar la administración de cannabis por la noche, cuando la persona se ha acostado. Así, en caso de mareos, disminuye la posibilidad de una caída.
Además, se recomienda controlar la presión arterial para saber si hubo cambios desde el uso de cannabis y es fundamental conocer el estado de la función hepática y renal para evaluar la dosis a usar; por eso se recomienda iniciar el tratamiento con acompañamiento médico.
Las formas de administración más comunes son: en aceite, en crema, en vaporizaciones o mediante la ingesta de cogollos frescos o tés de cannabis.
CUIDADOS GENERALES
> Es importante recordar que el cannabis debe emplearse como fitoterapia complementaria y no como reemplazo del tratamiento. > Su uso debe supervisarse por un médico y un familiar. > Se aconseja llevar un registro de efectos inmediatos y a largo plazo. > El modo de administración influye en los efectos y su duración. > Deben ser especialmente precavidos los adultos mayores y quienes tienen antecedentes cardiovasculares, hepáticos, renales o psiquiátricos. > Las flores deben estar libres de hongos y agroquímicos. > Los extractos no deben contener alcohol ni contaminantes.
Podés leer más sobre Cannabis y tercera edad en Revista THC 122.