Pensamientos libres que fluyen como el agua de un río, bordeando las piedras de las preocupaciones diarias. Una relajación corporal que también relaja nuestras ideas, aflojando esquemas y creando asociaciones impensadas. Para muchas personas, el uso de marihuana es sinónimo de arte, libertad y creación. ¿Existe una relación entre el cannabis y la creatividad? Te contamos qué dice la ciencia.
¿Existe una relación entre el cannabis y la creatividad?
Aunque se conocen las propiedades medicinales de la planta hace milenios, en occidente el cannabis y la creatividad recién comenzaron a asociarse a partir del 1800, cuando el cannabis psicoactivo comenzó a difundirse por Europa en forma de hachís, algo muy lejano a las sogas y textiles que se producían con cáñamo. El ejemplo más conocido es el Club des Hashischins formando en Francia a mediados del siglo XIX.
Fue un verdadero giro cultural. En el siglo de oro de pensamiento burgués, donde el culto a la razón y la ciencia alcanzó gran popularidad, las experiencias extáticas, de comunicación con seres de otras dimensiones o la naturaleza dejaron de estar en el centro de la cosmovisión occidental.
En otras culturas, las experiencias visionarias a partir del uso de plantas continuaron siendo parte de la vida cotidiana.
Tanto en India como en Egipto y Marruecos, el uso de cannabis como medicina y sacramento no estaba tan separado ni cultural ni históricamente. Junto al opio, el cannabis llega a Europa como un “embriagante”, una sustancia capaz de producir estados alterados denominados en el abanico de la embriaguez, el estupor y la pérdida del control.
En este sentido, el encuentro de los artistas europeos con plantas psicoactivas fue concebido como una aventura exploratoria, una transgresión para convertir en arte las visiones de exóticas pociones milenarias. Así nacieron “Los paraísos artificiales” de Charles Baudelaire o “Hachís y alienación mental” de Jacques-Joseph Moreau, la primera investigación científica moderna sobre el hachís y sus efectos.
A partir de ese movimiento, la joven ciencia moderna comenzó a repensar las plantas visionarias y a descubrir su poder para modificar nuestra percepción. Con el amanecer de la química se acabaron los alquimistas, los encantamientos y los espíritus en las plantas: nacieron las moléculas y sus complejos efectos en el cuerpo humano.
Fue el comienzo de una historia en la que el cannabis quedaría para siempre vinculado a la creatividad, siendo parte de la cultura popular del siglo XX en fenómenos como el jazz y posteriormente el rock.
¿Es cierto que el cannabis te hace más creativo?
La presencia de la planta en círculos creativos o como motor que impulsa distintas obras y expresiones no alcanza para confirmar si uno de los efectos de la marihuana es generar una mayor capacidad creativa.
Por esa razón la ciencia en varias ocasiones se dedicó a evaluar si existe una correlación entre usar cannabis y ser más creativo. De hecho, se sabe que el uso de cannabis puede modificar las estructuras y formas de pensar respecto a un problema y su solución. Pero esto no necesariamente lleva a una persona a volverse más creativa.
La evidencia científica, elaborada en base a distintos estudios, es tan controversial como limitada. En 2015, un estudio realizado en Holanda evaluó el impacto de diferentes dosis de cannabis en el pensamiento divergente, uno de los principios de la creatividad. Así descubrieron que en dosis bajas el cannabis no está vinculado a un aumento del pensamiento divergente sino que además en dosis altas esta capacidad se puede ver impactada negativamente en aquellas personas que usan cannabis regularmente.
En octubre de 2022 se publicó un interesante estudio que evaluó en dos protocolos diferentes el impacto del uso de cannabis en la creatividad. Los resultados fueron más que sorprendentes. En el primer estudio los investigadores convocaron un grupo de 191 usuarios esporádicos de cannabis que fueron divididos en dos grupos: uno comenzaría el estudio 15 minutos después de usar cannabis, el otro solo podía participar si no había usado marihuana en las últimas 12 horas.
A ambos grupos se les dio un ladrillo y se les pidió que encontraran la mayor cantidad de usos alternativos posibles en 4 minutos. Luego se requirió que hicieran una autoevaluación sobre sus ideas. Paralelamente, un grupo de 430 individuos evaluó a las 2141 ideas que surgieron del protocolo, sin saber cuales habían surgido de cual grupo.
De esta manera los investigadores notaron que no sólo el grupo que recién había usado cannabis reportó mayor cantidad de sentimientos como “regocijo” y “felicidad” sino que además habían evaluado sus ideas como más creativas que las evaluaciones del grupo de control. A su vez, los 430 “evaluadores” no notaron ninguna diferencia entre las ideas de ambos grupos, un resultado que desmiente la relación entre creatividad y uso de cannabis.
En el siguiente protocolo, pidieron a 140 participantes de nuevo divididos en dos grupos según las mismas condiciones, que diseñen proyectos para aumentar la audiencia de una banda ficticia. También pidieron la autoevaluación de los resultados pero también una crítica de los trabajos ajenos. Paralelamente ejecutaron varias pruebas de desempeño cognitivo.
Así descubrieron que no sólo que el uso de cannabis no tiene un impacto severo en las capacidades cognitivas sino que además genera una mirada menos crítica y más favorable sobre la creatividad ajena. Según los investigadores y el resultado de las pruebas ejecutadas, uno de los efectos del cannabis es mejorar la percepción de la capacidad creativa, tanto propia como ajena, sin que esté directamente vinculada con un aumento en la creatividad.
¿Por qué se cree que existe una relación entre el cannabis y la creatividad?
Es sabido que el cannabis mejora el humor y en base a este efecto es que se relaciona con la creatividad, ya que existen variadas evidencias sobre el impacto del bienestar psíquico y emocional en la capacidad creativa. Se sabe incluso que el estrés puede conducir a un deterioro cognitivo y justamente el estrés es uno de los padecimientos modernos más tratados con cannabis.
En 2017 un estudio comparó las autoevaluaciones y las respuestas a distintos tests de pensamiento creativo y divergente entre usuarios de cannabis “sobrios”, es decir sin estar bajo los efectos del cannabis, y personas que nunca usaron cannabis. En comparación con las personas que no usaban cannabis, los usuarios de la planta se autopercibieron como más creativos y los resultados de los tests de pensamiento convergente marcaron una leve diferencia a favor de los usuarios de cannabis.
Este estudio fue uno de los primeros en plantear que si bien el uso de cannabis no está relacionado directamente con un aumento del pensamiento creativo, la experiencia de usar la planta genera en las personas mayor apertura a nuevas ideas y conceptos, generando un espacio más apto para el surgimiento de nuevas saliencias.