Hace décadas que existen proyectos donde el cáñamo se utiliza como planta fitorremediadora. En Chernobyl, un grupo de científicos lo usó para disminuir los niveles de contaminación que generó la explosión en la planta nuclear. En Sudáfrica, un investigador intenta hacer lo mismo con una mina de oro. Mientras que en Italia, varios campesinos lo cultivaron cerca de una fábrica acerera.
Este movimiento cada vez gana más adeptos y Argentina no es la excepción. De hecho, en la provincia de La Rioja, donde ya funciona un emprendimiento productivo local, se presentó un proyecto para la remediación de suelos contaminados.
En la ciudad de Nonogasta, ubicada en el departamento de Chilecito, una asamblea busca plantar cáñamo en las inmediaciones de la ex curtiembre Yoma para bajar los niveles de contaminación que generó durante décadas.
“Armé un proyecto y lo compartí con la gente de la Asamblea El Retamo”, le cuenta a THC el ingeniero ambiental, Gustavo Álvarez.
“El suelo de esa zona tiene altos niveles de contaminación porque durante años se vertieron los efluentes industriales de la curtiembre en piletones al aire libre”, continúa quien hace dos décadas se dedica a la gestión ambiental.
Gustavo Camps, miembro de la asamblea, le cuenta a THC que “hay más de 100 piletones del tamaño de canchas de fútbol que están en medio de la ciudad”.
Según los datos oficiales de la curtiembre Yoma, antes del cierre se producían 5.500 cueros por día. “Para eso utilizaban cuatro millones de litros de agua por día, en una zona que tiene una crisis hídrica por ese tema y por la minería”, destaca Gustavo Camps, miembtro de la Asamblea El Retamo.
“Desde mediados de la década de 1980 que se tiran los desechos ahí. En ese momento no se sabía que contaminaban pero hace tres años se demostró con estudios científicos que en el suelo, el aire y el agua del lugar hay metales pesados. Además, empezamos a notar una gran cantidad de personas enfermas y bebés que nacen con distintos problemas”, describe quien vive en esa localidad.
La curtiembre luego pasó a manos de la empresa brasileña Bom Retiro que continuó con las mismas prácticas contaminantes.
El proyecto presentado por Álvarez y la asamblea pretende plantar cáñamo en esos espacios por sus propiedades fitorremediadoras.
“El primer objetivo es remediar el suelo, mejorar la filtración de agua y generar bosques temporales por la densidad de siembra. Algunas variedades de cáñamo alcanzan los cinco metros de altura por lo que forman una especie de bosque temporal que mejora la calidad del oxígeno”, dice el ingeniero ambiental.
El primer objetivo es remediar el suelo y mejorar la filtración de agua. Además algunas variedades de cáñamo alcanzan los cinco metros de altura por lo que forman una especie de bosque temporal que mejora la calidad del oxígeno
En principio, esas plantas no son aptas para consumo o uso medicinal ya que las partículas de metales pesados que absorben quedan en ellas. Pero sí se pueden usar las fibras para manufacturar textiles o generar biodiesel. “Así, el segundo objetivo es generar un sistema productivo sustentable que genere mano de obra en el lugar. Se calcula que una hectárea de cáñamo requiere de entre 10 o 15 personas por lo que habría mucho trabajo”, describe Álvarez.
Por su parte, Camps asegura que esa parte es fundamental porque la curtiembre, que actualmente pertenece a un grupo brasilero, cerró en medio de la pandemia por problemas financieros. “Cerca de 800 personas quedaron sin trabajo. Por lo que es necesario desarrollar un nuevo sistema productivo pero que esta vez no dañe el medio ambiente”, cierra el miembro de la asamblea El Retamo.
Por qué no avanza el proyecto del cáñamo en Chilecito
Tanto Álvarez como Camps afirmaron a THC que el proyecto fue presentado a las autoridades de la provincia. “El Concejo Deliberante de Chilecito lo aprobó y lo declaró como de ‘interés municipal’ pero nosotros no tenemos los fondos para costearlo por lo que se buscó financiamientos a través de programas públicos”, explica el ingeniero ambiental.
“Hasta ahora, hubo un encuentro con políticos de la provincia que supuestamente estaban interesados pero solo quedó en palabras”, señala Álvarez.
Como la Ley de producción de cannabis medicinal y cáñamo industrial aún no fue aprobada (resta la media sanción de la Cámara de Diputados), un proyecto de estas características debería enmarcarse en una investigación científica para poder llevarse a cabo.
THC confirmó con una fuente de una universidad del país que desde el gobierno de La Rioja se pidió un informe para sustentar la iniciativa. “Pero fue todo a las apuradas y no nos dieron mucho tiempo por lo que quedó estancado”, indicaron a este medio.
“El suelo de esa zona tiene altos niveles de contaminación porque durante años se vertieron los efluentes industriales de la curtiembre en piletones al aire libre”, le cuenta a THC Gustavo Álvarez, quien presentó el proyecto de cultivos de cáñamo como fitorremediador en La Rioja.
Para Camps, el problema es que “no hay voluntad política para desarrollar el proyecto. Hace un tiempo empezaron a circular noticias sobre la intención de reactivar la curtiembre.
De hecho, 60 de los 800 empleados que tenían empezaron a trabajar de vuelta. Pero si vuelven a la actividad como lo hacían antes del cierre, van a seguir contaminando”, asegura el integrante de la asamblea.
Según los datos oficiales de la empresa, antes del cierre se producían 5.500 cueros por día. “Para eso utilizaban cuatro millones de litros de agua por día, en una zona que tiene una crisis hídrica por ese tema y por la minería”, destaca Camps.
Según un estudio sobre esta actividad hecho por la Universidad de Palermo, el principal metal pesado contaminante que se mezcla con esa agua es el cromo. “Luego, esas aguas residuales se vierten”, indica el estudio y, como cuenta Camps, en el caso de Chilecito no se trataban como corresponde.
Cáñamo como fitorremediador
Hay un consenso científico sobre la capacidad del cáñamo de absorber partículas de metales pesados de los suelos y también del aire. Las mismas quedan en sus raíces y fibras por lo que esas plantas no son aptas para consumo o uso medicinal. “Pero sí tienen un gran potencial de industrialización”, comenta Álvarez.
El ingeniero ambiental destaca que existen más de 25 mil usos registrados del cáñamo. Actualmente, los más conocidos son en el rubro textil, de biocombustibles, ladrillos para la construcción y autopartes.
En los países donde la producción de cáñamo es legal, todos esos sectores productivos lo usan para desarrollar sistemas industriales sustentables que generen mano de obra sin dañar el medio ambiente.