“Recomendamos garantizar la disponibilidad de medicamentos derivados de cannabis para su uso terapéutico”. La concisa frase pertenece al boletín oficial del Congreso de España -fechado el 5 de julio de 2022- y bien puede relacionarse con las últimas novedades que llegan desde aquel país. España aprobó la venta de cannabis con fines medicinales.
La Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados aprobó un proyecto que regula el uso del cannabis con fines medicinales. El Gobierno deberá aplicar y reglamentar esta decisión a través de las autoridades de salud en un plazo no mayor a seis meses.
“No se reconoce a la flor del cannabis como tratamiento alternativo. Sólo se habla de cannabinoides o extractos. Esto es un problema”, asegura Eric Asensio, miembro de la Confederación de Federaciones y Asociaciones Cannábicas de España.
La iniciativa en cuestión no contempla el autocultivo, sino que busca regular la prescripción médica de tratamientos. De hecho, la venta de cannabis en España solamente estará habilitada en las farmacias hospitalarias.
Según diversos registros, más de 300.000 españoles y españolas usan cannabis para tener una mejor calidad de vida y aprovechar las bondades terapéuticas de la planta. Ahora, el Gobierno local debe establecer un marco regulatorio para que estos procedimientos no se concreten al margen de la ley.
Venta de cannabis en España: qué dice el activismo local
“El proyecto que aprobó el Congreso es un paso importante en un proceso que ya estaba transitado. Desde 2007 hay dos medicamentos hechos con CBD, pero ahora nos alegra que se hable de nuevas patologías porque por el momento se permiten sólo para dolor crónico”, explicó ante THC Eric Asensio, miembro de la Confederación de Federaciones y Asociaciones Cannábicas (ConFAC) de España.
El texto que validó el Congreso propone el uso de cannabis medicinal para la rigidez muscular en “pacientes con esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia, náuseas y vómitos por la quimioterapia, endometriosis, dolor oncológico y el dolor crónico no oncológico -incluido el dolor neuropático-“.
Sin embargo, más allá de la alegría y el optimismo por la regulación, el activismo cannábico de España mira de reojo algunos detalles del proyecto.
“No se reconoce a la flor del cannabis como tratamiento alternativo. Sólo se habla de cannabinoides o extractos. Esto es un problema”, dijo Asensio. Y , luego agregó: “Se omiten el autocultivo y el cultivo colectivo, que son dos vías de acceso importantes al cannabis medicinal”.
Cómo es la industria del cannabis en España
Al mismo tiempo que la regulación del cannabis medicinal toma forma, las empresas españolas dedicadas la planta se preparan para subirse a la ola verde que se esparce por toda Europa. De acuerdo a la consultora Prohibition Partners, el mercado del cannabis medicinal de aquel continente podría alcanzar un valor de $3.100 millones de euros en los próximos cinco años.
Con el fin de unir intereses y esfuerzos, las firmas del sector local formaron la Asociación Empresarial del Cannabis Medicinal de España. Es que, incluso en la ilegalidad, España aparece como uno de los principales proveedores de cannabis para Europa.
“Las grandes incautaciones de hierba procedentes de España indican que este país puede estar convirtiéndose en un proveedor más importante para el mercado de la Unión Europea”, dice el último informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA).
Los pronósticos coinciden en que, ahora que el sector medicinal pasará a la legalidad, las ganancias y el protagonismo español serán aun mayores.
Una historia que no cambia
En 1967 -tiempo después del convenio de Naciones Unidas que incluyó a la planta en una lista de drogas dañinas- España prohibió el cultivo a gran escala y la venta de cannabis. Aquel año, el dictador Francisco Franco ordenó la Ley de Normas sobre Estupefacientes que, desde entonces, rige cada decisión oficial con respecto a la marihuana.
Un detalle curioso: más allá de la prohibición, las autoridades relevaron recientemente que casi el 40% de la población española probó el cannabis alguna vez.
En ese contexto, existen reconocidos clubes de cannabis que funcionan hace más de 20 años en España: hay cerca de 1.800 en todo el territorio. En el país no están penalizados ni el consumo ni el cultivo a pequeña escala de marihuana -para uso personal-.
“Se omiten el autocultivo y el cultivo colectivo, que son dos vías de acceso importantes al cannabis medicinal”, dice Asensio sobre la habilitación de la venta de cannabis en España.
Este gris legal es el sustento de estos clubes a los que muchos usuarios pueden acceder, principalmente en Barcelona.
Más allá de ese limbo en la ley, el único orden legal de la planta sale por el momento desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que está bajo la órbita del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. La AEMPS otorga licencias para el cultivo de cannabis con fines medicinales, científicos o de investigación.
Quiénes reciben las licencias
La mencionada potestad de la AEMPS para aprobar licencias, cree Asensio, es arbitraria y podría seguir condicionando a la regulación que está en camino.
“La mayoría de las licencias que otorga son para exportar. Sacan todo fuera del país. Canadá y Alemania son algunos destinatarios. Ahora con la nueva ley esta Agencia va a tener el poder para manejar el sector”, contó el activista cannábico español.
De acuerdo a las cifras oficiales, hay ocho habilitaciones vigentes para “producción y/o fabricación de Cannabis y sus productos con fines médicos y científicos”. La mitad de esas licencias pertenece a empresas de capitales extranjeros.
El Gobierno español tiene seis meses para reglamentar y aplicar el texto aprobado por el Congreso. Mientras tanto, el activismo y la industria esperan una regulación del cannabis medicinal que incluya a todos los actores.
“Nos parece muy bien que se desarrolle la industria y que crezcan las empresas, pero los primeros beneficiados tienen que ser las personas usuarias”, finalizó Asensio.