“Está en las Sierras, tiene un río hermoso, clima seco y un inmenso cielo estrellado: hay mucho para hacer”. Estas fueron las palabras que dos amigos escucharon para tomar la determinación de dejar todo en Buenos Aires y emprender un nuevo camino en una zona inhóspita de la provincia de Córdoba.
Los pioneros compraron las tierras ubicadas en las puertas del Valle de Calamuchita, a 80 kilómetros de la capital, y se pusieron a trabajar: trazaron calles, construyeron un hotel y casas para poblar el lugar y plantaron miles de semillas para garantizar que esa nueva tierra gozara de bosques para poder estar siempre rodeada de naturaleza.
60 años más tarde, esas tierras maduraron hasta convertirse en la actual Villa Ciudad Parque, una ciudad de 3.500 habitantes cuya actividad principal está ligada al turismo.
Sin embargo, la llegada del coronavirus fue el punto de quiebre para que la localidad decidiera patear el tablero y abrirse hacia un territorio inexplorado y fértil: el cultivo comunal de cannabis bajo control público. Se trata de un proyecto comunitario en donde no solo se lleva adelante el crecimiento y floración de la sagrada planta, sino que además se pretende lograr un verdadero entramado productivo para el lugar.
Mientras que Villa Ciudad Parque elaborará derivados del cannabis para atender a los pacientes de la comunidad local, también está permitido que se instalen iniciativas privadas. Todo esto es posible ya que esta localidad fue la primera en sancionar una ordenanza en Córdoba para que la planta de cannabis sea una pieza clave para una comunidad.
Cannabis en las sierras de Córdoba
“La planta siempre fue parte de mi familia. Cultivo desde muy chico, soy de la generación del paraguayo por lo tanto he podido valorar muchísimo el proceso y el cambio de paradigma”, dice en diálogo exclusivo con THC Pablo Riveros, jefe comunal de Villa Ciudad Parque e impulso y pieza clave del proyecto.
“Charlando con la directora de Salud y el abogado de la Comuna, y sabiendo que había vecinos y vecinas que eran usuarias de cannabis medicinal, en el medio de la pandemia hicimos un relevamiento casero y sacamos como resultado que la mayor cantidad de personas usuarias eran mujeres y adultos mayores”, explica el jefe comunal de Villa Ciudad Parque.
“La planta siempre fue parte de mi familia. Cultivo desde muy chico, soy de la generación del paraguayo por lo tanto he podido valorar muchísimo el proceso y el cambio de paradigma”, dice Pablo Riveros, jefe comunal de Villa Ciudad Parque
Su madre fue diagnosticada de Alzheimer y encontró en el uso del aceite un elemento que le hace su día a día más llevadero: la falta de memoria ya no la estresa y tampoco presenta los sobresaltos que aparecen cuando entiende que es ajena a la realidad. Como resultado de ese relevamiento, alrededor de 20 familias usaban activamente el aceite de cannabis para distintas enfermedades.
Ante este panorama, y con el impulso que ya el cannabis medicinal venía teniendo a nivel nacional desde 2017 con la sanción de la Ley 27.350, la Comuna encontró un fundamento para motorizar un plan de acción para comenzar a cultivar la planta con destino terapéutico de manera regulada por y para los habitantes de la comunidad.
“Fuimos precursores en una provincia muy conservadora, muy represiva, sabíamos que podía llegar a generar un poco de ruido, pero asumimos el costo”, cuenta Riveros, a la distancia sorprendido por lo que comenzó a pasar a medida que el proyecto de tener un cultivo de cannabis comunitario en Córdoba fue avanzando y de a poco iba convirtiéndose en realidad.
La batalla legal
El primer paso para comenzar a edificar el proyecto fue adherirse a la Ley nacional de Cannabis Medicinal. A través de la ordenanza 050/2020, la Comuna incorporó a su sistema de salud a todos los derivados del cannabis para uso científico, medicinal o terapéutico, autorizó a trabajar en programas con el Ministerio de Salud y facultó al Departamento Ejecutivo Comunal a impulsar el desarrollo del cultivo comunitario en Villa Ciudad Parque.
Estas obligaciones abrieron un camino lento y con idas y vueltas entre Villa Ciudad Parque y la Universidad de Río Cuarto, que todavía no tenía en su haber ningún proyecto de investigación ligado al estudio de la planta de cannabis.
“El camino institucional fue un proceso arduo y de mucha burocracia. Todo fue nuevo para la Universidad, y ahí radica la importancia de nuestro proyecto, la sociedad civil está transmitiendo los conocimientos a la institucionalidad, un camino inverso que no se da en todos los procesos de legitimación. Por lo general van de arriba hacia abajo y esto va al revés”, sintetiza Riveros, el jefe comunal de Villa Ciudad Parque, sobre el año y medio de trabajo académico. Mientras tanto, también presentaron un proyecto de cultivo en el espacio de la Comuna.
La infraestructura
Durante ese tiempo, la Comuna desplegó la logística necesaria para estar preparada una vez que obtuviera la aprobación final del proyecto por parte del Ministerio de Salud de la Nación. Por un lado, debían encontrar el lugar.
En 2021, inauguraron el Polo Agroecológico. Se trata de un espacio donde actualmente funciona una huerta orgánica destinada a abastecer de alimentos a la comunidad local, un vivero forestal de reproducción de plantas nativas, y un sector de compost para reutilizar los residuos orgánicos de los vecinos.
Por otro lado, se avanzó con una campaña de capacitación de tres meses para todos los profesionales de la salud y se incorporaron a tres acompañantes terapéuticos que fueron formados en las mencionadas jornadas. Además, se creó el Centro de Atención Primaria de la Salud, donde cualquier persona puede acceder a una terapia cannábica en caso de que lo necesite o lo pida. Dentro de lo más interesante de la iniciativa es que todos los costos están cubiertos por la propia Comuna, siendo un diferencial absoluto con el resto de los proyectos del país.
Por otro lado, la Comuna brinda hoy asesoramiento y asistencia gratuita para la inscripción en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN). Mientras que el aceite de cannabis local lo produce la organización sin fines de lucro Sativa Madre, un proyecto autogestivo que destina sus aportes al “sostenimiento del cultivo solidario” y a la elaboración de goteros sin cargo.
La comuna capacitó a los profesionales de la salud y se incorporaron acompañantes terapéuticos. Además, se creó un Centro de Atención Primaria de la Salud, donde cualquier persona puede acceder a una terapia cannábica
La última pieza, también fundamental por sus consecuencias en la implementación de la iniciativa, fue dotar de pleno conocimiento de la situación a las fuerzas de seguridad.
“Me tomé la delicadeza de hablar con el jefe departamental porque la aplicación de la ley tiene sus grises y nosotros no somos la excepción a lo que pasa en el resto del país”, dice Riveros. Luego, agrega que “lo único que le pedí fue que tengan consideración de que el país y la ley está avanzando en este tema”.
“Han pasado cosas muy locas por el desconocimiento: hace un tiempo se dio una situación en la que, por una cuestión ligada a un caso de usurpación, la policía allanó a un vecino que autocultiva y llamó a Gendarmería, que tras recibir el permiso de criadero por parte del vecino, terminaron ayudándolo a trasladar todas las plantas en sus camionetas 4×4 por toda la comuna”, asegura y agrega que actualmente dos agentes reciben tratamiento con cannabis medicinal recetados y administrados por la Comuna.
Pero para llegar a esta situación, fue clave el impulso que la localidad dio para que la discusión sobre la implementación del uso de la planta de cannabis con fines terapéuticos se esparciera por toda la provincia. A mediados del 2021, Córdoba terminó adhiriéndose a la Ley nacional.
Cuando a principios de este año finalmente llegó la histórica autorización por parte del Ministerio de Salud, Villa Ciudad Parque ya tenía todo preparado para convertirse en la primera y única comuna de Córdoba no solo con el permiso sino también con las capacidades técnicas, logísticas y humanas para producir cannabis medicinal. Después, solo restó mover las fichas.
Cómo funciona el cultivo de cannabis en Villa Ciudad Parque
Actualmente, el cultivo lo realiza Diego Meneses, el Director de Ambiente de la comuna, junto a tres trabajadores del Polo Agroecológico que fueron capacitados para ejercer las tareas de cuidado y seguimiento de las plantas.
Las semillas elegidas fueron de genética Eva, homologadas por el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y desarrolladas por Martiniano Stanisio, de León Verde, quien se interesó en el proyecto y realizó una donación.
“La elegimos por una cuestión ideológica y porque nos parecía que teníamos una trazabilidad de la semilla ya hecha y que podíamos generar un producto de calidad sabiendo dónde estábamos parados”, explica el jefe comunal.
El vivero, de 4.500 metros cuadrados, alberga bajo condiciones de cultivo mixtas 278 plantines de 60 centímetros, actualmente, colocados en macetas de plástico que atraviesan el segundo mes del ciclo natural. El proceso de fertilización lo realizan con purín de ortiga y bioinsumos elaborados a base de plantas preparados específicamente en el mismo polo agroecológico, ya que la Comuna cuenta con una resolución comunal que prohíbe el uso de cualquier tipo de agroquímicos.
El vivero, de 4.500 metros cuadrados, alberga bajo condiciones de cultivo mixtas 278 plantines. Las semillas elegidas fueron de genética Eva, homologadas por el Instituto Nacional de Semillas (INASE)
“Nuestro objetivo es cubrir las necesidades básicas de nuestra comunidad. Una vez que se cumpla, queremos alcanzar un proyecto de diversificación productiva para toda la región. Calamuchita tiene todo para ser la California de Argentina, por sus condiciones climáticas, geográficas, sociales y económicas”, advierte Pablo, asumiendo que el proyecto puede ser mucho más audaz.
En Estados Unidos, dicho estado fue vanguardia en impulsar marcos regulatorios para el desarrollo de la industria, y en la actualidad se estima provee alrededor del 60 por ciento del cannabis en todo el país.
“Es una reivindicación ante muchas personas que a lo largo de la vida nos han estigmatizado, muchas veces por el tema del cannabis, por las rastas, nos decían ‘hippies’, pero tomamos una decisión muy fuerte, decidida y del otro lado se vio como parte de algo genuino. Eso genera confianza en la gente, cuando uno hace las cosas y le puede seguir dando respuestas”, dice Riveros.
Hacia adelante, todavía queda mucho por hacer. Hoy existe un panorama alentador: el debate por el uso adulto se avizora a mediano y largo plazo con distintas iniciativas parlamentarias y un uso de la planta cada vez más aceptado en la sociedad. Para Pablo “va a decantar muy prontamente”.
“En los últimos cuatro años se avanzó más que en los últimos 50, pero todavía no existe un escenario para hablar sobre el uso adulto, más allá de que en la sociedad esté totalmente legitimado. El cannabis tiene legitimidad científica y social, y ahora nosotros le estamos dando la legitimidad política que faltaba”, cierra el jefe comunal de Villa Ciudad Parque, el lugar donde el cannabis es para todos y todas.