El invierno es una estación en que todas las formas de vida se aquietan. Eso no quiere decir que no podamos cultivar cannabis. Para eso es importante saber cómo proteger el suelo y mantener una buena temperatura durante un cultivo invernal.
Tan solo se trata de ajustar el manejo y aprovechar las oportunidades que el clima ofrece. Además de llevar a cabo cultivo invernal, podemos preparar y cuidar el suelo para la temporada que viene.
Cuidar el suelo es fundamental durante todo el año, aunque en los meses fríos nuestra prioridad es evitar el impacto directo de las heladas y transformar el exceso de agua en biomasa.
En el verano, el excedente del agua luego de una lluvia se evapotranspira, es decir se entrega al ambiente gracias a la acción del calor y de la intensa radiación o se infiltra en el terreno. En cambio en el invierno como hay mucha menos actividad vegetal y menos actividad microbiana, la retención de agua es mayor. Esto hace que indefectiblemente las tormentas y lluvias fuertes terminen anegándose en nuestro lugar de cultivo.
Cuidar el suelo es fundamental durante todo el año, aunque en los meses fríos nuestra prioridad es evitar el impacto directo de las heladas y transformar el exceso de agua en biomasa
Tener en cuenta estos aspectos es una forma de conservar todo el trabajo que realizaron nuestras plantas bajo tierra. Además nos va a permitir mejorar y preparar el ambiente radicular para que las plantas lleguen a la próxima temporada.
Cómo proteger el suelo durante el cultivo invernal
La mejor forma de hacerlo y la más eficiente es la utilización de cultivos de cobertura. Se trata de plantas compañeras que se les da bien el crecimiento en el invierno, ayudan a la retención de agua, mantienen vivas y funcionando las casi infinitas relaciones biodinámicas entre todos los organismos que conforman el suelo.
Como las vamos a dejar sobre el terreno al terminar de cumplir su ciclo, previenen de la erosión y liberan nutrientes como fruto de los procesos de degradación.
Para mejorar las condiciones del suelo en invierno podemos usar cultivos de cobertura, como la avena y el centeno, o bien se puede utilizar mulching.
Hay muchas opciones que podemos usar. Específicas para el invierno encontramos avena, cebada y centeno con buen crecimiento en gran parte del país. Pero no solo pensamos en ellas a la hora de la totalidad de especies compañeras, también incorporaremos aromáticas durante todo el año.
En el invierno como hay mucha menos actividad vegetal y menos actividad microbiana, la retención de agua es mayor. Esto hace que indefectiblemente las tormentas y lluvias fuertes terminen anegándose en nuestro lugar de cultivo.
Es sencillo: tenemos que sembraras en la superficie del sustrato y la naturaleza más nuestra atención harán el resto. Es importante apoyar estos cultivos con aportes de preparados que sumen biodiversidad al menos una vez al mes, como compost tea brew de distintos orígenes.
Si los cultivos de cobertura no son una opción, también podemos recurrir al mulching. Se trata de paja de trigo seca o cascarilla de arroz por nombrar las más comerciales, protegen el de la erosión al mismo tiempo que son una buena fuente de carbono. A diferencia de los anteriores, se usan indistintamente todo el año y hay que irlos reponiendo conforme se degradan.
Temperaturas mínimas
El cannabis se puede desarrollar bien en una temperatura de unos 15 °C. Si la temperatura desciende a 10 °C y se mantiene así por muchos días, el desarrollo va a empezar a verse comprometido.
El cannabis se puede desarrollar bien en temperaturas de unos 15 °C. Si la temperatura es de unos 10 °C durante varios días su crecimiento puede detenerse. Cerca de los 0 °C, las plantas pueden soportar un corto período de tiempo.
Sin embargo, el cannabis puede resistir temperaturas cercanas a los 0 °C, siempre que sea por un período muy corto de tiempo.