Provinciales, nacionales, internacionales. De cogollos o extracciones, las copas cannábicas son un punto de encuentro para cultivadores que desean año a año mejorar sus cosechas y aprender de los demás. Algunas recomendaciones para preparar un cogollo campeón.
A la hora de cultivar pensando en un campeonato, podemos imaginar a la planta como un atleta de alto rendimiento que necesita un entrenamiento constante, personalizado y supervisado.
A la hora de cultivar pensando en un campeonato, podemos imaginar a la planta como un atleta de alto rendimiento que necesita un entrenamiento constante, personalizado y supervisado.
Es decir, tenemos que garantizarle un crecimiento y una floración, sin stress, sin carencias, excesos o plagas. Un proceso de aprendizaje fascinante, que no se rige por ningún manual, sino por el cuidado, el estudio y la pasión. Porque cultivar es un arte.
Durante el cultivo
Es indudable que el camino de una planta hacia un podio comienza el día que germina y sigue mucho más allá de la cosecha.
Las genéticas de competición, además de contar con características interesantes como una buena producción de resina o un sabor definido y atractivo, tienen particularidades que colaboran a llevar un cultivo de alto rendimiento.
Las genéticas de competición, además de contar con características interesantes como una buena producción de resina o un sabor definido y atractivo, tienen particularidades que colaboran a llevar un cultivo de alto rendimiento.
Es el caso del agua de riego: mientras que la mayoría de las variedades detienen su crecimiento cuando se superan las 800ppm (contenido de sólidos disueltos en los que se incluyen las sales nutrientes) una genética de competición puede ser llevada a un nivel más alto y tolerarlo.
De esta manera se pueden utilizar regímenes nutricionales más intensos para obtener mejores resultados.
La cosecha
Para mejorar el sabor y el aroma de nuestros cogollos, es fundamental llegar al final de floración con una nutrición adecuada, sin excesos de nutrientes ni sales en el sustrato.
Para mejorar el sabor y el aroma de nuestros cogollos, es fundamental llegar al final de floración con una nutrición adecuada, sin excesos de nutrientes ni sales en el sustrato.
Por eso es más que recomendable lavar las raíces y prestar especial atención a los plazos de uso y desuso de fertilizante.
Cosechar por la mañana, según las teorías que siguen el comportamiento fitohormonal de la planta, asegura la mayor cantidad de producción de terpenos y sustancias aromáticas volátiles que expuestas a la luz del sol pueden disminuir su cantidad.
Aspecto
Una campeona entra por los ojos y de nada sirve una planta de sabor, olor y efecto sorprendentes si su aspecto no lo sugiere: un cogollo de competición debe estar rigurosamente manicurado.
Una flor campeona entra por los ojos: un cogollo de competición debe estar rigurosamente manicurado.
Las muestras de competición deben estar libres de rastros de plagas, hongos y mohos, pelos de mascotas o materia vegetal ajena al cannabis.
Aunque generalmente la profundidad del manicurado pasa por un gusto personal, se pueden permitir guiños a la genética: las flores índicas suelen ser más redonditas, con forma de pochoclo y mínimas hojas, mientras que las sativas tienen un aspecto alargado y peludo que invita a dejar algunas hojitas de más.
Curado
La calidad de una flor depende de un abanico de variables en las que el curado es una de ellas.
La estabilización del sabor real de la planta, sin restos de clorofila y otras sustancias, puede tardar varias semanas o meses, en los que es muy probable que el sabor y el aroma del cogollo cambien leve o notablemente dependiendo la genética.
La estabilización del sabor real de la planta, sin restos de clorofila y otras sustancias, puede tardar varias semanas o meses.
Algunos sabores se realzan más con la planta fresca, como los tonos dulces y cítricos. Otros, más sutiles, requieren más tiempo para destacarse.
Una flor de campeona debe estar libre de cualquier tipo de olor a humedad o contaminaciones por otras sustancias aromáticas.