Generalmente se describe al cannabis como una planta anual. Esto quiere decir que técnicamente solo se podría cultivar una vez por año. Sin embargo con los recaudos necesarios puede cultivarse durante todo el año. Te explicamos como se puede plantar cannabis en verano.
El ciclo de vida anual del cannabis
En la naturaleza, las plantas de cannabis germinan o nacen en primavera, maduran durante el verano y florecen en otoño para finalmente morir con la llegada de las temperaturas invernales.
A su vez este proceso está determinado no sólo por las temperaturas sino también por la cantidad de horas de luz diarias. Esto es conocido como fotoperíodo.
Con la luz diaria en aumento, desde el equinoccio de invierno al solsticio de verano, las plantas ganan tamaño, generando ramas, tallos y hojas. Cuando las horas de luz comienzan a descender, la planta muestra su sexo y comienza la floración.
Esto sucede con la mayoría de las variedades nativas o landraces, excepto con aquellas que se incluyen en el género Ruderalis. Este tipo de genéticas florece independientemente del fotoperíodo.
Cuando cultivamos cannabis existen muchas variables que podemos manipular para compensar el fotoperíodo natural y cultivar “en contra” de las temporadas. Una opción es el agregado de luz artificial, que “estira” los fotoperíodos y colabora a conseguir una estructura más poblada.
¿Se puede plantar cannabis en verano?
Dependiendo la región donde se cultive y el clima local, se puede plantar cannabis en verano incluso hasta el mes de febrero. Hay que tener en cuenta que cuanto más avanzado el verano, menos horas de luz recibirán las plantas. Esto se traduce directamente a su tamaño.
Tanto si cultivamos variedades fotoperiódicas como autoflorecientes, para cultivar cannabis en verano es necesario tener en cuenta ciertos recaudos. Nuestro principal problema puede ser la temperatura.
Para cuidar las plantas jóvenes de la temperatura excesiva un aspecto crucial es protegerlas del sol. En sus horarios de mayor intensidad (entre las 11 y 16 horas) el sol puede deshidratar rápidamente las plántulas y matarlas.
Se pueden utilizar mediasombras o cualquier cobertura que sirva para disminuir la intensidad de los rayos solares.
También debemos proteger el sustrato de las altas temperaturas. Es muy útil usar macetas de colores claros y aislarlas del suelo para evitar la conducción de calor. En una maceta negra en días de mucho calor, el sustrato fácilmente puede superar los 40°C, estresando las plantas.
Se pueden aislar del suelo usando telgopor, madera o cualquier material que provea unos centímetros entre las superficies calientes como el piso y el fondo de la maceta. Agrupar las plantas también ayuda a que produzcan sombra tanto al sustrato como a ellas mismas.
El uso de cultivos de cobertura y mulching ayuda no sólo a reducir la temperatura en las macetas sino también a mantener la humedad por más tiempo. Es posible incluso utilizar cultivos de cobertura que mantengan el sustrato en condiciones y aporten nutrientes como los tréboles.
¿Cuándo plantar marihuana en Argentina en exterior?
La temporada de cultivo exterior en el hemisferio sur empieza generalmente en septiembre y se extiende hasta la cosecha de mayo, junio y hasta julio para variedades muy tardías.
Esto es si queremos realizar un cultivo totalmente natural sin intervenir en el fotoperíodo. La ventaja es que esta intervención funciona de dos maneras: podemos alargar los días, pero también acortarlos. También podemos elegir, dentro de la temporada, cuando plantar para adecuar la altura de las plantas.
Por ejemplo, si vamos a cultivar en suelo directo y sembramos en septiembre, debemos tener en cuenta que las plantas pueden alcanzar un tamaño considerable incluso mucho antes de la floración. De hecho muchas variedades pueden llegar a medir dos metros o más.
Plantas de gran tamaño requieren un buen tutorado y hasta sistemas con redes para soportar el peso de los cogollos. Y por supuesto son mucho menos discretas que una planta pequeña con buena estructura.
En maceta también podemos enfrentarnos a esta situación, con el agravante de que tendremos que realizar más trasplantes o agregar fertilizantes.
Para regular el tamaño de las plantas pueden hacerse desde podas aéreas, ataduras y poda de raíces. Resulta más simple aún efectuar una buena planificación y sembrar en el momento adecuado.
También puede suceder el efecto contrario y que, al plantar tarde, debamos agregar luz artificial. Si las condiciones del cultivo lo permiten, es una gran técnica para mejorar tanto la estructura como la producción.
Se puede agregar luz fácilmente, desde usando una lamparita común hasta una luminaria de alta potencia. El fin es estirar el fotoperíodo y que las plantas entren en floración con un tamaño más acorde.
Adelantar la floración también es posible, aunque un poco más trabajoso. Se pueden utilizar desde toldos y cubiertas hasta trasladar las plantas a una habitación oscura, para así inducir al sexado y la floración.
Es fundamental, tanto para agregar luz como para adelantar la floración, respetar un fotoperíodo constante, para evitar un estrés innecesario en las plantas.
¿Qué es el cultivo mixto?
Cómo su nombre lo indica, el cultivo mixto consiste en aprovechar el cultivo interior y combinarlo con el exterior. Generalmente se practica realizando el período vegetativo en interior y floreciendo en exterior, con el poder del sol.
La ventaja de cultivar las plantas en interior es que es posible modificar su estructura con podas y entrenamiento para adecuarlas al futuro espacio. También al recibir un fotoperíodo constante, sin días nublados, las plantas crecen más rápido.
Para sacar las plantas al exterior debemos tomar el recaudo de adaptarlas lentamente a la luz solar si todavía se dan días de mucho calor. Con exponerlas diariamente un par de horas e incrementar este tiempo diariamente, las plantas se adaptan muy fácilmente.
El cultivo mixto permite varias cosechas al año y también es más eficiente respecto al consumo energético. Esto se debe a que reemplaza la luminaria de alta potencia, necesaria para una floración adecuada, por el sol.
Técnicamente, se pueden sacar plantas al exterior desde febrero hasta septiembre. Debemos tener en cuenta que es necesario proteger las plantas de las bajas temperaturas del invierno. A partir de septiembre los días comienzan a alargarse, por lo que algunas plantas pueden revegetar si no están en una floración muy avanzada.