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ipomoeaWimalgorzata (Dreamstime)

Ipomoea, la planta usada por los aztecas con efectos similares al LSD

Luego de la colonización española de México en 1521 surgieron reportes de las prácticas religiosas de los pueblos aztecas y otros donde se mencionaba el uso de distintas plantas en contextos rituales. Conocidas como “ololiuhqui”, que significa “cosas redondas”, distintos cronistas mencionaron el uso de semillas tanto en contextos ceremoniales como fitoterapias tradicionales. Con el tiempo se identificaron botánicamente distintas plantas de la familia de las Convolvulaceae, como Turbina corymbosa y, más adelante, Ipomoea violacea.

En el sur del estado mexicano de Oaxaca, Hofmann y Schultes observaron el uso tradicional de la Ipomoea violacea tanto en rituales con fines de sanación como para la experiencia mística o adivinatoria, utilizada sola o en combinación con otras plantas.

Recién a mediados del siglo XX, luego del descubrimiento del LSD (dietilamida de ácido lisérgico) se identificaron los principios activos presentes tanto en Ipomoea violacea como en Turbina corymbosa y Argyreia nervosa. Se trata de amidas de ácido lisérgico como la ergina o LA-111.

Usos de Ipomoea violacea

En los pueblos aztecas, Ipomoea violacea era utilizada en rituales mágicos-terapéuticos, ya que se creía que facilitaban la comunicación con los dioses del sol y permitían al ticitl (médico o curandero tradicional) realizar un diagnóstico sobre el origen de la enfermedad. Un uso similar  realizaban los pueblos zapotecas, chinantecos y mazatecos. 

Además de las semillas también se utilizaba la planta entera, para el tratamiento de la sífilis, los escalofríos, para el alivio de la flatulencia y la remoción de tumores. Mezclada con resinas de otras plantas, se utilizaba como analgésico en casos de fracturas y problemas óseos. Entre los aztecas era también utilizada en los bálsamos uncidos en participantes de sacrificios rituales, junto con otras plantas, insectos y grasas animales.

Con la identificación de sus principios activos, similares a los del LSD, Ipomoea violacea se convirtió en una alternativa legal a dicha sustancia, aunque las diferencias en los efectos son significativas. Su distribución casi universal, el bajo costo de sus semillas y la posibilidad de incluso adquirirlas en viveros no especializados aumentó su popularidad.

Preparación de Ipomoea violacea

Dado que las amidas de ácido lisérgico son hidrosolubles, la preparación tradicional consiste en la molienda de las semillas en un polvo muy fino que luego es disuelto en agua fresca y se deja reposar por un breve período de tiempo para finalmente colar la preparación e ingerirla.

ipomoea entera
Es una enredadera de rápido crecimiento originaria de América que actualmente se encuentra distribuida en todo el mundo. / Foto: Hel080808 (Dreamstime)

Con el auge de su uso fuera de contextos ceremoniales o tradicionales, se popularizaron formas de ingestión como la masticación de las semillas enteras, un método poco práctico e ineficiente. También pueden realizarse extracciones con alcoholes.

Identificación

Morfología

Ipomoea violacea es una enredadera de crecimiento rápido, con hojas en forma de corazón y una flor muy reconocible, con forma de campana de color violáceo-azulado y un tubo blanco que las une al tallo. Posee una floración abundante que se extiende todo el verano y el otoño. Las semillas son negras, de forma alargada y ángulos marcados. 

Ubicación geográfica

Originaria de América, está actualmente distribuida por todo el mundo.

Cultivo

Dependiendo del clima de la región donde sea cultivada, puede ser anual (en climas fríos) y perenne en (climas cálidos). Aunque no posee resistencia a períodos de sequía, posee pocas exigencias con el suelo y requiere buena iluminación a pesar de prosperar también en áreas sombreadas. Las semillas poseen una tasa de germinación muy alta, por lo que puede convertirse en una especie invasiva en poco tiempo.

Química y acción de Ipomoea violacea

Las amidas de ácido lisérgico también pueden encontrarse en el cornezuelo del centeno y se denominan alcaloides indólicos. Por su estructura química, están emparentados con la serotonina y los efectos en el organismo son explicados a través de la modulación entre este neurotransmisor y los receptores 5-HT-2A. Modifican la manera en que percibimos los sentidos, el estado de ánimo, el apetito, la sexualidad o el descanso.

Dosis y administración de Ipomoea violacea

Dada la enorme variabilidad en la concentración de principios activos que pueden poseer las semillas de Ipomoea violacea, su dosificación varía de acuerdo a la cultura donde se utilizó. Para algunos pueblos de Oaxaca, una dosis promedio rondaba las 25 a 30 semillas mientras que otros grupos utilizaron números múltiplos de 7 o 13, según el contexto.

En el uso moderno, se calculan de 20 a 50 semillas para una dosis baja, 50 a 150 para una dosis media y superando las 300 semillas se obtiene una dosificación alta. En el caso del LSA aislado, la dosificación para una persona de entre 50 y 70 kilos ronda entre 0,5 a 5 mg.

Efectos de Ipomoea violacea

Las amidas de ácido lisérgico generan estados visionarios, caracterizados por una etapa inicial que incluye sensación de apatía y, dependiendo la dosis, molestias gastrointestinales e incomodidad corporal. En dosis altas, este período vira hacia una hipersensibilidad a los estímulos visuales para luego impulsar un estado de serenidad, bienestar y la experimentación de sensaciones enteogénicas.

En dosis leves, los efectos se manifiestan con menor intensidad en un período aproximado de tres horas, en contraposición con las dosis altas que pueden llegar a ocho o 10 horas.

Cuidados generales

Como todos los enteógenos es recomendable su uso en contextos seguros, si es posible en la compañía de personas capacitadas para contener cualquier imprevisto. En algunos casos se reportaron alteraciones del estado de ánimo, sensación de angustia y depresión luego de su uso, por lo que debe evitarse o extremar precauciones en caso de estar atravesando afecciones en el estado de ánimo.

Se desaconseja su uso en mujeres embarazadas o en período de lactancia. Las semillas que pueden adquirirse en viveros no especializados pueden contener sustancias tóxicas para su consumo como fungicidas, por lo que se recomienda la adquisición a fuentes que garanticen un cultivo orgánico.