La humedad en el cultivo es un factor que queremos evitar a toda costa, y es que a mayor humedad, mayor probabilidad hay de que aparezcan hongos en nuestras plantas. Lamentablemente, esta condición puede hacerse presente en cualquier estación del año.
Altas temperaturas, bajas temperaturas, lluvias: en cualquiera de estos momentos la humedad puede aparecer y fastidiarnos. Pero no nos vencerá si tenemos herramientas que puedan ayudarnos de antemano a prevenir las consecuencias que este factor puede traer en nuestras plantas.
Humedad en el cultivo: ¿cuándo es un problema?
La humedad es un asunto que tenemos que cuidar tanto en el cultivo de interior como de exterior. Si bien se procede de maneras distintas en cada caso, siempre podemos prevenir y tomar riendas cuando este factor climático ataca.
Lo principal que hay que controlar tanto en indoor como en exterior es la temperatura, la humedad y el flujo de aire. Es primordial mantener estable el déficit de presión de vapor (DPV). Este concepto tiene que ver con la diferencia entre la cantidad de vapor de agua que debería haber y la que en realidad hay en el lugar en el que cultivamos.
Lo ideal es que las plantas puedan “transpirar” lo suficiente, ya que esto hará que consuman más nutrientes y favorecerá a la fotosíntesis. Pero todo tiene que tener un equilibrio.
Si la planta transpira demasiado, sus estomas se cerrarán en un mecanismo de defensa y, por lo tanto, dejarán de transpirar. Esto es perjudicial para la planta, y por eso hay que mantener el DPV en los rangos adecuados.
Por lo tanto, siempre es recomendable usar termohigrómetros para mantener controladas las máximas y mínimas en nuestra zona de cultivo. Esto es ideal para saber de que manera actuar ante las distintas condiciones climáticas que pueden darse.
Humedad en el cultivo indoor
Cuando cultivamos en interior es difícil que el frío suponga un problema en nuestros cultivos, y es que las plantas siempre están recibiendo el calor de las fuentes lumínicas artificiales. Pero con las altas temperaturas, se produce un desbalance que es necesario controlar.
Hay varias cuestiones que se pueden tener en cuenta cuando se dan estas condiciones, y así contrarrestaremos los efectos de la humedad en el cultivo. En verano, las elevadas temperaturas más el calor de las lámparas no son una buena combinación para nuestro cannabis, es por esto que es recomendable encender las luces una vez que ya sea de noche.
Otra cosa que también nos servirá de mucho es ubicar las plantas en lugares donde el calor que absorben las paredes no repercuta en nuestro cultivo. Pero, aunque tener estas dos cuestiones en cuenta nos será de ayuda, es importante atender a otras dos alternativas.
Aire acondicionado en cultivo indoor
Lo primero que se nos viene a la cabeza para contrarrestar las altas temperaturas es el uso del aire acondicionado. Y sí, están en lo correcto. Un aire acondicionado nos será de muchísima ayuda cuando las temperaturas superan los 26°, pero hay que saber bien cuál elegir.
Es necesario que este electrodoméstico ocupe un 25% más del espacio que debería, debido a las lámparas y demás artefactos que se utilizan en indoor. Pero sabemos que el aire acondicionado puede secar por demás nuestro espacio de cultivo, algo que acabaría siendo contraproducente.
Es por esto que se vuelve necesario fusionar el uso de este aparato con el de un humificador, que ayudará a aumentar la cantidad de agua en aire.
¿Qué tipo de luz es más conveniente utilizar?
Si ya de por sí los veranos son bastante intensos, con el calor de las luces las temperaturas se incrementan aún más en los espacios donde tenemos las plantas. Los LEDs son la mejor opción para cultivar en indoor en climas muy calurosos. Este tipo de iluminación emite mucha menos temperatura que las lámparas clásicas.
Lo único que hay que tener en cuenta con los LEDs es la emisión de calor en forma de radiación, pero este factor es algo que se puede consultar con el vendedor.
Humedad en el cultivo de exterior
Los factores climáticos que afectan al cultivo en exterior son mucho más difíciles de dominar. Sin embargo, hay una serie de alternativas que podemos tomar para prevenir las consecuencias de bajas o altas temperaturas, vientos o lluvias.
Cultivo en exterior y bajas temperaturas
En invierno, no solo la humedad en el cultivo es el problema: tormentas, fuertes correntada y heladas pueden afectar al cannabis. Si vemos en el pronóstico que se aproximan duros días climáticos que producirán el decaimiento de nuestras plantas, lo mejor que podemos hacer es utilizar cobertores, que protegerán a la marihuana de las condiciones hostiles. Tutorar el cannabis también es algo crucial para evitar quiebres y, por lo tanto, posibles hongos.
Cultivo en exterior y altas temperaturas
En caso de que las temperaturas sean ya mas altas, podemos recurrir a otro tipo de opciones. Una de las cosas más útiles que podemos hacer es utilizar macetas de tela, que permitirán una correcta refrigeración del sustrato, combatiendo la humedad. Además, el paso del aire favorece a la autopoda aérea. En caso de que no contemos con este tipo de contenedores, podemos utilizar macetas blancas, que no absorben tanta luz y calor como las macetas más oscuras.
Algo que también es muy importante es el drenaje. Esto es crucial porque, de no hacerlo correctamente, pueden aparecer plagas que echen a perder nuestro cultivo. Es buena idea utilizar una maceta con agujeros en su base, y que además contenga pometina, carbón o laca justo antes del sustrato.
Humedad y hongos
Uno de los más famosos riesgos de la humedad en nuestros cultivos son los hongos. Esos microorganismos tan indeseados que es necesario atender a tiempo antes que de sea demasiado tarde.
Luego de lluvias y días de mucha humedad, se hace esencial revisar nuestras plantas para estar preparados ante la posible aparición de hongos. Sin embargo, lo ideal en el cultivo en exterior es que protejamos a nuestras plantas de las lluvias. Esto podemos hacerlo con los ya mencionados cobertores, o simplemente moviendo el cannabis hacia un lugar techado.
Una de las infecciones más comunes es la Botrytis, que presenta un aspecto blanco en nuestras plantas, o el Fusarium, que las marchita. Lo que tenemos que hacer ante estos hongos es separar la parte afectada del cultivo instantáneamente, pues se esparcen y se contagian muy rápido. También, es óptimo aplicar fungicidas naturales.