El cultivo de cannabis es un fenómeno social. Cada vez más gente elige el camino del autoabastecimiento por diferentes razones. Lo que no quedan dudas es que si llevamos adelante un cultivo con dedicación vamos a tener un cannabis seguro y de calidad.
La gran cantidad de cultivadores, cultivadoras y criadores son una fuente permanente de conocimiento. La información de cultivo se comparte y, en ese intercambio, queda claro que no hay manuales.
Por eso, desde sus inicios en 2006, la Revista THC entrevista cultivadores para conocer su experiencia.
La sección Mi Jardín Interior tendrá a partir de ahora su versión digital, para que llegue cada vez a más personas y sume información al bello arte del autocultivo.
Cristopher y sus plantas
“Cultivar orgánico tiene que ver más con el contexto actual que con las plantas en sí”, nos cuenta Cristopher, de Dead Punch Colective (@deadpunch.c), un grupo formado por jóvenes cultivadores de la ciudad de La Plata.
“Es importante preocuparse un poco más por lo que generamos y por los residuos de lo que hacemos, ser más conscientes con la Tierra, por esta misma razón ahora estamos haciendo el paso de los fertilizantes orgánicos al living soil”, afirma Cristopher.
En su trabajo buscan plantas resinosas y hermosas, con especial atención en cuidar nuestro planeta y el medio ambiente. Hablamos con él sobre esta gran pasión, que es el cultivo de cannabis.
¿Cómo es el ciclo de cultivo que hacen?
Hacemos un ciclo continuo, hacemos raleo de bajos en la primera semana de floración y ahí sacamos los esquejes. Siempre sacamos de más y tratamos de seleccionar dentro de cada generación los mejores ejemplares. Creo que eso nos ayudó bastante en el proceso de ir mejorando cada vez el mismo ejemplar: siempre fuimos sacando los mejores de los mejores para nuestro criterio. Además, seleccionar a partir de tu tipo de consumo es fundamental. Este año recién vamos a empezar a seleccionar ejemplares para hacer rosin. Creo que sabor, olor y resina son los factores clave para seleccionar una planta para hacer extracciones.
¿Se van perdiendo matices de las genéticas con el paso del tiempo?
Hay una controversia en el mundo cannábico por así decirlo. He escuchado que a la 23º generación se empieza a deteriorar; otros dicen que no, que nunca, que al contrario, se puede ir mejorando por lo que te decía: de seccionar los mejores ejemplares. Nosotros hasta ahora lo máximo que hemos sacado son cinco generaciones y sentimos que cada vez van mejorando más, pero creo que también es porque uno cada vez uno va sabiendo más cómo controlar esa planta, ya le va sacando su mañas, qué le hace bien, qué le hace mal. Entonces nuestra experiencia dice que se pueden ir mejorando, pero tampoco tenemos una trayectoria de 20 generaciones. Para decirte con certeza nos falta un poco de tiempo, por ahora nosotros creemos que mejora.
Para nosotros fue fascinante ver cómo funciona una cama de cultivo, la interacción que tiene. Fue pasar de 2 ml de cada producto a echar agua y preocuparse de lo que pasa ahí abajo. Con el living soil, la flasheamos.
¿Cómo hacen para que resinen tanto más allá de las genéticas?
Creo que es un popurrí de cosas, va de la mano todo. El mejor tip que puedo dar es preocuparse del ambiente. Por ambiente me refiero a todo: el tipo de luz, el tipo de aire, el tipo de tierra, el agua que se le echa, todo eso va a repercutir en el ambiente. Si uno tiene buena circulación de aire, por ejemplo, va a bajar la temperatura. Ocuparse de todos esos factores es la clave para que la genética se exprese de una buena forma y tengamos un buen fenotipo.
Ficha técnica
Experiencia de cultivo: 4 años
Variedades: Purple Punch x Dosidos, Animal Cookies x Dosidos, Y Griega, Mimo Killer.
Espacio de cultivo: Dos carpas de 0,8 x 0,8 metros con LEDs de 160 watts cada uno, una carpa de 0,6 x 0,6 metros con un LED de 50 watts y una carpa de 1 x 1 metros con una lámpara de sodio de 400 watts.
Control de plagas: Aplican trichodermas para los hongos y realizan control ambiental para los insectos.
Fertilización: Orgánica.