Familiar de la planta de cannabis, el aroma intenso del lúpulo fue clave en el desarrollo de la cultura cervecera.
Hay registros escritos de la Edad Media sobre su uso con fines medicinales. Además, los monjes de los monasterios medievales calificaron el lúpulo como “el alma de la cerveza” y apreciaban sus propiedades para reprimir sus instintos sexuales.
Los primeros gajos de lúpulo introducidos en Sudamérica fueron procedentes de Alemania después de la Primera Guerra Mundial. En la actualidad, sigue siendo en todo el mundo uno de los principales ingredientes en las diversas variedades de cerveza.
Usos y efectos del lúpulo
El lúpulo se emplea en la fabricación de las diversas variedades de cerveza. Para tal fin se utiliza la flor hembra de la planta sin fecundar. Es el encargado de aportarle amargor, sabor y aroma a la cerveza de acuerdo a la técnica y el momento en donde se lo utilice. Es antioxidante y conservante natural. Además, los brotes tiernos se pueden consumir como si fueran espárragos.
Se usa como sedante: calma y regulariza la actividad nerviosa, sirve para combatir el insomnio. También se usa para el tratamiento de enfermedades del sistema digestivo, como el síndrome de intestino irritable, indigestión, diverticulitis, úlceras, colitis, enfermedad de Crohn y problemas digestivos relacionados con el estrés.
Tradicionalmente se llenaban las almohadas con flores hembras de lúpulo para inducir el sueño.
Cultivo de lúpulo
Muy resistente a bajas temperaturas –puede resistir hasta -20 °C–, prefiere climas frescos y húmedos con veranos templados de temperaturas medias de 18 °C. Se adapta al pleno sol y a la semisombra. Se lo cultiva, generalmente, entre los 35o y 55o de latitud de ambos hemisferios. Requiere suelos profundos con buen drenaje.
Preparación
Té: 10 gramos de hojas secas por litro de agua hirviendo.
Maceración: Dejar reposar tres cucharadas de flores en 1 litro de agua durante un día completo.
Cuidados generales
Raramente produce efectos secundarios y estos están asociados a su uso prolongado. Puede causar mareos y pérdida de atención. En personas sensibles a sus componentes, el olor puede ser causante de náuseas. Puede interactuar con sedantes, relajantes y antidepresivos, potenciando su efecto.
No es aconsejable su uso en niños, mujeres embarazadas ni en pacientes con depresión. En algunas personas puede causar dermatitis por contacto, aunque sin consecuencias graves. Sus principios activos no producen tolerancia ni dependencia. Su uso, cultivo y comercialización no poseen restricciones legales.
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