Entre los seres vivos, el podio indiscutido en detección de cannabis se lo llevan los caninos, desde su implementación en la década de 1970. En aeropuertos y rutas, edificios públicos o privados, los perros han sido capaces de encontrar diminutas tucas en recónditos lugares y se ganaron el respeto de las fuerzas policiales del mundo. Hasta ahora. Las levaduras que detectan cannabinoides pueden ser la próxima frontera en detección.
En el auge de la regulación del cannabis en gran parte del mundo se hicieron necesarias nuevas herramientas para detectar la presencia de cannabinoides en medios tan variados como superficies o comestibles. Con ese fin nació de
la mano del hombre un nuevo ser vivo que ni la imaginación más cannábica pudo imaginar.
Las levaduras son hongos microscópicos, descomponedores de azúcares e hidratos de carbono, y generalmente unicelulares. En forma controlada, producen el gas que infla la miga del pan o el alcohol que acompaña los vinos y cervezas. Se trata de organismos muy simples cuya misión es escueta: alimentarse y reproducirse.
Gracias a la velocidad de reproducción y la simpleza de sus células, en los últimos años se modificaron genéticamente varios tipos de levaduras para producir compuestos específicos. Así nacieron las levaduras detectoras de cannabis.
¿Cómo funcionan las levaduras detectoras de cannabinoides?
Investigadores de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, modificaron genéticamente el mismo tipo de levadura que se utiliza en panadería alterando su RAPG, el receptor asociado a proteínas G, que cumple funciones esenciales para la vida de las levaduras detectando señales como luz o alimento.
Los investigadores reemplazaron el RAPG que utilizan las levaduras para detectar potenciales pares para reproducirse por el receptor que, en humanos, detecta y reconoce el cannabis. Así lograron desviar el impulso primigenio de las levaduras a reproducirse por la noble tarea de descubrir sustancias cannabinoides.
Como extra, añadieron al genoma de las levaduras la capacidad de generar bioluminiscencia, volviéndose rojas e incluso pudiendo brillar cuando encuentran cannabinoides en un medio. Dado su microscópico tamaño, las levaduras pueden detectar cantidades ínfimas de cannabinoides disueltos en un medio, por ejemplo una muestra de aceite de cannabis, pero también sobre una superficie porosa que fue limpiada.
En el mismo estudio, los investigadores también diseñaron un dispositivo que puede imprimirse en 3D a muy bajo costo, portátil y diseñado para ser utilizado con la cámara de un smartphone para detectar presencia de cannabinoides en saliva, orina, un trozo de ropa o la punta de un hisopo frotado en la funda de un celular.
Con el aspecto de una lente externa para la cámara, el dispositivo puede encontrar rastros de cannabinoides en 15 minutos. Por si fuera poco, las levaduras pueden distinguir fitocannabinoides y cannabinoides artificiales como el JWH-018 conocido comúnmente como “Spice”.
Además de utilizarse para detectar cannabis en contextos represivos, los investigadores aclararon que el potencial para desarrollar nuevas herramientas relacionadas a la biodetección de cannabis son ilimitadas. La reproducción y crianza de levaduras no solo insume pocos recursos, sino que también es extremadamente veloz.
De nuevo, en el mismo estudio el equipo probó el detector a levaduras con extractos de 54 plantas utilizadas en la medicina tradicional mexicana y detectó un compuesto con actividad anticancerígena llamado dugesialactona, que no había sido identificado previamente como un cannabinoide y resultó ser un agonista del sistema CB2. Otra de las tareas que realizó el equipo para testear la efectividad de las levaduras fue elegir 1600 compuestos al azar de la librería de sustancias de la Universidad de Copenhague y ponerlas a trabajar en “bioprospección”.
Así lograron identificar en un solo día cuatro sustancias con propiedades similares a los cannabinoides, como efectos antiinflamatorios. Sin maquinaria especial y sin intervención humana más que aplicar las levaduras sobre las muestras y esperar que hagan su trabajo. De acuerdo a los investigadores, nuevas herramientas de detección más baratas y tan eficientes como cualquier dispositivo moderno de alta precisión puede multiplicar el potencial de cualquier laboratorio para encontrar y detectar sustancias de interés.
Aunque enfocadas en cannabis, las levaduras modificadas pueden ser “tuneadas” para reconocer cualquier otro tipo de sustancia, tanto drogas ilícitas como fármacos de uso clínico. El umbral de detección que presentan es muy diferente al de cualquier otro dispositivo, por lo que puede encontrar sustancias que funcionan como los cannabinoides o que generan los mismos efectos sin que necesariamente posean las mismas estructuras moleculares.
Indetectables y capaces de encontrar el más mínimo rastro de cannabis con escaso mantenimiento en comparación con los perros. Sin duda las levaduras detectoras de cannabis pueden volverse ideales en un enfoque represivo. Pero también es cierto que con una levadura y un teléfono celular, cualquier persona del planeta podría encontrar el próximo y desconocido THC. El futuro está por verse.