Nuestros jardines de exterior comienzan a florecer. Es un tiempo donde el control del ambiente de cultivo y la limpieza son claves para evitarnos dolores de cabeza relacionados con plagas y pérdida de producción.
Recomendaciones de limpieza
Mantener el entorno limpio, libre de plantas muertas y grandes cantidades de materia orgánica en descomposición (como cáscaras de frutas o verduras) es clave a la hora de prevenir hongos y plagas. Además ese tipo de residuos sirve como alojamiento tanto para insectos como para esporas de hongos patógenos.
Debemos retirar también telas de araña, nidos de insectos y evitar especialmente el agua estancada.
Si nuestro cultivo comparte espacio con otras plantas, retirar follaje afectado por plagas y realizar una limpieza periódica contribuye a evitar contagios.
La poda de bajos también es una muy buena herramienta de prevención de plagas. Se trata de eliminar los brotes y hojas bajas que no reciben buena luz. Eso también ayuda a mejorar la producción, concentrando los recursos de la planta en las partes donde más sol reciben.
Tutorado
Para aumentar la producción otra buena práctica es colocar tutores y atarlos con hilo encerado en cera de abejas. Además, los tutores son grandes aliados para que nuestras plantas no se lastimen o rompan durante una tormenta.
Materiales para tutorar:
-
Tijeras o elemento de corte muy afilado, previamente desinfectado con alcohol.
-
Cañas o palos rígidos de madera. Pasarles cera de abeja ayuda a prevenir la formación de hongos.
-
Para atar, recomendamos sogas de polyester o de algodón encerado (cera de abejas).