En Córdoba, a una mujer la separaron de su hijo recién nacido y le negaron amamantarlo después del parto porque ella es paciente de cannabis inscripta en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN). Se trata del caso de Ludmila Melo, quien dio a luz a Zen el pasado sábado en el Hospital Materno Neonatal de la capital provincial.
Según explican desde el hospital, la decisión se tomó por aplicación del protocolo “Mamás en consumo”. Previamente, Melo había declarado que usa cannabis porque padece neuralgia del trigémino.
Entonces, el equipo médico negó que Melo pueda amamantar a su hijo durante 93 horas. Mientras, al niño se lo alimentó con leche de fórmula. Si bien sus padres podían verlo, Zen estuvo los primeros días bajo observación médica.
“No podía creer que estaba siendo tratada de esa manera. El cannabis es una medicina sagrada”, dice Ludmila Melo, la joven y reciente madre paciente de cannabis.
Sin embargo, luego de la presión de varias organizaciones civiles, Zen ya se alimenta del pecho de su madre. En los casi cuatro días de angustia, los padres del niño se contactaron con asociaciones cannábicas que, esta semana, obtuvieron una reunion con los directivos del hospital.
En el encuentro, no solo le informaron a las autoridades sanitarias la vigencia del Reprocann. Además, les brindaron material bibliográfico sobre el uso de cannabis en embarazadas y el parto.
Crónica de una lactancia negada
“Fue un balde de agua fría”, le dice Melo a THC sobre el momento en el que los médicos le dijeron después del parto que no iba a poder amamantar a su hijo por usar cannabis.
“Cuando dijimos que nos hacíamos responsables por la lactancia, nos contestaban que primaban los derechos del recién nacido. No podía creer que estaba siendo tratada de esa manera. El cannabis es una medicina sagrada”, asegura la joven mamá.
Melo cuenta que ella usa cannabis porque padece neuralgia del trigémino, una patología en la base del cráneo que produce convulsiones. Por eso, ella se encuentra inscripta en el Reprocann. Sin embargo, en el hospital no sabían de la existencia del programa.
El uso del cannabis que hace Melo quedó asentado en una declaración jurada, previo al parto. Por eso, los médicos aplicaron el protocolo “Mamás en consumo”, vigente hace tres años, y le negaron la lactancia materna.
“Yo estaba muy enojado. Al principio, no me escuchaban. Les decíamos que nos hacíamos responsables, pero nos contestaban que no estaba bueno que una mamá consumiera cannabis”, agrega Guilherme Bettio, la pareja de Melo.
Bettio agrega que “el protocolo estuvo implementado hasta el martes a la noche, 93 horas después del nacimiento. Recién en ese momento tuvieron un cambio de postura en el hospital”. Los padres primerizos dicen que se logró gracias a la intervención varias organizaciones civiles. Entre ellas, la asociaciones Alpakamasca Mujeres Cannábicas, quienes estuvieron acompañando a la familia desde el principio.
La respuesta del hospital por el uso del cannabis antes del parto
Si bien el hijo de Melo y Bettio ya se encuentra prendido al pecho de su madre, este caso en Córdoba podría marcar un precedente para el resto de los partos de las madres que hacen uso de cannabis.
Elizabet Asís, directora del Hospital Materno Neonatal, asegura que, hasta este momento, no conocía la vigencia del Reprocann. “Nos enteramos ahora, a partir de este caso”, dice la médica en diálogo con THC.
Luego, ella aclara que no está en contra del cannabis. “Hay que ver si es beneficioso o no para el niño. Lo que sí tenemos que ver es si hay algún medicamento que tome la madre pueda pasar al niño mediante la lactancia”, explica la doctora sobre el protocolo “Mamás en consumo”.
“El protocolo surgió por una necesidad de los servicios de neonatología. Decían que aumentaban los casos de madres embarazadas con consumo de distintas sustancias”, dice Marcela Yanover, directora de Maternidad e Infancia de Córdoba.
“Nosotros nos guiamos bajo las pautas médicas: necesitamos saber lo necesario para la protección del bebé. Para lactancia materna hay medicamentos que se contraindican”, dice Asis. Lo llamativo de este caso es que, en primera instancia, la madre fue caracterizada como una persona bajo consumo, cuando en realidad utilizaba cannabis para tratar sus enfermedades.
Aunque el caso ya fue resuelto, Asis considera que las autoridades deberán implementar cambios en el protocolo. “Esto es algo nuevo. A partir de este caso, se puede abrir el panorama. Sería conveniente que intervinieran autoridades de maternidad e infancia para que den su parecer. Es un caso que nunca nos había ocurrido”, asegura la directora del Hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba.
¿Porqué no permiten amamantar a una paciente de cannabis después del parto?
En Córdoba, el protocolo “Mamás en consumo” está vigente hace tres años. Una de las encargadas de su redacción fue Marcela Yanover, actual directora de Maternidad e Infancia, dentro del Ministerio de Salud de Córdoba.
“El protocolo surgió por una necesidad de los servicios de neonatología. Decían que aumentaban los casos de madres embarazadas con consumo de distintas sustancias y que había un problema en el abordaje. Como cada maternidad había elaborado un protocolo propio, decidimos hacer uno solo unificando los criterios que habían utilizado los diferentes hospitales”, explica Yanover, en diálogo con THC.
En cuanto a su aplicación, la funcionaria provincial cuenta que “se realiza para cualquier droga lícita o ilícita. No hay especificaciones de sustancia”.
Yanover dice que la aplicación del protocolo puede darse tanto por la propia declaración de la embarazada, como por una sospecha del cuerpo médico. “Cualquier medicamento, a lo mejor temporariamente lo que tiene que tomar, puede suspender la lactancia o no”, aclara.
Por otro lado, directora de Maternidad e Infancia asegura que no se hacen exámenes de sangre para determinar la presencia de sustancias. “Nunca se hace nada que la mamá no sepa. Si no estuviese en condiciones de entender, siempre hay alguien que acompaña y se explica. Se cuida que haya consentimiento”, asegura Yanover.
Cambios en los hospitales de Córdoba
La directora de Maternidad e Infancia le confiesa a THC que, en el momento de la elaboración del protocolo, no habían tomado en cuenta la posibilidad que una madre embarazada utilice cannabis, los meses previos al parto.
De todos modos, Yanover dice que, a partir del caso de Melo, el protocolo debería actualizarse.
“Nunca se planteó hacer diferencia por el uso de cannabis medicinal. Es un tema con cada vez más auge y probablemente haya que hacer una revisión”, dice Yanover sobre modificaciones en el protocolo “Mamás en consumo”.
“Sería conveniente que intervinieran autoridades de maternidad e infancia para que den su parecer. Es un caso que nunca nos había ocurrido”, asegura Elizabeth Asis, directora del Hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba.
“No se había planteado si este tipo de terapia con cannabis medicinal tiene algún efecto nocivo para el bebé a través de la lactancia. Todos los protocolos están abiertos a ser revisados”, dice Yanover. Si bien ella está al tanto de la vigencia del Reprocann, también asegura que hay que avanzar en capacitaciones para el personal médico.
Sin embargo, hasta el momento el Ministerio de Salud provincial no ha confirmado ninguna formación sobre el uso del cannabis en embarazadas.
Hasta el momento, la única capacitación en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba la realizaron una decena de organizaciones civiles, entre los que se encontraba la abogada Nadia Posiadlo. Esta semana, tuvieron una reunión con los directivos del hospital donde les brindaron desde copias de la Ley de Cannabis Medicinal, hasta investigaciones científicas del uso del cannabis en diferentes patologías.
Mientras esto último sucedía, Zen ya se alimentaba con la leche de su madre. Previamente, los padres del niño debieron dar un consentimiento firmado en el que se hacían responsables.
“Ahora estamos con mucho optimismo y tranquilos por la contención que recibimos. Tenemos una semana más en el hospital por observación. Es increíble el camino que abrió Zen en sus pocos días de vida”, cierran Ludmila y Guilherme, felices de alimentar a su primer hijo juntos.