El moho en el cultivo de cannabis es un fenómeno común que surge bajo determinadas condiciones ambientales. ¿Que podemos hacer para evitar fumar marihuana con oídio? Te explicamos qué es y como prevenirlo.
¿Qué tipo de hongos pueden aparecer en el cultivo de marihuana?
Las plantas de cannabis pueden ser atacadas por diferentes tipos de hongos e incluso resultar letales. Estos organismos del reino fungi que se pueden desarrollar comúnmente tanto en cultivos de exterior como en indoor son el botrytis, fusarium, pythium, el oídio y el mildiu. Todos ellos pueden ocasionar un problema incluso más grande que arruinar nuestra cosecha de marihuana si logran liberar sus esporas en la tierra o en los restos de las plantas porque permanecerán latentes hasta poder desarrollarse nuevamente.
El oídio es uno de los hongos blancos más comunes que afecta a las hojas de marihuana, o incluso los tallos y flores. La manifestación del oídio es en forma de terciopelo o polvo blanco que comienza a recubrir la parte superior de las hojas. Su peligrosidad para la producción reside en que al extenderse por todas las hojas impide que la planta haga la fotosíntesis y así las debilita hasta secarlas.
Al mismo tiempo, según diversos estudios realizados en cannabis pero también en otras plantas y tambien en la generación de estos mohos en espacios cerrados, el oídio es perjudicial para el consumo humano. El oídio suele confundirse con el mildiu, un patógeno que también se desarrolla en forma de polvo blanco pero en el envés de las hojas.
A diferencia de los hongos comunes que conocemos, con un tallo y una cabeza de la cual se desprenden las esporas, los hongos y mohos del cannabis son similares a los que se generan en la comida en mal estado. Son organismos de tamaños diminutos cuya propagación es extremadamente rápida.
¿Qué pasa si fumo marihuana con oídio?
Las plantas de marihuana pueden infectarse con hongos durante el cultivo; pero además el oídio así como otros tipos de patógenos también pueden desarrollarse durante los procesos de secado y curado. En el momento en que encontramos que nuestra cosecha de marihuana tiene oídio se nos presenta la pregunta, ¿puedo consumir cogollos con moho?
La respuesta es que utilizar cogollos afectados por mohos u hongos no es recomendable bajo ninguna circunstancia. El oídio al ser un organismo del reino fungi puede liberar micotoxinas que provocan alergias y en personas susceptibles o inmunodeprimidas pueden desencadenar otras afecciones respiratorias más graves como neumonías. Por eso es importante informarse para un uso responsable.
¿Por qué aparece el oídio en la marihuana?
Tanto los ataques de plagas como las enfermedades o las infecciones fungicas son un suceso natural que sucede en cualquier ecosistema saludable. Así como existen insectos que se alimentan de la planta de cannabis, existen otras especies que los depredan, regulando su población.
Lo mismo sucede con los hongos como el oídio o Botrytis, que si bien no tienen depredadores como las plagas, se regulan cuando en una población de plantas existen ejemplares de diversa fortaleza y estado de salud y es raro que puedan enfermar o extinguir una población entera.
El punto bisagra es que nuestros cultivos son un ecosistema en miniatura, con una cantidad limitada de individuos y en muchos casos homogeneidad en la genética. Esto puede predisponer nuestro cultivo a infecciones y plagas que en un ecosistema completo se autoregulan.
¿Cuándo aparece el oídio en la marihuana?
Si bien los hongos pueden causar un desastre y hacernos perder las cosechas, podemos prestar atención cuando se suceden las condiciones ambientales que provocan el desarrollo de marihuana con oídio.
Una planta de marihuana puede ser susceptible al ataque del oídio en época de primavera y en verano, cuando la humedad oscila entre 75%-100% y la temperatura ronda de 17 a 27 °C.
Además, recordemos que este hongo comienza a manifestarse como un polvo blanco sobre el lado superior de las hojas, lo que suele ocurrir en el follaje que se encuentra a la sombra y con escasa ventilación. Si no se controla a tiempo, el oídio se puede expandir a las ramas y cogollos. A su vez, la susceptibilidad del cultivo de marihuana al oídio está relacionada a que las plantas estén bajo estrés y que no tomemos acciones preventivas para tratar de evitar la propagación del hongo.
La aparición del oídio también está vinculada al uso excesivo de fertilizantes como el nitrógeno, por eso el lema menos es más también aplica para la prevención de hongos en el cultivo de marihuana.
¿Cómo combatir el oídio en el cannabis?
Es importante saber que si el hongo oídio es detectado a tiempo podemos combatirlo y evitar que el daño sea mayor para salvar la cosecha. Así como es recomendable cultivar plantas aromáticas cerca de nuestro cultivo de marihuana, también es muy beneficioso tener a mano cola de caballo.
Esta planta conocida como equisetum, tiene propiedades medicinales para tratar cálculos renales y por otro lado actua como fungicida si lo rociamos sobre las plantas.
Para lograr el preparado de cola de caballo debemos mezclar dos litros de agua con cola de caballo: si es fresca, podemo utilizar 1/2 kilo. En caso de usar cola de caballo seca, se recomienda el uso de 1/4 kilo.
El primer paso es picar la cola de caballo y mezclarla con el agua. La preparación se hierve a fuego bajo durante 30 minutos, para luego dejar enfriar. Luego de este paso, maceramos por dos días, revolviendo varias veces y se filtra para eliminar los restos de materia vegetal.
Esta solución se utiliza mezclando 100cc del preparado con un litro de agua y se puede aplicar por vía foliar o en el riego, repitiendo la aplicación cada dos semanas. Puede usarse como preventivo y también con el hongo ya instalado.
En caso de que detectemos oidio en el proceso de curado y secado de los cogollos debemos descartar su uso. Para comprobar si existen rastros de hongos debemos observar si los cogollos presentan zonas grises o marrones, y si su consistencia es fràgil y se desprende o deshace al tacto. A su vez para detectar la presencia de hongos debemos prestar atención a la presencia de aroma a amoníaco o humedad.