Si aprendemos a mirar las las hojas, vamos a saber qué es lo que nuestras plantas necesitan. Si hay hojas amarillas o con manchas, es importante saber qué significan y cómo resolver el el problema.
Y siempre es clave recordar: el cultivo no es matemática simple. Algunos signos que podemos indentificar con carencias pueden ser originados por otros motivos. Incluso, podemos estar ante situaciones de carencias múltiples.
Del mismo modo, las soluciones ante un problema de carencia también son variadas. Acá te dejamos algunas alternativas simples.
Hojas amarillas
Que una hoja esté amarilla no es necesariamente un problema. Con el paso del tiempo, las hojas viejas adquieren ese color y dan paso a nuevas hojas. En esa caso, siempre se recomienda retirarlas para mejorar el paso de la luz y el aire.
Pero si se trata de un problema generalizado, nos encontramos ante una carencia. Lo que nos falta en nitrógeno (N). Es importante que esto no ocurra, en especial durante la etapa de crecimiento. En floración también es importante, aunque en una menor medida.
Si las hojas se ponen amarillas es posible que falte nitrógeno (N). Es importante que esto no ocurra, en especial durante la etapa de crecimiento. En floración también es importante, aunque en una menor medida
El nitrógeno (N) es fundamental en la producción de clorofila, entre otros compuestos. El tejido vegetal se compone en una gran parte por N, su disponibilidad influye en el desarrollo, en el largo de las ramificaciones, la apariencia de las hojas y la velocidad de crecimiento.
La carencia se presenta en el follaje cuando no hay más N disponible o cuando la planta no puede asimilarlo por el pH del suelo. El primer síntoma es un crecimiento lento, luego se hace evidente en las hojas más viejas (las inferiores).
Al faltar la clorofila, toman un color verde claro y se vuelven amarillas entre las nervaduras de las hojas. Si la carencia continúa, las hojas amarillean hasta palidecer. Después de eso mueren y caen de la planta.
Cómo resolverlo
En vegetativo, realizar un trasplante a una maceta con nuevo sustrato que doble el tamaño de la anterior o espolvorear en la superficie de la maceta una cucharadita de harina de sangre cada 5 litros de sus-
trato.
En floración, regar con té de compost. Colocar 4 litros de compost en 15 litros de agua reposada por 24 horas para que se evapore el cloro. Reducir una parte del té en cinco de agua de riego. Emplear semanalmente.
Tonos morados
El tono morado en las hojas puede manifestarse en algunas variedades en particular, sobre todo cuando se exponen a temperaturas bajas.
Por lo tanto, en verano es un señal a la que tenemos que prestar atención. Es posible que tengamos una carencia de fósforo (P).
En verano las hojas de tonos morados son una señal a la que tenemos que prestar atención. Es posible que tengamos una carencia de fósforo (P), clave en todos los estadíos de la planta
El fósforo (P) es uno de los componentes principales de las células vegetales y ADN. Está relacionado al vigor, a la producción semillas y de resina. Participa en el proceso de la fotosíntesis, en el de respiración y en el de transferencia de energía.
La mayor demanda de P se da durante la germinación y en la etapa de plántula, en el proceso de enraizamiento de los esquejes y durante el periodo de floración.
El faltante de P se manifiesta también en las hojas más viejas. Aparecen manchas necróticas de color oscuro o violáceo. Las nervaduras de las hojas pueden volverse de una tonalidad rojiza, al igual que las ramas y los peciolos.
Los bordes de las hojas parecen secarse, volviéndose amarronados. Las hojas se retuercen, secan y caen de la planta.
En la etapa de floración los cogollos aparecen flacos y pequeños. Por eso, la producción se verá seriamente afectada si la carencia no es corregida.
Cómo resolverlo
Una muy buena alternativa es el uso de guano de murciélago.
Puntas marrones o “quemadas”
Si la punta de las hojas paracen quemadas o amarronadas, podemos estar ante una falta de potasio (K), un nutriente fundamental en la formación de los cogollos en la floración.
También fomenta un incremento en la Resistencia Sistémica para contrarrestar el ataque de patógenos. Además, participa en la producción de clorofila y en la movilidad de azúcares, y en el crecimiento mediante división celular.
Y no sólo eso: regula la apertura estomática, la temperatura interna y los procesos respiratorios de la planta, así como también aumenta la tolerancia a la sequía. Y también promueve un sistema radicular saludable y profuso.
Las hojas con puntas marrones o “quemadas” nos avisan que tenemos una falta de potasio (K), un nutriente fundamental en la formación de los cogollos en la floración
Cuando se agota el K del medio de cultivo aparecen las primeras señales de carencia. Las puntas de las hojas se vuelven marrones, con aspecto de estar quemadas.
A medida que la carencia avanza, las manchas marrones aparecen también en el interior de la hoja, acompañadas de manchas cloróticas (amarillamiento) en las nervaduras.
Las hojas se curvan hacia arriba, para luego retorcerse, secarse y caer de la planta.
Algo a tener en cuenta es que este signo en las hojas también puede presentarse por algún desajuste en los niveles de pH. En caso de tener dudas, siempre es mejor chequear el pH en sustrato y agua de riego antes de tomar una decisión.
Cómo resolverlo
Al igual que la carencia de fósforo (P), la carencia de potasio (K) puede resolverse aplicando guanos.