Luego de casi un mes exacto desde que empezó el calvario del growshop Jardín Primitivo, que fue arbitrariamente clausurado por la Municipalidad de San Miguel, la Justicia resolvió a última hora de ayer levantar la inhabilitación al local.
Así lo aseguró el fallo del Juzgado de Paz de San Miguel, a cargo de Graciela Garcete, en donde se aceptó la apelación de los dueños del growshop y ordena “levantar el título de medida cautelar y en forma inmediata la clausura del negocio”.
Entre sus argumentos, la jueza señala en el fallo que “La clausura, en el marco fáctico señalado, no se comprende. Ya en oportunidad de llevar a cabo la inspección el Sr. Benedetto se ofreció a retirar las dos bolsas del sustrato”, en relación al motivo por el cual fue clausurado el local porque se trataba de un artículo para el cannabis.
Luego, el fallo de Garcete continúa: “Bien podría haberse dispuesto su secuestro hasta tanto se confirme la medida o se resuelva el recurso de apelación, en caso de entender que los motivos -que no se explicaron- persistían. Más importante aún, no se precisó la manera en que se podía regularizar la situación; no se explicó cuál o cuáles eran los elementos no son los autorizados y el fundamento normativo”.
“Cuando me llega el mensaje avisándome que levantaron la clausura, estaba en el auto y veo que había un cliente en la puerta anotando el número de teléfono que pusimos para que se hagan los pedidos. Me baje y fui corriendo a atenderlo con una alegría tremenda”, le cuenta a THC Mauro Benedetto, uno de los dueños de Jardín Primitivo
Ahora, Jardín Primitivo tiene abiertas sus partas nuevamente y ya recibió a sus primeros clientes post clausura, después de haber subsistido gran parte de enero realizando envíos a domicilio.
“Cuando me llega el mensaje avisándome que levantaron la clausura, estaba en el auto y veo que había un cliente en la puerta anotando el número de teléfono que pusimos para que se hagan los pedidos. Me baje y fui corriendo a atenderlo con una alegría tremenda. Todavía estamos muy emocionados”, le cuenta a THC Mauro Benedetto, uno de los dueños de Jardín Primitivo.
Además, Benedetto que esta resolución de la Justicia no se podría haber logrado sin el apoyo de la comunidad cannábica que acompañó en dos movilizaciones.
Una semilla germinando
“Es un día de festejo. El llamado de la comunidad nos desbordó porque la solidaridad que hay en este rubro es impactante. Nos llena el pecho de orgullo porque esto que hicimos fue para todos”, agrega Benedetto que, ahora, piensa escalar la organización de los growshops para que ningún local del país vuelva a atravesar un atropello de un funcionario público.
Benedetto cuenta que en las próximas semanas se va a lanzar una cámara federal que agrupe a todos los growshops y distribuidoras.
“La idea es presentar una ley de growshops en la que este tipo de infortunios que atravesamos deje de ser algo tan natural por el interés de unos funcionarios que estén en contra del acceso al autocultivo y a la medicina de la planta”, dice el dueño del Jardín Primitivo.
Además, Benedetto agrega que la cámara asesoría a otros emprendedores que deseen montar su primer growshop.
En este sentido, la abogada de Jardín Primitivo, Laura Fechino, le dice a THC que “Los grows son el nexo entre el Estado y los usuarios de cannabis. Tienen que tener una habilitación y personería en sí misma, porque son las personas que mejor puede asesorar a una persona que necesita de la planta o acceder al aceite”.
“La idea es presentar una ley de growshops en la que este tipo de infortunios que atravesamos deje de ser algo tan natural por el interés de unos funcionarios que estén en contra del acceso al autocultivo y a la medicina de la planta”, dice el dueño del Jardín Primitivo.
“El Estado tiene que hacerse cargo de la existencia de la ley donde se responsabilizó de proveer aceite medicinal con acceso irrestricto y gratuito a quien lo necesite”, agrega Fechino sobre la Ley de Cannabis Medicinal, sancionada en 2017.
Por último, la abogada dice que “Esperamos que, en este sentido se expide la jueza, ir un poco más allá de la clausura y lo que es la multa. Sino que se reconozcan a los growshops como entidad particular y con funciones específicas donde el Estado debe regular para que todo el mundo pueda gozar de los derechos que le brinda la ley: autocultivo y acceso al aceite de cannabis”.
La conformación de los growshops como locales específicamente tipificados en su rubro del cannabis será una de las próximas misiones de la industria de la planta que, según adelanta Benedetto, conformará una cámara propia para discutir las nuevas legislaciones y defender las ya consagradas.
Crónica del abuso
Los hechos comenzaron el 8 de enero. Aquella tarde, en Jardín Primitivo Growshop entró un inspector de habilitaciones de San Miguel. “Tenés productos para cannabis. Punto”, sentenció el hombre que justificó su clausura porque una bolsa de sustrato se leía el nombre de la planta, como si se tratara de un delito, tanto la palabra como el producto que llevaba dentro.
Pero no fue un error de interpretación del trabajador municipal ni un desconocimiento de la Ley de Cannabis Medicinal, que permite el cultivo y transporte mediante la inscripción del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), dependiente del Ministerio de Salud.
Por el contrario, es una indicación personal del Director de Habilitaciones de San Miguel, Mariano Calvente, quien tiene la misión de exterminar a la planta del municipio. Incluso para los fines medicinales y a pesar que existe una ley nacional que habilita tales usos. Este funcionario ya logró que fundieran otros dos growshops ante las recurrentes inhabilitaciones.
“En la única reunión que tuvimos no nos dejó hablar, no paró de gritarnos: en San Miguel, cero marihuana”, nos cuenta Benedetto sobre el encuentro que tuvo con Calvente.
Sin embargo, al jueves siguiente de la clausura, se volvió a habilitar el Jardín Primitivo.
La jueza de faltas municipal, Marisa Guilanea, levantó la clausura del local con la condición de adecuarse a las normativas de habilitación. Aquí se encuentra una de las primeras irregularidades, porque el motivo de la inhabilitación radicaba en un sustrato que decía «cannabis» y no es un impedimento para tener un local comercial. Solo fue una pura arbitrariedad de la Municipalidad.
“En la única reunión que tuvimos no nos dejó hablar, no paró de gritarnos: en San Miguel, cero marihuana”, nos cuenta Benedetto sobre el encuentro que tuvo con Mariano Calvente, Director de Habilitaciones de San Miguel.
De todos modos, el growshop decidió retirar las bolsas de sustrato como un gesto de buena voluntad. Pero el “permiso” tan solo duró unas tres horas.
Durante la noche, dos mujeres quedaron registradas en las cámaras de seguridad en el momento exacto en el que se mueven sigilosamente entre la oscuridad para pegar dos nuevas fajas de clausura.
“Estábamos adentro del local, trabajando fuera de hora porque realmente con todo esto que nos están haciendo estamos al borde de fundirnos”, cuenta Mauro. Cuando encontró las fajas, solo había una fecha y hora. No existía número de acta labrada ni se especificaba la infracción. Por lo que, hasta el momento Jardín Primitivo continúa clausurado
Finalmente, y luego de dos movilizaciones en la puerta de la Municipalidad de San Miguel en la que acompañaron diversos actores de la comunidad cannábica, la clausura se levantó tras el fallo del Juzgado de Paz. Ahora, en esta localidad de la zona oeste del conurbano bonaerense vuelve a haber un growshop.