Hay hongos que pueden beneficiar nuestro cultivo. Puntualmente, las micorrizas son un grupo de hongos fundamental para el crecimiento de la planta. Es necesario desde su nacimiento hasta el último día de vida de la misma.
Las micorrizas tienen la capacidad producir una asociación benéfica con la raíz: es decir, el hongo y la planta se desarrollarán de forma conjunta y gracias a ello ambos obtendrán beneficios sin dañarse mutuamente.
Se trata de formas de vida que habitan el suelo, los encontramos en la cáscara de la semilla hasta incluso en productos especialmente diseñados para cannabis que los contienen.
Las micorrizas puede acceder a lugares más remotos en búsqueda de nutrientes sin que la planta tenga que realizar un gran gasto de energía y recursos
Si estamos buscando plantas sanas, y de buen rendimiento tendremos que garantizar una gran población de estos microbios, ya sea porque los inoculemos nosotros de forma externa o con técnicas que nos permitan aprovechar y multiplicar las que ya existen en el suelo.
Cómo ayudan las micorrizas a nuestras plantas
Su importancia radica en las funciones que cumplen, al estar en íntimo contacto con la superficie de la raíz en una zona denominada rizósfera, le permiten a la planta acceder a nutrientes que se encuentran muy por fuera de su alcance.
Esto se debe a que el hongo, al ser mucho más pequeño que la raíz y más largo, puede acceder a lugares más remotos sin el consecuente gasto de energía y recursos que le acarrearía al sistema de raíces.
Esta tarea de solubilizar nutrientes para la planta (y claro, para el propio uso del hongo) se ve recompensada principalmente por carbohidratos que la raíz exuda por el mineral biodisponible entregado.
Es un ciclo virtuoso, dado que esos carbohidratos servirán como alimento para todas las formas de vida que están cohabitando el sustrato, pero en especial para sus compañeras micorrizas.
Pero las micorrizas no sólo son las encargadas de pasar a disponibilidad algunos nutrientes, sino que ayuda en varios aspectos. Mencionemos tres que son clave:
- Protección frente a patógenos
- Mejoran la estructura del suelo al generar entramados complejos entre las partículas que forman el suelo
- Aumentan la resistencia a la sequía, ya que dependiendo la especie pueden dar lugar a la formación de estructuras de almacenamiento hídrico en la raíz.
No es todo lo mismo
No todas las micorrizas son iguales. Según el grado de asociación que tenga con la raíz podemos diferenciarlas en:
- Endomicorrizas: cuando sus hifas entran en contacto con el sistema vascular de la planta
- Ectomicorrizas: cuando se trata de hongos que crecen sobre la superficie de la raíz, que incluso podemos evidenciar fácilmente con el ojo desnudo si tenemos un sistema radicular sano y rebosante de estos organismos.
Cómo aplicar las micorrizas
Hay muchas opciones disponibles que pueden conseguirse fácilmente en growshops:
- Productos para ser mezclados con el sustrato: los incorporamos al armado del sustrato acorde a las indicaciones del fabricante.
- Productos sólidos para diluir en agua: los sumamos con el agua de riego en la proporción indicada en el envase.
- Productos líquidos para diluir en agua: del mismo modo que los sólidos los diluimos en agua de riego acorde a las proprociones sugeridas por el fabricante.
- Productos para sumergir las raíces: se llena un recipiente con agua, se sumergen directamente las raíces, puede hacerse en un trasplante o germinación. Nunca se reaplica.
- Productos en polvo para usar en contacto directo con las raíces: se aplican como si fueran una sal, en algunos casos sobre el pan de raíces, otra en la tierra donde realicemos un trasplante. Siempre en las cantidades indicadas en el envase.