El cannabis posee aromas extraordinariamente complejos, creado por una extensa cantidad de sustancias químicas entre las que se encuentran terpenos, terpenoides y flavonoides.
Estas sustancias son producidas naturalmente en distintas cantidades dependiendo la genética de la planta y el tipo y espacio de cultivo.
Plantas con producciones altas de terpenos como el limoneno, de fuerte aroma cítrico, recordarán a frutas cítricas. Lo mismo sucede con otros terpenos como el mirceno, de perfume terroso, o el pineno con sus notas a coníferas.
Esto nos permite agrupar las genéticas en varios grupos o familias, como sucede con los vinos o los tabacos.
Las familias del sabor
En el extenso universo de sabores de la marihuana se reconocen cinco grandes familias: sabores dulces, agrios, picantes, amargos y almizclados.
A su vez, cada una de estas familias contiene múltiples variaciones: dentro de los sabores dulces encontramos los sabores frutales, florales y también aquellos que recuerdan a golosinas.
En algunos de estos subgrupos, como por ejemplo el frutal o el floral, puede incluir más variedades, como frutas tropicales y cítricas o flores como el jazmín o el cerezo.
Dentro de los sabores picantes se agrupan algunas clases de maderas y condimentos, en un abanico que va desde el cedro hasta la pimienta o el incienso.
Cata de aromas
Para poder apreciar el aroma de un cogollo en su totalidad, se puede evaluar en tres etapas:
1. Primer olfato
Primero se huele la flor entera, colocándola muy cerca de las fosas nasales y hasta apoyándola en ellas.
Según como se huela (en forma profunda y sostenida, o en forma corta y repetida) se perciben los diferentes tipos de olores. Si cerramos los ojos, se amplifica la percepción de los distintos aromas.
2. Segundo olfato
En un segundo olfato podemos acercar el cogollo a la nariz tomándolo con los dedos de cada una de sus puntas y se lo rota hacia lados contrarios para que se rompa. De esta manera, se libera una mayor cantidad y variedad de olores.
3. Tercer olfato
El tercer olfato se realiza cuando el cogollo está listo para ser usado, limpio de ramas, hojitas y posibles semillas. Luego se desmenuza con un picador limpio en lo posible, para liberar más aromas todavía.
Una vez que formamos el hábito de apreciar los distintos aromas, notas y matices que poseen nuestros cogollos, solo queda entrenar el olfato.
Cata de sabores: paso a paso
Respecto a los sabores, estos se aprecian de tres maneras.
1. Inahalar sin quemar
La primera impresión llega por el sabor sin quemar, es decir al inhalar en una pipa, vaporizador o porro sin encender.
2. La primera pitada
La segunda apreciación se logra en la primera pitada, con la mayoría de la flor todavía sin usar y la mayoría de sus principios aromáticos todavía sin evaporarse.
3. El retrogusto
Un tercer indicador suele ser el retrogusto, el sabor que queda en nuestra boca al exhalar el humo o el vapor.
En algunas variedades este retrogusto puede ser muy sutil y casi imperceptible, en otras se convierte en un atractivo especial que completa el bouquet de la variedad.
El cannabis y las cosas
No sólo se trata de apreciar y catar diferentes flores de marihuana, sino también de reconocer los aromas y sabores del cannabis en otros elementos, como las maderas de coníferas, flores y frutas.
Prestar atención a esas semejanzas es importante para entrenar nuestros sentidos. Por ejemplo, es más fácil reconocer y distinguir aromas cuando tenemos una buena representación de ellos en nuestra memoria y sólo se logra experimentando nuestro sentido más olvidado: el olfato.