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Esquejes legales en Argentina: ¿es posible que se desarrolle la producción a gran escala?

Un esqueje es un clon de una planta madre. Si es cuidado de forma adecuada, va a brindarnos exactamente las mismas características de la variedad de la que sacamos ese clon: desde ser hembra en adelante.

Es algo sencillo, pero que a su vez resuelve muchas cuestiones. Por un lado, los clones permiten multiplicar una planta cientos de veces. A su vez, es la posibilidad de mantener una genética que nos gusta sin necesidad de recurrir a nuevas semillas, algo que a veces es imposible.

Pero además, los clones nos aseguran 100% una descendencia genética. Hablamos de efectos, de sabores, de aromas, de producción. Por supuesto, todo dependerá de generar las condiciones de cultivo necesarias para que esto ocurra con una ventaja de base: arrancar sin tener que atravesar la fase crítica del inicio de la vida de la planta.

Por ese motivo, hacer esquejes es una de las prácticas más esenciales para toda persona que cultiva. Sin embargo, si bien es una práctica casera tiene un límite muy concreto: se depende de las propias genéticas o de aquellas que pueden recibirse de manos de alguien cercano.

Eso generó un espacio de desarrollo para un nuevo tipo de emprendimientos: las fábricas de clones. Se trata usualmente de grandes espacios dirigidos por personas especializadas que reproducen genéticas con diferentes fines.

Pueden hacerlo para un banco de semillas, para cultivadores hogareños que buscan variedades en este formato o bien para emprendimientos que requieren una cantidad permanente y estable de plantas.

Empresas productoras de clones

En Estados Unidos, por ejemplo, este tipo de empresas son una realidad desde hace años. Se trata de proyectos que vieron una necesidad: muchos cultivadores de cannabis tenían problemas para acceder a clones de calidad que no procedieran del mercado ilegal.

La reproducción de clones para venta a mediana y gran escala no es algo tan sencillo. Se requiere espacio para hacerlo, conocimiento para un adecuado mantenimiento genético, investigación constante y brindar todas las condiciones sanitarias para evitar la presencia de patógenos que pueden destruir camadas enteras.

En Argentina, el escenario legal comienza abrirse poco a poco. La ley penal sigue pesando sobre personas usuarias y cultivadoras, pero la ley medicinal en sinergia con la ley que impulsa la industria de la planta genera un universo de posibilidades hasta ahora impensado.

“Producir clones a gran escala es un desafío: necesitás una inversión importante en un mercado que todavía es chico”, asegura Damián Barone

Damián Barone es una de las personas que más conoce cómo funciona el mercado del cannabis en el país. Comenzó a trabajar hace casi dos décadas enfrentando un escenario lleno de peligros. 

Primero estuvo al frente de un growshop, luego de una franquicia y hoy comanda una distribuidora emblema del sector: Santa Planta.

“Nosotros vendemos semillas legales de bancos que se acercaron a la distribuidora y de a poco empezamos a trabajar con clones”, cuenta Barone.

¿Es posible producir clones a gran escala en Argentina?

“Todavía no hay un mercado definido, porque todavía es muy reciente todo, todo lo referido al cannabis”, aclara Barone. “Pero quienes trabajamos en el rubro estamos acostumbrados a dar pasos y avanzar”, asegura.

Para Barone no hay dudas de que, a medida que se ganen derechos, quienes trabajan relacionados a la planta van a seguir encontrando espacios de crecimiento.

“Se va a producir de todo y cada vez en mayor cantidad, hasta que en un momento se va a aplicar el mismo filtro que en todo el mundo: la calidad“, considera.

En lo que respecta al desarrollo de una empresa local para la producción de clones Barone identifica una dificultad de base: “nadie que tenga el permiso del INASE para comercializar una variedad asumiría hoy el riesgo de montar una productora grande de clones por algo sencillo: es una gran inversión y el mercado sigue siendo pequeño”.

aeroclonador cannabis
Los esquejes garantizan la replica exacta de planta madre de la que fueron tomados.

De todas maneras, la posibilidad de que se generen alianzas para poder avanzar en producción de clones a mediana y gran escala no es algo que esté fuera del radar de emprendedores como Barone.

“Sabemos que va a ser muy fuerte el tema de los clones porque tienen un montón de beneficios: te asegurás genética, sexo, salud, arrancar sin los problemas que te plantea la planta al principio”, explica.

Para Barone lo imprescindible es que se pueda alinear la producción y la comercialización en base a las posibilidades legales que existen hoy en Argentina. 

De hecho, Barone confirma que ya se están evaluando alternativas para alinear todos los ejes. Faltarían detalles para asegurarse un plan con proyección en el tiempo.

“Un buen objetivo sería poder llegar a todo el país con genéticas registradas”, señala. “Entregar un clon de calidad a domicilio sería un sueño”.