La técnica de microdosing consiste en utilizar dosis mínimas de cannabis sin dejar de aprovechar sus posibilidades.
Dolor, ansiedad, estrés y otras situaciones a las que podemos enfrentarnos pueden ser mejoradas con apenas un poco de cannabis. De hecho, cada vez más investigaciones, aseguran que menos puede ser más.
Una microdosis puede hacerse de diferentes modos: fumando, vaporizando e ingiriendo.
En países donde se reguló el cannabis, existen opciones en forma de bebidas o porciones individuales de comestibles con escasas cantidades de cannabinoides. Por suerte, también podemos hacerlo sin necesidad de alternativas comerciales.
Cómo hacer una microdosis de cannabis
La mejor forma de realizar microdosing con cannabis, cuando no se cuenta con productos comerciales con dosis exacta, es preparar aceite o comestibles con un alto grado de disolución.
De esta manera podemos reducir cómodamente las dosis y regularlas de acuerdo a los efectos buscados.
El aceite de cannabis es la preparación más fácil de microdosificar: solo debemos alcanzar una disolución 1:100 o mayor.
En el caso de los comestibles, se puede no solo reducir la cantidad de cannabis y aumentar la de materia grasa sino también reducir las porciones de producto final.
El uso de cannabis inhalado es un poco más difícil pero no imposible: además de usar parafernalia que cargue poco contenido, hay que practicar inhalaciones cortas y poco profundas.
El estudio de las microdosis
El uso de mínimas cantidades de compuestos activos se está estudiando respecto a diferentes plantas y hongos.
El objetivo es terapéutico: lograr resultados beneficiosos sin necesidad de atravesar los efectos psicoactivos más potentes. Esto permitiría un uso diario que no requiera dejar de lado nuestras actividades.
En el caso del compuesto activo de los “hongos mágicos”, la psilocibina, su uso en dosis muy bajas no solo ayuda en casos de cefalea en racimos sino también varios estudios prometen un uso como antidepresivo.
Respecto al cannabis, en un estudio realizado en Israel [los investigadores descubrieron que pequeñísimas cantidades de THC son suficientes para reducir la percepción del dolor.]
Utilizando cannabis inhalado, los investigadores concluyeron que una dosis de 500 microgramos de THC alivia el dolor sin provocar otros efectos.