Quizás pensemos en las plantas como seres en desventaja ante los predadores por su incapacidad de moverse, pero la realidad es que poseen formidables mecanismos que hacen prescindible la habilidad de trasladarse.
Todas las plantas poseen la capacidad de defenderse de ataques externos, sea mediante la utilización de trampas físicas, como son los tricomas en el Cannabis y otras plantas, como también con sustancias aromáticas y repelentes.
Pero además de repeler ataques, las plantas también pueden atraer insectos, tanto polinizadores como predadores de aquellos que predan sobre ellas. En la naturaleza, todo lo que puede ser una desventaja, puede también convertirse en una virtud.
Cómo usar plantas aromáticas para mejorar el cultivo
En cualquier ecosistema sano, la interacción de la cadena trófica lleva a un equilibrio: plantas sanas son menos susceptibles a plagas y a su vez, estas no solo pueden ser controladas por otras especies de insectos sino también poseen otras opciones vegetales donde alimentarse.
Un monocultivo de Cannabis, en una condición de cultivo desfavorable, puede volverse muy susceptible a las plagas por la falta de estos mecanismos naturales de control.
Por esa razón podemos aprovechar plantas aromáticas, comunes en huertas y jardines, para aumentar las defensas de nuestro jardín. Además, aumentamos la biodiversidad del cultivo, mejorando la salud de nuestro pequeño ecosistema.
Dependiendo del tipo de planta estas se utilizan formando cercos, intercaladas con las plantas de marihuana o alejadas del cultivo. Lo ideal es generar asociaciones eficientes, por ejemplo manteniendo las plantas repelentes en lugares estratégicos como los límites del jardín.
Las plantas usadas para atraer plagas siempre deben ser plantadas a una distancia considerable, pero al mismo tiempo que efectivamente “distraiga” a las plagas del objetivo a proteger.
Plantas que pueden usarse en el cultivo
Caléndula
Su género incluye entre 12 y 20 especies. Es originaria de Asia aunque difundida por todo el mundo y por sus usos medicinales ampliamente cultivada.
Sus flores amarillas o naranjas atraen insectos polinizadores y además es relativamente susceptible a plagas como el pulgón, araña roja, mosca blanca, trips y orugas. Se la considera una planta “trampa” que atrae las plagas. Tolera varios tipos de suelo y exposición solar.
Ruda
Originaria del sur de Europa, el poderoso aroma de la Ruda ha sido aprovechado como repelente de insectos macerando sus hojas o plantandola en los alrededores del huerto. Funciona para plagas como los pulgones, las moscas negras y los ácaros. Puede plantarse a sol o media sombra y tiene poca tolerancia al exceso de humedad en el sustrato.
Taco de reina
Usada para espantar chinches de zapallos, pulgones y moscas blancas, las flores de taco de reina (Tropaeolum majus) también atraen avispas y otros polinizadores. Puede utilizarse como cobertura de suelo para proteger el sustrato y mantener la humedad. Es comestible, con un sabor similar al berro y algo picante.
Mentas
Las plantas de la familia de la menta, como menta turca, peperina, hierbabuena y similares, son utilizadas como cerco para evitar moscas, polillas y hormigas, además de que atraen varias especies de pulgones.
Su cultivo es muy simple y prosperan mejor en lugares sombreados con suelos húmedos, aunque depende de la especie.
Romero, tomillo o lavanda
Estas especies muy aromáticas atraen multitud de insectos polinizadores y predadores gracias a la gran cantidad de flores que producen y el intenso perfume de sus hojas. Poseen muy pocos predadores y son plantas de muy fácil cultivo, tolerantes a heladas y variadas condiciones de cultivo.