Esta semana ocurrió un nuevo hecho de inseguridad en un predio donde se cultiva cannabis para la investigación y el desarrollo. Esta vez, sucedió en la madrugada del jueves en uno de los invernaderos que la empresa Pampa Hemp y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria tienen en Pergamino, Provincia de Buenos Aires.
“Uno de los investigadores del proyecto me llamó muy angustiado para contarme que se había disparado la alarma y que dentro del invernadero estaba todo tirado”, le cuenta a THC Pablo Fazio, miembro fundador de Pampa Hemp y presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (Argencann). “En ese momento, también me cuenta que faltaban plantas”, agrega.
Según consta en la denuncia policial radicada en la Jefatura Departamental de Seguridad de la Comisaría Seccional Segunda de Pergamino, que realizaron Pampa Hemp y los investigadores del INTA, las 50 plantas fueron arrancadas de raíz y se encontraban próximas a ser cosechadas.
“Se llevaron las que estaban floreciendo pero todavía les faltaban 15 o 20 días. Eran plantas de CBD con muy bajo contenido de THC, fue una actitud totalmente dañina”, cuenta Fazio.
Hasta el momento, la policía no ha podido identificar a ninguno de los implicados en el hecho. “Realizaron una visita al predio (el jueves por la tarde) y corroboraron que, además de inutilizar las barreras de seguridad, intentaron tapar las cámaras de vigilancia con pintura”, detalla el fundado de Pampa Hemp.
“Claramente no son dos cogolleros sino personas que habían estudiado el predio”, remata Fazio.
Luego de realizar las investigaciones correspondientes, se cree que los ladrones llegaron al lugar con una camioneta o camión de gran porte.
La primera acción que realizaron fue cortar el cerco perimetral y posteriormente rompieron uno de los paneles de policarbonato del invernadero. Una vez dentro, permanecieron allí varios minutos mientras cargaban al vehículo las plantas y finalmente se fueron.
“Lo más extraño de todo es que nadie vio o escuchó nada. El predio cuenta con garita de seguridad pero no se percataron de nada. Tenemos contratada una agencia de seguridad que da aviso a la policía cuando se dispara la alarma pero los investigadores del proyecto llegaron antes que los agentes”, afirma Fazio.
Para finalizar, el presidente de Argencann dice que “Las fuerzas de seguridad tienen que colaborar porque si no es muy complicado trabajar así. Somos una Pyme y el INTA un instituto estatal. Más no podemos hacer por la seguridad. Si el Estado quiere poner en marcha esta industria, nos tiene que acompañar y eso implica la seguridad de las instalaciones también”.
Un golpe al desarrollo científico
Las plantas robadas del predio en Pergamino formaban parte del quinto ciclo de cosechas de la investigación científica que llevan adelante Pampa Hemp y el INTA.
“Lo que sucedió nos llena de angustia e impotencia porque con el equipo venimos trabajando hace meses en este proyecto de I&D en una temática tan importante como lo es el cannabis medicinal”, le dice a THC Natalia Prece, coordinadora del proyecto por parte del INTA.
Según cuenta la científica, las plantas formaban parte de un ensayo donde se evaluaba la respuesta de una genética con alto contenido de CBD a diferentes sustratos y planes nutricionales. “Esto genera tener que replantear la línea de investigación actual, adaptando tratamientos y afectando la calidad de los resultados”, afirma Prece.
“Se llevaron las que estaban floreciendo, pero todavía les faltaban 20 días”, le cuenta a THC Pablo Fazio, miembro fundador de Pampa Hemp que lleva adelante un cultivo con el INTA en Pergamino
Tanto ella como Fazio aseguran estar tristes por el hecho pero con fuerzas para continuar con la investigación. “Este episodio no nos hace bajar los brazos. Desde el minuto uno nos propusimos con todo el equipo darle para adelante y levantar el proyecto”, comenta la coordinadora por parte del INTA.
“Vamos a apelar a la resiliencia y vamos a seguir adelante. Espero que esto sea solo un mal recuerdo y que no se repita. Pero para eso, las autoridades deberían poner una presencia policial para que no vuelva a pasar”, asegura Fazio.
Un antecedente reciente
El pasado 22 de enero un hecho similar ocurrió en un centro de investigación cannábico que el CONICET tiene en Puerto Madryn, Chubut. “Rompieron la puerta del vivero, que no tiene mucha seguridad pero sí un candado y una malla de hierro. Se llevaron 12 plantas, algunas que incluso estaban revegetando, macetas y otros artículos. Además, rompieron la puerta que para un proyecto del Estado es costoso de recuperar”, le cuenta a THC Gregorio Bigatti, investigador del CONICET responsable del cultivo.
El científico explica que pocos días antes del hecho la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, visitó el predio junto a otros funcionarios.
“Se sacaron fotos que se subieron a las redes y en ellas se veían plantas crecidas que tenemos en uno de los viveros. Justo ese espacio está cerca de un alambre perimetral con poca seguridad y a los pocos días entraron por ahí”, dice Bigatti.
El programa del CONICET-CENPAT en Puerto Madryn está destinado a la investigación medicinal y tiene como objetivo producir cannabis para la salud pública de Chubut.
“Por suerte ya pudimos reponer las plantas que se robaron porque tenemos un sistema de clonación y otras plantas en outdoors e indoors. Pero vamos a perder una producción que seguramente iba a ser de entre 3 y 5 kilos de flores para hacer aceite y eso retrasa el trabajo”, lamenta el científico.
“Rompieron la puerta del vivero, que no tiene mucha seguridad pero sí un candado y una malla de hierro. Se llevaron 12 plantas, algunas que incluso estaban revegetando, macetas y otros artículos”, le cuenta a THC Gregorio Bigatti, investigador del CONICET responsable del cultivo en Puerto Madryn que también fue asaltado.
La misma noche que un grupo de personas le robó las plantas de cannabis al CONICET, otro grupo hacía lo mismo con una de las activistas más emblemáticas del país: Berta Thachek. Para ambos casos, la policía de Puerto Madryn encaró una serie de allanamientos para recuperar el cultivo y devolverlo a sus legítimos dueños.
Para concluir, Bigatti señala que “estos hechos que se repiten tienen que ver con la prohibición de la planta. Eso lleva a un mercado negro donde nos deja a nosotros desprotegidos porque tenemos todo tipo de cogolleros que en muchos casos se sabe quienes son”, reflexiona.
“Son hechos que ya ocurrieron en Uruguay, Colombia y Estados Unidos, por mencionar algunos países. Hay que reforzar la seguridad y las autoridades responsables tienen que dar respuestas: son cuestiones que la industria sufre en todos lados”, asegura Pablo Fazio
Además, dice que “Estos proyectos de investigación deberían tener una protección mayor del Estado porque si no se van a seguir dando estos actos de vandalismo que frenan nuestros trabajos y atentan contra la salud pública de la gente”.
En la misma línea, Pablo Fazio agrega que la industria del cannabis también vive este tipo de situaciones en otros países. “Son hechos que ya ocurrieron en Uruguay, Colombia y Estados Unidos, por mencionar algunos países. Eso no quiere decir que no haya que hacer nada en Argentina. Hay que reforzar la seguridad y las autoridades responsables tienen que dar respuestas pero son cuestiones que la industria sufre en todos lados”, cierra el presidente de Argencann.